SEP66. LAS MONEDAS Y LA FUENTE, de Mª Asunción Buendía (Asun)
Las monedas tintinearon al chocar entre sí, antes de sumergirse. A su vez las risas frescas y limpias de los jóvenes cesaron hasta que comprobaron que todas las lanzadas, hubieran hecho blanco en las cristalinas aguas de la fuente. Luego volvió a estallar el griterío.
De fondo la resignación del profesor de historia. No podía con esos muchachos, solo sabían reír, y sacar punta a todas sus explicaciones.
Sin embargo estaba feliz. El viaje de fin de curso terminaba, y había sido un broche perfecto para cerrar su larga carrera. Seguramente sus alumnos no habían aprendido toda la historia del arte que él pretendió enseñarles. Pero siempre recordaría las muchas ocasiones en que le escucharon con la boca abierta, aunque luego soltaran la risotada y gracieta de rigor.
Así que él también arrojó su moneda.
Y las monedas y la fuente cumplieron su misión: todos volvieron.
Los alumnos, años más tarde y con diferentes motivos. Lunas de miel, viajes de negocios, importantes reportajes fotográficos, aburridas visitas familiares… y el profesor, aunque nunca había vuelto a viajar, volvió muchas veces más.
Volvía siempre en la memoria y en el corazón de cada uno de sus alumnos.
Tu relato me ha hecho recordar historias parecidas de aquellas monedas que en la Fontana de Trevi en Roma lancé en la juventud, después en un par de ocasiones y quedando pendiente una próxima visita y que no solo sea en la memoria.
Suerte y recibe mi saludo.
Gracias Anna precisamente pensaba en esa fontana cuando escribí este relato. Todos hemos echado monedas allí, verdad?
Yo también espero volver algún día.
Besos.
Vaya, una historia muy cercana: yo también llevo a mis chavales a sitios que no aprecian en su momento pero que recuerdan siempre.
Un saludo y gracias por este ratito
Juan M
Juan Manuel, un bravo por todos los profes que ponéis ese gusanillo de entusiasmo por la cultura y la curiosidad por saber en todos nuestros niños.
Besos
Yo no soy docente. Pero, en cambio, sí me veo reflejada en parte cuando era alumna.
Al hacernos mayores nos damos cuenta de la profunda huella que dejaron en nosotros algunos profesores. Y su recuerdo, como bien dices, permanece vivo en nosotros siempre. Interesante relato para la reflexión, Asun. Un abrazo y suerte
Juana tampoco yo soy profesora, y ni siquiera tuve la suerte de ir a uno de esos fantásticos viajes de fin de curso, bueno si fui a uno, pero fue a Peñíscola…
Un beso y gracias por la suerte.
Entrañable historia, esas risas adolescentes me traen a la memoria los años en los que todo era diferente. Mirar la vida con esos ojos y poder reir de todo.
Besos Asun y suerte. Me gustó mucho tu aportación de este més.
Gracias Yashira, ya que es comienzo de curso, viene al caso hablar de los profesores. Y se me ocurrió esta historia.
Un beso grande.
Una muy bonita historia, Asun, con un final perfecto como homenaje a esos profesores que lo dan todo, a pesar de lo que tienen que aguantar, y que muchas veces no pueden ver el resultado de su cosecha.
Un abrazo y mucha suerte.
Rafa me alegro de que todos reconozcamos la labor de nuestros profesores, la mayoría de ellos han dejado una huella enorme en nosotros.
Saludos.
una hermosa historia y un sentido homenaje a quienes supieron en su memento especial inculcarnos los reales valores- me encantó- un abrazo y exito
Teresita tenía la idea de las fuentes donde se echan las monedas para volver a la ciudad, pero luego la historia terminó así, y me pareció muy acorde con este mes de inicio escolar.
Besos.
Un relato evocador. Recuerdo con mucho cariño a los maestros que nos llevaban de paseo como una manera de premiar el esfuerzo pero que en realidad era una excusa para que siguiéramos aprendiendo. Muy bonito, me ha gustado, ¡suerte!
Saludos.
Beto creo que no habrá ninguno de nosotros que no añore a algún profesor. Sobre todo porque con los años comprendemos que casi siempre tenían razón.
Besos.
Asun, qué relato tan emotivo. Cuando un profesor es recordado con cariño por sus alumnos es la mejor muestra de que ha hecho bien su trabajo, de que su paso por el colegio ha dejado huella. Yo no me acuerdo de todos mis profesores, incluso alguno no lo quiero olvidar para ponerlo de «mal ejemplo», de lo que un profesor no debería hacer nunca… Sin embargo recuerdo a mis maestros de primaria (EGB) con mucho cariño.
Un relato lleno de vida y de regresos (algunos en le corazón)
Un beso grande
Petra me alegro de despertar emociones tan bonitas en los que me leéis, sin pensarlo estoy haciendo recordar a nuestros maestros que sin duda lo merecen, aunque siempre hubiera alguno al que precisamente quisiéramos olvidar.
Un beso grande.
Asun, evocador y romantico tu historia de toda una vida de trabajo hacia los demás; bien reflejada esa idea y su final. Suerte y saludos
Gracias Calamanda, es verdad que ha quedado un poco nostálgico, pero claro el tema era volver…
Besos.
Hola, Asun.
¡Qué bonito y entrañable micro! Dícen que uno no muere del todo mientras haya personas que lo recuerden. Me ha traído a la memoria tantas cosas que me voy encantada a preparar la cena.
Este mes puede ser el mes, Asun, porque el micro es fantástico.
Un beso muy grande y felicidades.
Hola Towandita, me alegro de que te guste mi relato de este mes. Ya sabes lo que me pasa, empiezo a escribir una cosa y acabo con otra. Tenía la idea de la fuente y el deseo a través de las monedas, pero en el metro se me cruzaron los niños y la vuelta al cole, y en fin, me entró la nostalgia de los profes.
Bueno mañana te veo y te lo termino de contar.
Besitos.
Asun, es inevitable leyendo tu relato no recordar los preciosos años que hemos pasado en la universidad. Una historia entrañable que capta la atención del lector por el principio. Está muy bien narrada y con un final emocionante. Un fuerte abrazo, Sotirios.
Soti, me alegro de traerte buenos recuerdos, y de que te guste como he narrado la historia.
Besos
Dejar un buen recuerdo en los que nos conocieron, se puede pedir algo más?
Buen remate, Asun.
Me gustó.
Rosy
Rosy aunque no queramos admitirlo, nuestros profesores dejaron un huella grande en nosotros y visto desde la distancia, el recuerdo se ve envuelto en cariño.
Besos
Decirte que es muy emocionante la historia de este profesor, me recuerda a algunos de los que tuve,de esos que recuerdas siempre y que te viene a la memoria por alguna frase, lugar o porque se cumple aquello que tantas veces nos advirtió:»cuando seáis mayores lo entenderéis», nos solían decir.
Y tu nos pones en esa escena, en esa clase, en esa etapa vivida.
Suerte.
Rosa.
Decirte que es muy emocionante la historia de este profesor, me recuerda a algunos de los que tuve,de esos que recuerdas siempre y que te viene a la memoria por alguna frase, lugar o porque se cumple aquello que tantas veces nos advirtió:»cuando seáis mayores lo entenderéis», nos solían decir.
Y tu nos pones en esa escena, en esa clase, en esa etapa vivida.
Suerte.
Rosa.
Gracias Rosa por tu «repetido» comentario, que si cuento el del blog, es ya triplicado.
Con los años empezamos a valorar y comprender muchas cosas.
Besos.
Asun, muy entrañable tu relato que nos hace recordar a nuestros maestros. Es cierto que lo que en un tiempo y sobretodo cuando somos adolescentes no le damos el valor suficiente, con el tiempo adquiere otras dimensiones más significativas.
Me gustó mucho, por lo que te deseo mucha suerte.
Un saludo.
Elena
Gracias Maria Elena, el tiempo pone todas las cosas en su sitio, y nos hace ver con otra perspectiva. Y la huella dejada por nuestros maestros es algo que a veces guardamos como un tesoro.
Saludos
Hola Asun, nostálgico ese justo instante del recuerdo que perdura sin llegar a crecer. Todos tenemos recuerdos enormes de seres pequeños.
Es bonita la imagen que nos trasladas.
Suerte.
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Gracias, al principio solo pensé en la fuente y las monedas, y luego me vino la imagen de tantos alumnos que visitan lugares con sus profesores.
Gracias por la suerte, que también te deseo.
Un abrazo
Un relato tierno y lleno de verdad. Me ha gustado.Suerte Asun.
Gracias Concha, como ves muchas veces las monedas y las fuentes cumplen los deseos.
Besos.
Asun: Has tenido la virtud de escribir un relato «como la vida misma», y eso es muy difícil.Mucha suerte. Saludos.
Asun: Has tenido la virtud de escribir un relato «como la vida misma», y eso es muy difícil.Mucha suerte. Saludos.
Asun: Has tenido la virtud de escribir un relato «como la vida misma», y eso es muy difícil.Mucha suerte. Saludos.
Lola, Lola, Lola, te respondo así y vale por los tres no crees? Es muy divertido cuando se cuelan tres comentarios sin querer. Yo por mi encantada, no creas.
Y te diré que efectivamente este relato es seguro que nos identifica a todos.
Un besito.
En el fondo, Asun, y aunque a veces parezca que no, siempre quedan grabadas en la memoria imágenes, recuerdos, frases, de aquellos que nos instruyeron. En ese entonces, era una mezcla difusa, pero luego el tiempo va situando las cosas en cada lugar. En mi caso, arbitrariamente y «nonsense», lo cual viene bien para delirar relatos.
Un abrazo.
Si Susana, estoy convencida, es lo mismo que pasa con nuestros hijos, creemos que no nos escuchan y a veces nos sorprenden, años después, haciendo justo lo que tanto les aconsejamos.
Pero eso del «nonsense» te aseguro que no lo había oído nunca, me resulta muy curioso.
Besos
La lengua inglesa tiene frases con significado muy amplio, muy moldeable. «Nonsense» es una expresión muy utilizada. Literalmente es «sin sentido» y como te digo, abunda y te la puedes encontrar en todos los contextos.
Yo sigo prefiriendo el español.
ok Susana, yo también prefiero el castellano, por que en la lengua inglesa me manejo más o menos como cierta alcaldesa.
Besos
Psss… rojo y en gotero. Mi personaje es un poco torpe pero es todo un …novato pero lo es. (/ Hasta aquí puedo leer pero hay más opciones claro)
Tu relato es tierno , evocador y descriptivo, como casi todo lo que te he leído, es una de tus líneas.
Besinos Asun,
Que sí, que sí, que me lo figuraba.
Muchas gracias por tus lecturas, ya sabes la ilusión que me hace.
Abrazos
Asun, emotivo tu relato homenaje a esos profesores entregados que, efectivamente, vuelven en la memoria de los alumnos. Recuerdo cuando a mi padre le paraban hombres por la calle y le llamaban «Don Florentino». Aplaudo tu propuesta.
Ximens veo que a través de tu padre has vivido la esencia de mi relato.
Un abrazo grande.
Has dado en el clavo, Asun. Es un sencillo y hermoso homenaje a un oficio muy noble, y actualmente, suicida y terriblemente devaluado. Mi bisabuela materna era maestra, aún hoy, los viejos del lugar se refieren a mi madre como la nieta de Dña. Teresa, la maestra de Hevia.
Y el relato da en el clavo por partida doble, pues sin decirlo (y no he leído todos los comentarios, sólo tres), más de uno hemos pensado automáticamente en la Fontana di Trevi. Sólo estuve una vez y no tengo buen recuerdo, sentí frío, una sensación rara, una especie de premonición de uno de los sucesos más terribles que sacudió mi vida apenas dos semanas después. En fin. Hace mucho tiempo, ya pasó todo, pero hay que ver el poder que tienen las palabras.
Buena noche, un abrazo.
Gracias Esteban y también te felicito por esa bisabuela maestra, que en su época fue sin duda una gran mujer de la que estarás muy orgulloso.
Y tienes razón mientras escribía el relato visualizaba la fontana de Trevi, donde estuve, lancé las monedas, me engañaron con una rosa, pero aún no he vuelto.
Lamento que a ti te traiga un mal recuerdo, pero si ya pasó todo, quizá sea tiempo de volver.
Un beso enorme.