SEP82. COMO UNA ESQUIRLA, de Javier Palanca
Se dice que Víctor Balbuena volvió ciego de la guerra.
Según los médicos, a causa de una esquirla de metralla alojada en su cerebro. Según él, no era más que vista cansada; un hartazgo de visiones insoportables que transformaron la miseria humana en resultados.
Aquel día, con la nieve blanqueando el pueblo, y cuando intuía que la frialdad de sus dedos anunciaba los últimos suspiros de sus agotados pulmones, me hizo llamar.
Ya junto a su lecho de hierro forjado,me dijo, con palabras entrecortadas por la fatiga, que su peor condena había sido no volver a discutir con mi padre tras la contienda, que no había vuelto a tener un contrapunto como él en aquellass tertulias del casino y en las entonadas lidias en fiestas.
Yo, desconcertado y emocionado, le pregunté si no había sido peor la ceguera, y fue entonces cuando él me regaló la complicidad:
-Tienes los mismos ojos verdes de mi añorado amigo Eladio.
Me gusta mucho la idea de regresar ciego de una guerra por lo que se ha visto, y también la de ser «ciego» para lo que uno quiere, harto de cómo son los hombres.
Saludos y suerte este mes.
Gracias, Rafa, esa era una de las ideas del relato, y aprecio que te guste.
Un fuerte abrazo
Muchas veces los ciegos son los que más se empeñan en querer ver.
Tu Victor veía mucho y muy bien, tanto que percibía el color verde de los ojos del narrador.
Precioso. Un saludo.
Virtudes, veía mucho, pero había visto demasiado.
Gracias por tu apreciación y estímulo.
Besos y abrazos
Muy chulo Javier, me ha gustado el tema , el tratamiento y ese echar de menos al amigo despues de tantos años de vuda. La imagen de la vista cansada producida por tantas visiones atroces es buenisima.
Suerte
Gracias, Montesinadas, por el comentario. Para mi, la parte del amigo es el mensaje importante del relato. Vivían discrepando sin problemas hasta que se vieron enfrentados con armas que ellos no necesitaban.
Mis abrazos
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Que buena sería esa ceguera selectiva, mucho mejor que arrancarse los ojos, dónde va a parar.
Muy buena visión del volver Javier. Que tengas suerte, un abrazo.
Gracias, Miguel, por tu comentario y apreciación. Esta ceguera es una huida.
Mis abrazos
Como dijo aquél oculista impostor que dejó ciega a media ciudad «total, para lo que hay que ver». Muy interesante, muchas historias en una sola. Suerte.
Gracias, Rafa, me gusta que hayas visto esas varias historias que ha veces queremos transmitir en tan poco espacio.
Muchos abrazos
Javier, los mecanismos de defensa funcionan en muchas situaciones, sobre todo las límites. Buena historia llana de buenas propuestas. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda, Me gusta que veas esas varias propuestas porque quería transmitieras.
Un placer, y besos.
Un sentido que falla nos desarrolla otro, y así se compensa nuestra percepción del mundo.
Me ha gustado mucho la respuesta final.
Juan M
Gracia, Juan Manuel, por apreciar el final, ya sabes que en los micros suele ser importante. En este no solo quise desvelar lo de la ceguera sino que también se viera la importancia del amigo perdido por estar en bandos contrarios en una guerra que a ellos no les hacía ninguna falta.
Saludos y abrazos
Muy interesante el mensaje de este relato, que bajo la máscara de una ficticia ceguera física, se esconde la ceguera provocada por las atrocidades vividas y por la pérdida de una amistad. Felicidades y suerte
Gracias, Juana. En tu comentario van los dos mensajes más importantes del relato.
Muchos besos
Javier, triste y emotivo tu relato que habla de la amistad y de los horrores de la guerra. Me gusta mucho como transcurre la narración.
Te envio un saludo y te deseo mucha suerte.
Elena
Gracias, Maria Elena, por transmitirme lo que has visto tan acertadamente.
Mis abrazos
los demás comentaristas ya lo han dicho todo… así que decirte que a mi también me ha gustado tu relato…
el héroe de mi propio relato ( el 52) podría haber reaccionado de la misma manera… quien sabe… quizás su ultimo vástago podría haber tenido los mismos ojos que su amigo del alma por ejemplo…
Gracias Christine. Voy a ver lo que comentas.
Abrazos
Felicidades Javier por este relato. Tiene muchos matices, la ceguera «selectiva», en este caso una preciosa idea, cuando ya se cansa uno de ver tanta sinrazón. Otro matiz, la vuelta y comprobar que al que más echas de menos es a aquel con el que aparentemente discutías. Y el broche final,cuando confiesa al nieto sus secretos mejores guardados.
Me parece sencillamente perfecto.
Un abrazo.
Gracias Asun, lo has VISTO todo. Me alegra mucho.
Besos
Hola,no hay mayor ciego que el que no quiere ver, en este caso,veía más que todos.Se aprende a vivir con ello,una vida diferente.
Suerte
Saludos
Rosa.
Gracias Rosa. Sí, tomó una decisión consciente.
Besos
Estupendo relato Javier, quizás de vez en cuando nos venga bien dejar de ver lo que no nos agrada. Ese anciano creo que sabía lo que se hacía.
Suerte y saludos.
Gracias Yashira. Desde luego que Victor sabía mucho y no le gustaba casi nada.
Abrazos
Vaya Javier, bonita puesta en escena de la «ceguera selectiva», cuento con ese trasfondo de dejar pensando al lector, tiene esa ternura de las historias tristes. Pregunta -ya sabes que soy preguntona- por qué el título es «COMO una esquirla»?? ese como se me hace curiosísimo.
Abrazos
Gracias Mel, por el comentario y la pregunta. El titulo se inspira en la frase más común de «como una espina clavada».Esa espina para él es la perdida del amigo a causa de una guerra que los puso en bandos distintos. Como en el texto sale una esquirla inexistente puse en metáfora una que si está.
Bueno, esa era mi idea.
Mil besos
Ahhh, gracias por la explicación. No es la primera vez que te pregunto por un título tuyo, pensarás que soy mema, pero es que no me gusta quedarme sin acabar de entender las cosas. Claro tampoco había caido del todo en que pudiesen estar en bandos opuestos, que pena verdad?. Gracias!!
Gracias siempre a ti por interesarte.
Abrazos