SEP79. ACEPTACIÓN, de Alicia Yustas Humanes
Mi hijo tenía cuatro años cuando le atacó un cáncer de huesos. Un año de quimioterapia después, su pierna izquierda cayó como fruta madura. Desde ese momento, fui incapaz de bañarle o vestirle. Me horrorizaba la visión de su pierna amputada. Mi marido se encargaba de todo, mientras yo lloraba en el dormitorio, hasta que se derrumbó y se fue de casa.
Mi hijo caminaba por la casa con sus muletas de juguete, como buscando algo. Apenas hablaba. Yo seguía sin poder mirarle. Cerraba los ojos cuando le bañaba, llorando. Mi hijo me miraba con ojos tristes, como queriendo preguntarme por qué.
Una mañana lluviosa fui a despertar al niño. Retiré la sábana y vi su muñón. Miré su cara. Me di cuenta de que seguía siendo mi niño. Le tomé en brazos. Un rayo de sol atravesó la ventana mientras jugaba con él en la bañera.
Duro con final enternecedor,me ha gustado mucho.Suerte. Nuria.
Tras las nubes, siempre está el sol y cuando llega es una fiesta. Hay una dura historia tras este relato, pero también muchos sentimientos encontrados. El título es una declaración.
Las muletas de juguete tiene mucha ternura.
Desearía no fuera verdad, pero a la vez, te felicito por la superación, si fuera así.
Un cálido abrazo a los dos.
Me sumo al comentario de Antonia. Aceptar una situación dura es el comienzo para poder superarla. Sí el sólo un relato, consigues llegar al corazón, si es una historia real, te diré que yo también se lo que es ver sufrir a un niño y sufrir por ellos. Los peques tienen una capacidad prodigiosa de amoldarse a todo, y la luz es lo único que atraviesa el cristal sin romperlo. Un micro sobre la madurez y la superación. Besos de otra madre.
Muy pero muy conmovedor, admirable poder contar una historia así de ser real se me hace un nudo en la garganta, pero es verdad aceptar las cosas es el primer paso para superarlas.Mucha suerte y un abrazo.
lo mejor que he leído,te felicito de todo corazón-Héctor
Estamos hechos para adaptarnos a cualquier situación por imposible que nos parezca en el caso de que afecte a nuestros hijos. Vivo una situación similar. Mi hija perdió la audición totalmente y de súbito, cuando tenía 22 años. Le preguntamos si es feliz y ella responde que mucho. Ellos se adaptan mejor que nosotros.
Un abrazo.
Enternecedor y duro pero bello relato. Me ha gustado mucho.
Un beso y suerte!
Blanca
Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios, me han conmovido. El relato es ficticio, aunque me he inspirado en lo que le está pasando a un gato mío. Ya se sabe que a los gatos y perros se les quiere como a un miembro más de la familia. En mi caso, aún no he llegado a la aceptación.
Un gran abrazo a todos
Alicia….una experiencia durísima la que cuentas en este relato de ficción. A veces, al leer este tipo de cosas, acabas preguntándote si su autora se ha basado en un trocito de su vida, que afortunadamente, compruebo que sólo tiene parte de realidad en tu gatito, aunque este hecho, tal y como dices, no es para quererlo o sufrir menos.
La sucesión de escenas en tu narración hace recorrer un escalofrío en la piel del lector.
Buen micro para ENTC. Recibe un abrazo desde mis palabras.
que dificil es aceptar esa dolorosas pruebas que pone el destino- conmovedor relato, escrito desde el corazón- duele por lo real y alguna vez cercano- exitos
Alicia, después de leer que es ficticio me gusta mucho más, que mal rato he pasado por tu culpa, de lo bien que lo habías expresado.
Un beso
Muchas gracias Laura; yo creo que todo el que escribe pone un pedacito de su alma y de su vida en lo escrito.
Muchas gracias teresita y EPIFISIS. Siento que hayas pasado un mal rato 🙂
Un abrazo.
Alicia, has conseguido sobrecogerme. Suerte.
Hola Alicia ya conocía la historia de tu gato por haberla leído en tu blog. Espero que se recupere bien, dentro de lo posible.
Tu relato me ha gustado porque a pesar de ser muy duro tiene un final feliz. Por lo menos el niño se salva que es lo importante. En la realidad no es lo normal.
Te deseo suerte este mes. Un saludo.