SEP80. NO QUIERO DECIRLE ADIÓS SINO HASTA LUEGO…, de Rosa Mª Iglesias Yañez
– Papá. ¿Cómo estas?
– Bien hija. Mejorando.
– Felicidades. Hoy es el día del padre. Pasa un buen día ¿Está mamá contigo?
– Sí. Te la paso. Un beso hija.
– Gracias Papá. Nos vemos el viernes. Te quiero.
Hablo con mi madre un rato más. Los ojos se me encienden y de ellos caen lágrimas que viven conmigo a todas horas, desde hace unos meses.
La noticia de su enfermedad ha cogido a la familia por sorpresa, y no mejora ni mejorará. Como fruta madura cae hacía el suelo para ser recogida mas tarde y de repente desaparecer.
Estoy tan lejos de él que tengo miedo. Me aterroriza no poder
llegar a tiempo, para despedirme y decirle adiós. Sufro cada día la distancia, que por otra parte yo he elegido. Que jamás imaginé que doliera tanto.
No dejo de pensar las ganas que tiene de vivir y lo cerca que está de la muerte. Algún día recordaré su sonrisa y su forma de querernos, dentro de muchos años el dolor se habrá convertido en resignación y no dolerá tanto.
Pero la tristeza permanecerá en mi todos los años de mi vida.
Muy conmovedor y muy bonito felicidades.
Me gustó mucho leer la historia,aunque con unas lagrimitas ,parte del relato me hizo sentir identificada,muy conmovedor tu relato Rosa :)suerte!
Rosa,he leído tus relatos. Describes estados de ánimo aplastados por las ausencias próximas o la ya irrecuperables. Por todo lo que has descrito hemos pasado y paseremos los demás. Bueno, todo puede suceder, pero no creo que me coma el cocodrilo al pasar el río con los Nús.
En mi experiencia si los ausentes fueron buenas personas, es verdad que queda una especie de consuelo y una pizca de alegría por el orgullo de haber tenido la oportunidad de compartir sus vidas. Eso nos hace seguir adelante.
Me gustaría que el mes próximo nos cuentes algo sin lágrimas.
Un abrazo, compañera.
Bonito relato, aunque algo triste.
Suerte.
Blanca
Rosa, que cruel realidad esta que cuentas y que tenemos que asumir, los que estamos lejos de la familia y desearimaos estar cada segundo con ellos, sobre todo cuando se sabe que no habrá mucho tiempo ya. Por que me toca, me ha llegado muy dentro.
Voy a respirar y a seguir leyendo otros relatos. El tuyo, ya tiene un lugar en mi.
Estoy entrando en depresión galopante, muy emotivo.
Un beso
Siento mucho deprimiros a todos pero la vida a veces es cruel y los malos recuerdos nos acompañan para siempre eso es inevitable.
Lo que he escrito es verídico, y pasó por desgracia, ahora tengo la suerte de estar con los mios.
Prometo que lo próximo que escriba será más alegre y quizás ficción o no…
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Rosa
Hola Rosa,
me ha encantado la frase de «Bien hija. Mejorando» que denota ese querer mantener el tipo y no preocupar a los seres queridos. Relato verídico por tanto más díficil aún de redactar, o no, no se, yo también me desahogo al teclado. Yo he perdido a mis dos padres y ya no hay tristeza en mi, sino como dice Jesús Alfonso orgullo de haberlos tenido, y siemper que pienso en ellos acabo sonriendo, te deseo lo mismo, que llegará, ya verás.
Respecto al relato en sí, mezcla de díalogos con frases cortas y pensamientos en frases largas, bien le da un ritmno interesante. Besos Rosa.