SEP58. REVENIDO, de Mei Morán
Como nunca había salido de aquel lugar recóndito, otro de esos pueblos en las lindes del mundo, decidió partir. Y así lo dispuso. Le cocinaron viandas, doblaron y metieron en el macuto ropas de recambio y una cantimplora de vientre abultado para mitigar las calores de los secos caminos. Salió de casa al atardecer atravesando la noche con la complicidad de la luna nívea que le permitía ver los senderos. Saltaba de pavor con la propia sombra, que tropezaba y acababa enredada en las piedras hasta que le entraba la risa y ya de mejor talante, reiniciaba la marcha. Si avistaba un desfiladero, se retraía para protegerse de la tentación hipnotizadora del abismo. Una niebla tontorrona empezó a dificultar la visibilidad. Erraba desbrujulado y empezó a acusar cierto cansacio. Se frotó los ojos y cuando vio claro de nuevo, no pudo menos de esbozar una mueca de disgusto. Incorporado de mala gana en el catre que compartía desde una eternidad con los chinches, reconoció decepcionado el cuarto desvencijado, las paredes mohosas y el fuerte olor a salitre. Los barrotes de la celda en el castillo de If le permitieron ver el lejano horizonte en cuadrícula.
Como siempre lo bordas, enhorabuena. Nuria
Qué decirte? Gracias por tus palabras
Esa isla de If me ha llevado directamente al corazón del Conde de Montecristo que también hizo una vuelta memorable. Muy bonito el relato, he disfrutado mucho con su lectura, un saludo. Mucha suerte.
De él, entre otras cosas, he querido hablar.
Un beso, Ana
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El relato es precioso y el final muy sorprendente e inesperado. Lo he disfrutado un montón, gracias y un abrazo.
Ana, me alegro de producir esas lindas impresiones.
Saludos afectuosos
Un elegante relato.
Preciosa ubicación la isla de If a la que haces referencia, para entender esa prisión donde Dumas encarceló durante años a su protagonista.
Suerte y recibe mi saludo.
Una cantimplora de vientre abultado, niebla tontorrona, erraba desbrujulado… Qué expresiones tan visuales, curiosas y originales.
Una vuelta de ensueño para el protagonista y el lector, hasta llegar a divisar ese paisaje a cuadrícula.
Me gusta.
Un besooo, Mei.
Mei,esas imagenes tan claras del recorrido nos hace acompañarlo y visualizar su lobertad. Suerte y saludos
Creo que has omitido intencionadamente el motivo del apresamiento, que introduces como quien no quiere la cosa con «se frotó los ojos». Quizá me equivoque y no es un quiebro, pero me resulta novedoso y arriesgado.
Un abrazo.
Con lo que me gustaba de pequeña Edmundo Dantés… Hace unos años conocí la isla de If, muy próxima a Marsella y me encantó recrear las aventuras carcelarias del conde, así como su fuga.
Un relato onírico y decimonónico, Mei. Entra muy bien y me gustan las connotaciones literarias.
Un beso.