SEP65. SORPRESA, SORPRESA, de Amparo Martínez (Petra Acero)
El salón huele a cebolla y laurel. En la mesa: el mantel que nos regaló su madre, la vajilla de las ocasiones especiales y una gran vela de cumpleaños… ¡Lástima tanto trabajo para nada! Este año no habrá fiesta sorpresa… Atravieso la puerta, entro en la cocina. Me parece más pequeña y estrecha: ¡como la cabina del camión! Ella trajina entre sus recetas mágicas. El rojo le favorece. Su barriga feliz me recuerda a papá Noel… No te preocupes, gordi, os cuidaré: ¡he vuelto para eso!
Suena el teléfono. Es la policía para comunicarle que su marido ha sufrido un accidente de tráfico, pero con el ruido del extractor no lo oye. Mira el reloj del horno, sonríe y murmura: “Ya está hecho”. Abre la puerta de la cocina y pasa al salón… ¡Nada!… No me ve. ¡Tendría que verme! Ella ve… cosas…. Si no ¿para qué he vuelto?
Llaman a la puerta. Es Manolo, el carnicero. Entra como Pedro por su casa… Morrea a mi mujer, acaricia a mi futura hija y se sienta a la mesa como si fuera yo. Ella le sonríe y, con los ojos encendidos, sopla mi vela negra de cumpleaños.
Un ambiente muy bien desarrollado, con esa visión tardía de la realidad.
Enhorabuena y abrazos
Un ambiente muy bien desarrollado, con esa visión tardía de la realidad.
Enhorabuena y abrazos
Pero qué buena eres, Amparo. No sólo el muerto se ha pegado una gran sorpresa, sino también nosotros, los lectores.
Un abrazo.
Amparo, coincido con Sara, la sorpresa ha sido mayuscula; buenas imagenes y bien descrita la atmosfera de la casa. El titulo es muy aparente. Suerte y saludos
Tus relatos siempre dejan sorpresa al final. Muy bueno Amparo. Aprovechó pata felicitarte por tu circo, que me encantó
Me ha gustado la descripción del ambiente que has creado.
Un final inesperado de «yuyu» con ese cirio negro.
Suerte y recibe mi saludo.
No sé si me gusta más tu relato, la bruja arpía que has imaginado o el ambiente de la historia, tan alejado de los tradicionales cuentos de hadas o brujas con príncipes y princesas a los que estamos acostumbrados. Qué buenos ratos nos haces pasar, Amparo.
Espero que estés recuperándote muy bien. Un abrazo y suerte.
Muy buen retorno señorita metálica. Qué saludable es la ignorancia, je je.
Abrazos, suerte.
Petra/Amparo, que final tan demoledor. A mi iba resultando tan tierno, y mira. El título es que ni pintado, sorpresa, sorpresa.
Me gustó mucho.
Besos
… como te decía: «También vuelvo a leeros y por lo pronto, tu micro me ha encantado. Desde luego, me he llevado una gran sorpresa con tu lectura.
Besicos muchos.
Parece ser que para los fantasmas el tiempo no se mueve. Él no sabe que está muerto y que ella rápido rehízo su vida. Buena historia, ¡suerte!
Saludos.
Con tus relatos siempre se va de sobresalto en sobresalto y de sorpresa en sorpresa, que imaginación tan vivaracha tienes. Imaginando ya que era un fantasma, el cirio negro me descolocó un poco y me abrió nuevas posibilidades. Un beso y ¡suerte!
Vaya, vaya… cualquiera esperaba ese final estilo «ghost»… jaja
Alias Petra Acero, de acero puro el golpe sorpresa de verme cornudo consentido, no me queda otra y encima muerto.
Puf mejor me vuelvo al camión y me olvido de lo visto.
Muy bueno.
Suerte
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Con todo el humor negro del relato, lo más llamativo es cómo has elegido contarlo: el carnicero, el camionero, el olor a cebolla, la gordi, el Manolo… Ahí veo yo a una escritora con ideas claras.
Un abrazo.
La ignorancia consigue mantenernos en ese estado de felicidad que el conocimiento nos niega… o algo parecido.
El protagonista nunca hubiera imaginado que su esposa le engañaba (¿desde cuando?, la hija será suya o del carnicero). ¿Para eso ha vuelto, para enterarse que era un «cornudo» feliz?… Lo que no sé si descubrirá es que fue ella quien ideó y manipuló su muerte (cuando las velas negras han realizado su cometido, se apagan…)
Gracias a todos por vuestros comentarios. Me alegra haber podido daos una SORPRESA detrás de otra…
Muy buena historia de sorpresa y desamores.
Abrazos.
Vaya sorpresa que nos has dado, muy bien ambientada y muy bien narrada.
Un abrazo
Un acierto la elección del narrador. No ocultas que él está muerto, pero sí que al final aparece el carnicero. Simpático. Y luego dicen de los camioneros, mira que la carne es débil y además, el hijo no es suyo. Venga, suerte con la Penélope de fin de mes.
Vaya, vaya… El final me ha hecho sonreír: totalmente inesperado y con toque de humor muy tuyo.
Un beso.
Un relato de intriga, sin lugar a dudas. El final es verdaderamente sorprendente y triste, porque ha tenido que morir para ver cómo es su vida sin él. Vaya, vaya, pobre hombre. Muy bueno, Amparo. Un abrazo
Me gusta el modo en que lo has contado. Y ese carnicero de última hora, cuando ella se mira el reloj….jajá, me ha hecho sonreir el final, a pesar de que ya sabíamos que quien narra estaba muerto.
Un beso Petra y mucha suerte, mucha.