SEP64. VERANO DEL 68, de Antonio Toribios
Cuando Zanito volvió de la piscina aquel domingo, le extrañó que a la puerta no estuviese el Seat 600 de su padre. Había empezado a ver cosas extrañas dos o tres calles antes, pero no había tomado consciencia de ello hasta estar ante este vehículo de curvas depuradas y brillos metálicos que para nada se parecía al utilitario recientemente repintado de amarillo. Se acercó a la puerta y trató de abrir pero no pudo. Iba a llamar cuando apareció un hombre en el dintel. ¿Quién es usted? –le preguntó desafiante. Zanito se quedó helado, pues reconoció rasgos suyos en los de él. Farfulló una disculpa y se alejó, mientras le asaltaba la imagen de una película reciente, donde a Burt Lancaster le pasaba algo parecido. “No es posible” –pensó, con el corazón dándole un vuelco- y le asaltó la absurda idea de que aquel joven pudiera ser el hijo que aún no había tenido. Se pellizcó el brazo con la esperanza de despertar, pero sólo consiguió hacerse un morado. Su vista reparó en un extraño panel luminoso en plena calle donde aparecía: “26º C”, y después la cruda verdad: “08-09-2013”.
Un relato muy interesante, Antonio.
Cuando la paradoja nos aturde, ahí está el maestro Toribios para hacérnosla aguda e interesante.
Un saludo
Juan M
Hola,esa vuelta a la realidad cuesta tanto a veces.Y reconocerse en uno mismo,también.
Suerte
Rosa.
prometedor y con diversas lecturas.
Eso sí son vacaciones, je je.
Saludos Antonio, suerte.
Gracias por vuestros comentarios.
Antonio, esa idea futurista es posible en la historia, junto con otras lecturas más surrealistas. Bien descrito el relato y sus imagines. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda. La peli se llama «El nadador».
Mira la de veces que nos han contado que hubo muchísima gente luchado en el 68 para intentar avanzar y crear un futuro mejor… y he aquí que ahora sabemos que por lo menos alguno lo consiguió.
Un abrazo y suerte.
D.Antonio, los viajes en el tiempo son, a veces, buenos refugios de anhelos, insatisfacciones o espejismos. Y por mi parte bastante freudiano.
Suerte
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Una insolación en toda regla, que se ponga el gorrito y asuma de una vez la calvicie. Buen relato imaginativo, Antonio.
Un abrazo.
Desconcertante,no puedo decir mas, bueno si,que está muy bien escrito.
Un saludo .
Puri