Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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SEP153. EL PROBLEMA ES DEJAR…, de Violeta Moreno Endrino

¿Te fijaste, Martita? Volver no es sólo llegar de nuevo a aquel lugar de dónde un día marchaste.
¿Viste que volver es también despedirte de allá donde estabas recién?
Dos veces me retorné de Vancouver. Dos veces a mi Mendoza querida.
La primera, mi cuerpo joven cayó enfermo a una semana del viaje. Una condenada fiebre me amarró a la cama para sudar todo cuanto no supe llorar. Mi frente habló en auxilio de mi boca, seca, atascada de adioses. Se apagaron mis ojos, que habían brillado ante las imposibles montañas de la Columbia Británica.
No soy de abalorios, vos lo sabés, Martita. Sólo sí, adoro los pendientes. Sus centelleos y su soniquete al moverme. Los conservo en cajitas, cuido de abrochármelos bien fuerte.
Los tres últimos días de la segunda vez, perdí uno de cuantos pares tenía allá. Como si hubieran decidido asociarse con mi deseo de quedarme. Regresaba conmocionada. Traía seis zarcillos huérfanos de hermano y un poco, quizás, de madre. Entre ellos estaban los últimos que me obsequió Rodrigo, aquellos viejos de mis padres y los dorados, regalo de mis amigos en el último cumpleaños canadiense.
El problema no es volver, Martita, el problema es dejar.

23 Responses

  1. Que bonito Violeta. Que partido le has sacado a los pendientes y abalorios. Esa asociación con los amigos y familia, ese perder y dejar dos veces, son una buena y profunda reflexión sobre los adioses, en los que siempre se dejan jirones de difícil arreglo. Mucho arte y precioso estilo el de tu narrar, con sabor casi caribeño, por el son y lo dulce. Suerte y abrazo.

  2. ¡Qué razón tienes , Violeta! » Volver es también despedirse de allá donde estabas recién». Al final uno se queda «entre dos aguas» o vulgarmente dicho «el culo entre dos sillas».
    Me ha gustado mucho tu relato…a mí también me gustan los pendientes…
    Un abrazo y suerte

    1. Gracias, Amélie,
      Ciertamente cuando uno quiere mucho dos lugares (o más), puede sentir que se encuentra permanentemente entre ellos.
      ¿Será el riesgo de hacer las cosas con amor y sin reservas allá dónde se va?
      Un beso.

    1. Hola,
      Me alegro mucho de que te enganchase.
      Y sí, estoy completamente de acuerdo… La ruptura con determinados entornos o situaciones felices son inevitables alguna que otra vez en la vida. Las armas para combatir el efecto de tal ruptura, ya depende de los recursos de cada uno…
      Un abrazo.

  3. Hola violeta, un gran contraste entre el volver y dejar, me ha gustado verlo de este modo. Es verdad que siempre es triste irse, volver, porque dejas un mundo de sentimientos detrás, pero también es bonito volver porque te reciben los lugares de donde un día te fuiste.

    Un saludo
    Rosa

    Suerte!!!

  4. Violeta, un par de frases que lo dicen todo: «sudar todo cuanto no supe llorar», » El problema no es volver, Martita, el problema es dejar». Un acierto el recurso de los pendientes, como correlato de los lazos de amistad, uno a uno, que se hacen con los amigos y que con la despedida, la marcha, quedan como desparejados, quizás alguno perdido para siempre. Atrevida, que una vallekana escriba con voz argentina, pero de eso se trata al escribir. Suerte a fin de mes.

  5. Hola, Violeta.

    Me ha gustado mucho tu cuento, si no es porque Ximens dice que eres vallekana hubiera pensado que eras de la Pampa.
    A mí me ha parecido un micro cargado de nostalgias, de amigos que quedan desparejados en las despedidas, de la familia que queda un poco huérfana del hermano o hijo que se marcha.

    En fin, Violeta, un acierto en todo su conjunto, así que te felicito y te deseo mucha suerte.

    Besos.

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