SEP54. LA DICHA DEL HÉROE, de Eduardo Iáñez
Los veinte años transcurridos le impiden a Penélope reconocerme. Es lógico, e incluso contaba con ello para dominar la situación. Aunque no sabía a ciencia cierta con qué me encontraría en Ítaca, no me extraña el panorama que descubro: el reino trastocado, la casa tomada por pretendientes y Penélope…, ¡ah, Penélope!
Por ella han merecido la pena las heridas en la batalla, el destino adverso, la ira de los dioses. Por ella ruego que me dejen tomar el arco que otros han sido incapaces de tensar, atravieso el blanco con una solícita saeta y, con otras tantas, los corazones de cada uno de mis indignos émulos. Por ella acepto sentarme en el trono, asumir una corona indeseada y compartir un lecho largamente anhelado.
Por ella, solo por ella, renuncio a la palabra y abrazo el silencio, ocultando ahora y para siempre que este mendigo recién llegado ha conocido las aventuras de Ulises de sus propios labios, que las ha extendido por la Hélade haciéndose pasar por un rapsoda ciego y que ha aprendido a tensar el arco gracias al mismísimo rey de Ítaca, quien lleva largos años viviendo felizmente con Circe en la isla de Ea.
Eduardo, bonita semblanza del clasico. Ya lo sabemos; solo volvio por ella. Suerte y saludos
Hola Eduardo, muy buen punto de vista sobre el sentimiento de la vuelta a casa, al hogar, a ella. Me gusta tu recreación sobre la historia inicial.
Un saludo
Suerte, como a todos!
Bonita y curiosa versión del retorno de Úlises, rey de Ítaca. Es el mismo Homero, enamorado de Penélope, que sustituye a Úlises .
Me ha gustado.
Un saludo de Santander a Granada.
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Excelente relato una vez más, Eduardo, con el que nos metes de lleno en el poema reproduciendo fielmente las andanzas de Odiseo a su regreso a Ítaca, excepto por un «detalle» que quizá ni siquiera tenga tanta importancia. Este mes hemos andado tú y yo por una línea de pensamiento ligeramente similar, ya verás por qué…
Me ha gustado el tema y sobre todo como lo desarrollas. Suerte. Nuria
Gracias a todas por pasaros por mi micro y por vuestros amables comentarios.
La verdad es que el tema del periplo de Ulises, su vuelta, la figura de Penélope… son un filón inacabable, un clásico de verdad. Como sobre Homero ha habido tantas conjeturas, se me ocurrió esta re-interpretación de la vuelta de Ulises. Me agrada que os haya gustado.
Suerte para cada una de vosotras.
Enhorabuena por tu relato, es magnífico. Yo tampoco creo que la pérfida Circe, con lo lista y bruja que era, le dejara escapar…
Je, je, efectivamente, Fernando. El lugar donde había de ‘esconderse’ Ulises en mi relato no podía ser otro: junto a Circe, que, como dices, es difícil que le dejara marchar… Totalmente de acuerdo.
Gracias por tu comentario y por tus parabienes. Un saludo.
Siempre me quedaron dudas sobre los sentimientos de Ulises, tan puros y heroicos. Hay zonas de sombra que me quedan más claras con tu revisión.
Un saludo
Juan M
Gracias, Juan Manuel, y como siempre, por pasarte por mi micro.
En cuanto a lo que apuntas, no se puede decir más claro: ¿es posible tanta pureza y heroicidad? No sé. Hay sombras, y fuertes, en otros personajes de Homero, pero no en Ulises. ¿Por qué no imaginarlas, entonces?
Me alegra que mi re-visión te haya proporcionado claridad.
Saludos.
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Me gusta esta impostura tan bien narrada, Eduardo. La primera persona elegida para ello es perfecta.
Un abrazo.
Gracias, Susana. Al igual que tú, creo que el relato exigía una primera persona, espero haber acertado.
Muchas gracias, como siempre, por tus comentarios.
Saludos.
¡Qué ingenioso! Estupendo relato homérico.
Abrazos.
Gracias, María, por tu calificativo de «ingenioso» para mi relato. No sé si es merecido, pero desde luego es el que mejor casa con el «ingenioso Odiseo» del poema de Homero.
Saludos.
Buen giro argumental a la historia clásica, Eduardo. Homero se queda con la gloria y Ulises sigue feliz en la gloria de Circe. Todos contentos. ¿Y Penélope?, preguntarán algunas indignadas. Bueno, creo que eso dará para otro relato: como dices más arriba, es un filón inagotable.
Saludos y suerte.
Es verdad, Rafa, quizá quede preguntarse por Penélope. Pero si, en efecto, este falaz Homero cumplió con su silencio, seguro que el amor terminó de llenar sus días y de colmar las esperanzas del regreso. Al menos así lo espero.
Gracias por tu comentario y por compartir tu amor por los libros.
me gusto esta nueva interpretación de Ulises… lo mas probable es que el propio no echaba en falta Penelope… me imagino que el narrador seria un compañero de toda la vida que él, al contrario de Ulises, deseaba volver y añoraba tener en brazos a Penelope…
Pues sí, Christine, así como dices lo imaginé: quizá un compañero de armas de Ulises, secretamente enamorado de Penélope, aprovecha el hartazgo del héroe para hacer realidad su sueño. Entre los dos orquestan esa falacia que a ambos los hace dichosos, y a nosotros nos deja una epopeya sublime. ¿Por qué no puso ser así?
Gracias por tus comentarios. Saludos.
Hola Eduardo, me ha gustado mucho mucho. Muy buen título que engloba tanto al héroe, como al protagonista que lo suplanta. Escrito en 1º persona para que le de más fuerza y salpicado de esos detalles que van pincelándolo hasta el final sorprendente pero sugerido entrelineas. Me quedo con ganas de saber más: quién era? de qué conocía (o no)a Penélope… lo dicho muy buen retorno.
Gracias, Mel, por tu visita y tus comentarios. Creo que, en efecto, el relato queda lo suficientemente abierto como para dejar en el lector un regusto de curiosidad que él mismo debe llenar. Por eso dejo a tu propio criterio la respuesta a tus preguntas. Es lo menos que se merece una buena lectora.
Gracias, y suerte para tu magnífico «Mascarón de proa», que tantos elogios ha merecido este mes. Enhorabuena.
Pues fíjate que esta noche he ido a medio soñar con tu relato. Algunos quedan perfecto así en micro y otros que son como prólogos de posibles historias, no se si eres de textos más largos, pero te invitaría a extenderlo con todas estas preguntas…
Gracias, estoy muy contenta con mi mascarón.