SEP55. EL ReFLEJO DEL MELOCOTÓN, de Sara Snezha Pozo Rodríguez
Tras esos cristales grandes y redondos se veían unas arrugas, fruto del paso de los años, rodeando unos ojos preocupados que inundaban toda una fría y sombría habitación. En su mirada se podía leer palabras tales como dolor, angustia, desasosiego…
Unos delgados y huesudos dedos sostenían una carta, la dejó por un momento para poder reflexionar sobre las últimas palabras que sin ninguna delicadeza estaban escritas, a causa del rápido y desesperado movimiento de la pluma… A su lado un melocotón a punto de caducarse, un espejo por el cual nuestro protagonista podía mirarse y verse como si fueran almas gemelas que estuvieran maduras.
Menos mal que el relevo generacional ya está aquí, así podré descansar.
Muy bonito Sara.
Un beso
Nada de eso, Epi. Dale al coco que te esperamos a tu siguiente obra !
Me ha gustado mucho cómo haces la comparación de la fruta madura y el protagonista. ¿Qué pone en la carta?
Un abrazo, tu admirador anónimo.
Mi querido admirador anónimo, jeje me alegro de que te haya gustado la comparación. En la carta no se dice nada es para que el lector imagine…
Brevedad y precisión en tu escrito. Haces un buen retrato físico, y dibujas muy bien la decadencia y la soledad del protagonista y su reflejo.
Buena mirada. Suerte y un abrazo.
Hola Antonia, muchas gracias a veces ser concreto y preciso en tus escritos es difícil expresarlo en pocas palabras, de eso se trata jajaja !!
Un abrazo, Sara.
Muy buen reflejo, Sara. La decadencia del protagonista reflejada en ese melocotón ya casi inservible.
Un beso.
Hola Inés, muchas gracias.
La decadencia y el casi inservible te refieres a tu padre, es decir YO, no estoy de acuerdo y tú Sara, esta noche no sales.
Jajajaja, me encanta el sombrero!!!
Déjale salir a la niña, hombre, con lo bien que escribe!!
Jajaja, padre POR DIOS ! no me refiero a tí jooo…Gracias Inés por defenderme, este padre…
P.D. Padre no te pongas ese gorro que intento conserva mi dignidad en este blog jajaja !!
Bueno aqui va mi interpretación: el de las gafas es Epi, quiere jugar al escondite y luego se nos camufla con gorros etc. Lo del dolor, lo siento, son reminiscencias de la medusa… desasosiego por el bondage (ya llegaré a tu relato ya, que sólo mpor el título…)El melocotón pocho, se siento así ante el relato de su niña Sara…
Bueno en serio, relato abierto, que dirá la carta?, pero que cierto esd que las palabras pueden llegar a matar y hacernos daño.Una cosa «un espesjo por el cual»… no sería «un espejo EN el cual..». metafórico con melocotones de tu madre y el pochi de tu padre (con cariño!!!)
María, jajaja qué graciosa eres !! Me gusta mucho tu interpretación 😉
Gracias por corregirme jo es verdad… Sé que las preposiciones son mi talón de aquiles… pero te lo agradezco que me lo hayas dicho 🙂
Un abrazo, Sara.
Sara eres muy TÉTRICA: la fría y sombría habitación, los dedos huesudos…. y MISTERIOSA: por Dios, danos una pista sobre la carta!!!! o tendremos que esperar al próximo relato????.
Sigue, mi niña.
Jajaja yo suelo escribir relatos amorosos… en la carta en realidad no pone nada, se supone que el lector tiene que imaginárselo… Gracias, supongo que seguiré, te quiero mamá.
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Sara, escritora, nunca hay «nada» en una carta. Un papel en blanco no es una carta. En tu carta pone muchas cosas, tristes, dolorosas, crueles, nostálgicas. No vayas a engañarnos ahora. Podremos soportar su contenido, pero si prefieres que sea secreto, esa es otra historia. Saludos y abrazo.
Jajaja !!
Lo dejo a libre elección… jeje
P.D. Cuando llegue el próximo mes te lo digo ! Un abrazo, Antonia !!
Un cuadro misterioso, Sara, lleno de símbolos: el espejo, el melocotón, la carta. Me ha gustado.
Un abrazo.
Hola Nicoleta ! Me alegro de que te haya gustado aunque con algunos errores… pero bueno.
Un abrazo muy fuerte!