SEP86. OTRA ÉPOCA, de Nicolás Jarque Alegre
Era costumbre que por San Jorge y de forma rotativa, las familias que habitaban el feudo obsequiaran al conde con un presente. Hasta donde le alcanzaba la memoria a Calixto, el noble había recibido grandes preseas, a cual mejor, que lograba amainar la presión sobre sus siervos. Por ese motivo, el joven andaba preocupado meses antes de la festividad, ya que había llegado el turno de los suyos y su padre no les había revelado el agasajo que entregaría ni cómo sería capaz de conseguirlo.
Continuó desconcertado hasta el día en el que debían cumplir sin que observara variación en la rutina de su casa, salvo que su hermana pequeña, la misma que por orden paterno disfrutaba de una vida contemplativa, estaba siendo engalanada, entre lágrimas, por su madre. La muchacha lucía un elegante traje blanco que exaltaba su figura, convirtiéndola en una mujer. Y la envidió porque sería ella la que presentaría el obsequio, recibiendo todos los halagos. Entonces, Calixto con rabia, fue a reclamarle cuentas a su padre, y desconsolado quedó de por vida con la respuesta: —Mariana es lo mejor que tengo, ya está madura y es lo único que le podemos entregar al conde.
Me extrañaba mucho lo de una «vida contemplativa», porque si algo sabemos de otras épocas es que los niños trabajaban como los mayores y estos no llegaban a viejos.
Luisa, quizás ese apunte da muchas pistas para el final, aunque sin él, relato no hubiese tenido tanto sentido como al final creo que tiene. Es cierto que en aquella época los niños trabajaban como el que más.
Un abrazo.
Me gusta tu historia, refleja la crudeza de unas costumbres que vistas desde la distancia nos resultan surrealistas, si se pudieran trasladar a esa época los movimientos sobre la igualdad… iban a tener tarea.
Me gusta la figura de la madre derramando lágrimas, por muy arraigada que estuviera la costumbre, una madre es siempre una madre.
Suerte.
Yolanda, la historia tiene muchos episodios que ahora son más literarios que realistas, aunque en ciertas sociedades costumbres de otra época aún se mantienen.
Las lágrimas de la madre es otra pista para la compresión y resolución del relato, y es que una madre es una madre.
¡Muchas gracias! Espero que tú también tengas mucha suerte.
Abrazos.
Cómo ha cambiado la sociedad desde la Edad Media. El feudalismo ha desaparecido ¿no?
Nicolás, un cuento que nos deja mal sabor de boca por la historia que cuenta. Y que sin embargo nos sabe a fruta sabrosa por cómo lo cuentas.
Un beso grande.
Petra, ha cambiado en algunos aspectos, en otros… aún no. Y tal como funcionan las cosas y los cambios que nos imponen, estamos viviendo una involución en cuanto a derechos.
Esta vez las musas y la inspiración me llevó por estos derroteros, y no me quejo, pues están últimamente muy paradas.
Un beso grande.
La envidia que corroe a tu personaje sigue causando los mismos estragos en esta época, por desgracia eso no ha cambiado. Por su sabor a Historia, tu historia me gusta Nicolás.
Un abrazo querido cuentista.
Paloma Hidalgo
Paloma, la envidia es un sentimiento que pudre a quién la sufre y a todos aquellos que están a su alrededor, sin duda, nubla la razón.
Me alegro que te gustase, pues es un camino al que no acostumbro a transitar.
Un abrazo fuerte.
No recuerdo haberte leído ningún relato feudal hasta hoy. Este mes va de condes, Luisa aportó otro. Suerte Nicolás.
Un abrazo, Escritor
Esperanza, creo que es el primero que escribo, por lo que habré pagado las purgas del novato. Ahora que lo dices, es cierto, pero que conste que es solo casualidad :)P
Un abrazo, Escritora.
El relato esta muy bien narrado, se lee con mucho gusto. Gracias por sacar a colacion una palabra tan interesante como «presea».
Por ponerle un pero, creo q hay un pequeño desfase del narrador a la hora de «entregar» su conocimiento de los hechos. El lector es consciente mucho antes que el «ingenuo» Calixto de lo q se avecina. Eso, en mi opinion, le quita un poquitin de fuerza al final.
No obstante, me encanta tu manera de narrar, envidiable!
Un abrazo y suerte
NACHO RUBIO
NACHO RUBIO, ¡Muchas gracias! Tuve mucho miedo en ese aspecto y te doy la razón, quizás el lector adivina el final antes de que se produzca. Pero aún así, estoy satisfecho con ese final, que para mi opinión, sigue siendo potente.
Suerte para ti también.
Un abrazo.
A mí me ha pasado como a Nacho, en el momento que leí lo de que la joven estaba siendo engalanada me quedó claro lo que iba a suceder, pero los relatos no tienen por qué tener un final sorprendente, sino un buen pulso narrativo y para mí este lo tiene, además de salirse de la ambientación común. Enhorabuena.
Ana, si ha sido así se ha cumplido mi mayor preocupación con este relato, que era esconder el final, pero no supe conjugar ofrecer pistas con el cierre del relato. Coincido contigo en que no todos los relatos deben poseer un final sorprendente, sino que te enganchen y no te suelten hasta el final, que te involucren.
¡Muchas gracias!
Un abrazo.
El relato, muy bueno. Entiendo lo de la vida contemplativa de la chica porque estaba destinada para ser sierva de Dios? Qué bien montado se lo tenían antes los señores feudales ¿eh? Los de ahora, aunque muy democráticos, también quieren quedarse con todo y también en plan rotatorio: ahora los parados, luego los pensioniestas (perdón, me salgo del tema). Esto de la Historia dicen que es cíclico.
Un abrazo.
Susana, no es así, lo de contemplativa era para indicar que por orden paterna quedaba excluida de todo trabajo para no estropear el regalo al conde. Era una injusticia que por suerte se abolió, aunque para nuestro mal, otros ejercen poderes de forma injusta en nuestros días.
Esperemos que la historia no se repita, mucho dolor hubo no hace mucho y que se repitiera ahora… da pavor.
Un abrazo.
Bueno Nicolás, enhorabuena por tus logros y bonito relato.
La cosa está en darle un final y cada escribidor aporta lo que en ese momento considera. Los lectores leen también influenciados por situaciones más o menos claras.
al menos, eso me pasa, pero…, es muy particular.
Sentí estar en esa historia.
A-brazo-partido. Lines
Lines, ¡Muchas gracias!
Es cierto, a veces se acierta con el punto final que se da y otras no. Pero ponérselo hay que ponérselo. En cuanto a las lecturas, un mismo texto puede variar según se encuentre uno de ánimos, pero siempre debe llegar el mensaje que se quiere lanzar por un camino u otro, sino el autor ha errado.
Me alegra que sintieras la historia, es un halago.
Un abrazo.
Me ha gustado mucho tu relato, Nicolás. Un poco crudo, un poco predecible, pero muy bueno.
Saludos
Héctor
Héctor, ¡Muchas gracias! No todos los relatos pueden sorprender, y en este, el final se anticipó, fallo mío pues quise ocultarlo y al parecer no pude.
Abrazos.
Me gustó encontrar este aporte histórico al tema del mes. Una historia sencilla, bien narrada y, desgraciadamente, no tan del pasado.
Un saludo
Miguel Ángel, gracias por tu comentario. No soy muy dado a introducirme en la historia, pero esta vez la inspiración quiso que me desviara por esta senda.
Un abrazo.
Pues a mí me ha puesto los pelos de punta porque me acuerdo de las miles de niñas que son vendidas hoy día para explotarlas sexualmente. Así que no queda tan lejos la cosa. Me ha impresionado mucho, Nicolás. Muchas suerte. Un abrazo.
Mar, te confieso que en un principio la idea de este relato iba por ese camino, pero no quise arriesgarme en herir sensibilidades, la primera la mía. Es un tema que debería ser erradicado, pero ya se sabe, el poderoso Don dinero…
¡Muchas gracias!
Un fuerte abrazo.
Al paso que vamos, no va a tardar mucho, si no ponemos remedio, en no tener más valor de cambio que la propia persona.
Muy bien trabajado.
Besos porque sí.
Lola, estamos viviendo una regresión de derechos tan grande y preocupante, que veremos como acaba esto. No me gustaría vivir en una sociedad que impera la ley del más fuerte, por ejemplo.
¡Muchas gracias!
Besos de lucha.
Nicolás, buen relato y muy actual, porque hoy día, todos damos grandes preseas a Hacienda, ayuntamientos y demás.
El derecho de pernada es posible que lo vuelvan a instaurar.
Un abrazo
Epífisis, ¡Muchas gracias! Es cierto, que estamos viviendo en una sociedad muy pareja a la narrada y por tanto, ya poco nos queda por sorprendernos. Espero que no se instaurarse ni esa salvajada ni otras que se cometían.
Muy ocurrente tu comentario, me arrancó una sonrisa.
Un abrazo.
Nicolas, ahora contribuimos con los duros recortes que nos aplican ; mejor quedarse con esto. Suerte.
Calamanda, estamos en una situación de regresión de derechos tan alarmante que da miedo pensar hasta donde quieren llegar. Pero nosotros somos más y depende de la masa, aceptarlos o no.
Suerte para ti también.
Abrazos.
Otra época, la Historia suele repetirse, y me temo que eso de que los fuertes/ricos/gobernantes aplasten a los de abajo es mñas viejo que el mundo. Interesante como propuest del mes, niña madura. Respecto a la redacción, sí, se adivina el desenlace, no es malo en sí creo yo, pero a mí también me gusta más sorprender al final, quizás simplemente cambiar el comienzo diciendo que por San Jorge y rotativamente una familia del condado tenía un gran honor y decir al final que el honor era precisamente el de dar una ofrenda a su señor podría cambiar la prespectiva del lector, no se es una idea.
María, es frecuente que la historia, aunque se estudie, se repita, aunque siempre con más virulencia. Espero que hayamos aprendido algo de la Larousse. Quise salirme de lo habitual y caí en el pasado más lejano por no querer abordarlo en nuestros días donde sucede la venta de seres humanos. No es malo, pero si uno deseaba que fuera así, entonces es que ha errado, aunque sea un poco. Para la próxima, deberé esmerarme. Buena sugerencia y te la agradezco.
Un abrazo.
Tremenda historia de otra época, que sigue repitiéndose en otras culturas y civilizaciones. Don Jarque, que medievo tú. Y qué bien lo hacéis, señor…
Abrazos (o mejor, me postro a sus pies. O eso era sólo ante las damas? Bueno, yo me posto igual, Don).
Don Flores, soy consciente que por desgracia este relato de otra época es muy presente en otras culturas y civilizaciones. Me hago mayor, y por tanto, mis historias también. :)P
Ante las damas, por favor, a mí con darme la mano es suficiente.
Un fuerte abrazo, Don.
Un precioso y triste cuento que se producía mucho por aquél entonces. Resume la vida de aquellos tiempos y de aquella familia en concreto de un plumazo en 200 palabras.
Suerte, Nicolás!
Ricardo, bastante porque existía una diferencia abismal de clases que permitía tales desmanes.
Gracias, tú también, y espero que tengas una buena andadura también en las Justas.
Un abrazo.
Nicolás, donde menos te esperaba, en el medioevo, pero tú ahí ¡valiente!
Me gusta tu historia, no lo que cuentas, me pone de mal humor, entonces se llamaba derecho de pernada, ahora tiene otros nombres porque por desgracia sigue existiendo. Muy bien esa «vida contemplativa» para entregar a la niña en buenas condiciones ¿no? en fin, buen trabajo.
Besitos
Creo que lo de menos es que el final sea previsible o no. Lo importante es la historia y el ritmo impreso.
Y la crueldad que se encierra en él. Me ha gustado mucho, querido Nicolás
Mucha suerte