SEP22. RECORDANDO A KAVAFIS, de Fernando da Casa de Cantos
La megafonía de la estación anunciaba constantes salidas de autobuses hacia cualquier punto del mapa. Dolorosas despedidas precedían a alegres reencuentros. Enfurecidas huidas vaticinaban apasionadas reconciliaciones.
Situado en la cola de los adquirentes de un billete de esperanza hacia un futuro mejor, Homer miró a su alrededor. Quiso cruzar su mirada con la de algún transeúnte al azar, jugar a adivinar su destino y trazarle un pasado y un presente mejor que el suyo.
Regresaba a casa después de cinco años. Celos incomprendidos, un portazo y adiós. Se marchó como volvía, sin equipaje y sin dinero, dispuesto a entrar en batalla con lo puesto. En el camino acumuló diversas vivencias limpiando ciscones de negros hornos, sirviendo dudosos brebajes de flor de loto y haciendo ciclópeos esfuerzos por no sucumbir ante hambrientas cuarentonas que frotaban sus cuerpos contra el suyo cuando trabajó de monitor de calipso y otros bailes tropicales.
Encontró la mirada que buscaba. Una dulce niña de voz angelical le sonreía. Hipnotizado por su belleza, solo reaccionó cuando ella le regaló un poema de Kavafis: Ítaca.
Homer lo leyó. Cuando terminó, la emoción vertida en cientos de lágrimas revelaba que aún no debía regresar. Decidió acumular más experiencias.
Fernando, buena recreación a partir de tu lectura del magnífico poema de Kavafis. Y ese Homer(o) consecuente que prefiere seguir acumulando la experiencia, como motivo del viaje. Interesante.
Buena suerte, y saludos.
Gracias, Eduardo. El poema «Ítaca», de Kavafis, me parece una de las obras más sublimes que rinden homenaje a la Odisea. Lo reproduzco aquí para quien no lo conzoca:
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.
Hola Fernando, totalmente de acuerdo con Eduardo, una bonita adaptación libre con sustrato de elevado conocimiento cultural y referencias de lector, lector.
En cuanto al texto dos partes para mi gusto de lo mejor:El primer párrafo que te sitúa a la primera, eso me gusta, es teatral, te sientes desde el principio en el decorado.
Otro punto de mi gusto los oficios enumerados, especialmente , el de monitor de calipso. Sí Sr. ese Ulises bailón, todo un toque de humor, como veo en tus textos, ineludible en tu talento.
Me gusta enhorabuena y suerte
Gracias Montesinos por tus palabras, aunque suenan a cantos de sirena y no encuentro un madero suficientemente fuerte que aguante mi pesado cuerpo y evite que me deje engolosinar por halagos tan excelsos… Le pediré a mi amiga la circense que me prepare un ungüento de de cera de abejas para los oídos. Mi hipoacusia no es suficiente remedio.
Gracias Fernando por acercarnos al poema. Relato bien escrito. Inteligente y culto. A mi también me han gustado los oficios que has enumerado.
Suerte y recibe mi saludo.
Gracias por tus comentarios, Anna. Una abraçada.
Buenos Días de nuevo. Ya de paso he buscado tu literatura y es un texto que me ha gustado mucho; soy de letras puras y con todo no tuve el placer de conocer un poquito la poesía de Constantinos Cavafis hasta el año dos mil diez (he tardado bastante) con motivo de un largo viaje a Grecia, pero aún he de agradecer esta lectura de Ítaca que proporcionas, pues lo que recuerdo es un poema donde Constantinos honra a Las Termópilas. Tienes mucha calidad, así que no necesitas suerte. Congratulaciones. By . . J u a n P é r e z .
Muchas gracias, Juan, me alegra que te haya gustado. Yo también descubrí a este magnífico poeta bastante tarde, gracias a lecturas de otros grandes escritores, José María Álvarez y Francisco Giménez Gracia. Pero «nunca es tarde si la dicha es buena»… ¿Origen del refrán? Cachis, no lo sé… Aunque ya lo utilizaban Valera o Unamuno hace siglo y medio…
Saludos y disculpa mis tonterías.
Muy buen relato de un escritor conocedor de la buena poesía. Gracias doble por el relato y el poema.
Abrazos.
Gracias a ti, María, por pasar por aquí y comentar.
Por cierto, ¿eres tú la autora de un libro infantil titulado «Abuelito, cuéntame un cuento»? Si es así, me rindo a tus pies…
Fernando, primero Cavafis, y ahora Sotirios creo que los griegos andan detrás de ti. JA ,JA ,JA , estoy bromeando. La vida es una aventura y más aventuras que has acumulado más que has vivido. Estoy con tu protagonista hay que acumular más experiencias. Buen micro me gustó mucho el tema. Un fuerte abrazo amigo, Sotirios.
«Gracias Evaristo», como decía un amigo cuando estuvo en Atenas. No te voy a descubrir nada que tú no sepas de tu país, es sencillamente el ombligo del mundo. Eso sí, preferiría (después de leer tu micro, y sabiendo que eres «griego») que te pusieras delante, no vayas detrás… Andaaaaa, tira, tira…
Fernando, qué gracioso eres y desde luego muy sabio hay que tener cuidado con la retaguardia si no te pueden pasar cosas inverosímiles. Te voy a contar por donde viene “el griego” Resulta que cuando los marineros griegos llegaban a puerto daban a todas las prostitutas por … y por eso ellas lo llamaron griego y es conocido por eso.¿ A qué no lo sabías? Ves tener amigos como el santo varón Sotirios se aprende muchas buradas (quería decir cosas sabias) Un saludo a mi nuevo amigo y toma otra copa a mi salud.( a mí en la vida materialmente me gustan tres cosas. El vino, los perfumes, y claro las mujeres)
Gracias por poner el poema, de ese modo todo queda más clarito. Relato para discutir y reflexionar sobre otros temas universales. Quizás lo fundamental es llegar a tu propia meta, o intentarlo, sin necesidad de volver.
Tienes raqzón, Ximens, es posible que el texto no se comprenda del todo si previamente no se conoce el poema… O la obra de Homero. O la serie «Los Simpsons». O las tres cosas.
Fernando hasta ahora no pude leer tu relato pero como siempre es sorprendente y evocador. Enhorabuena!
Muchas gracias, Jero, tú sí que eres un amigo… Un abrazo.