SEP180. AYER, de Silvia Ginesta
Caminaba. Qué casualidad, siempre terminaba en la vieja esquina. Muchas fueron las veces que al llegar me daba vuelta, por temor a encontrarlo. Era mi lucha de querer y no poder. Esa tarde esperé frente al garaje. Cuando vi su figura caminando hacia mí, me escondí para que no me viera. Siempre quise enfrentarlo, confesarle cuanto había perdido, pero no me atrevía. Sabía que aquello que le negué antes ahora se lo daría sin cuestionamientos. Pero era tarde, el tiempo había volado y si antes temí las consecuencias, hoy el temor era vergüenza. Estaba igual, alto, delgado, la cabeza le brillaba, tenía hilos de plata. Esperé que el auto saliera y me dejé ver. Me miró con los ojos de aquel ayer que no podríamos olvidar. Lo saludé con la mano, él trató de arrimarse a la vereda. Como antes corrí, desaparecí dando vuelta la esquina y como siempre, lloré.
Hermosa historia, Silvia. Los amores perdidos y los reencuentros siempre suceden, por ello tu relato conmueve. Me apena la mujer madura que no dejo de amar y llorar, tu protagonista puede ser alguien muy cercano a mí y no lo sepa.
Pasaba por aquí y me dio alegría encontrar algo tuyo donde nos recuerdas tus nobles sentimientos. Cariños.
Triste tu historia, Silvia. Debe ser muy duro vivir toda la vida enamorada y por ser esclava de los prejuicios (o normas externas inquisidoras) no poder realizarlo. Muy bien escrito, como siempre. Hasta ahora que me ha avisado Jorge no me he enterado que participaste. Anímate para este mes, hermana.
voy a ver si la musa me ayuda, gracias Xavier,
Precioso Silvia,corto y hondo el sabor que deja.