SEP92. VOLVER A LA MAR, de Alfonso Blanco Martín
Me quitan el mar.
Me separan de junto al mar.
Cuando empecé a caminar con dificultad aún podía nadar, y eso parecía devolverme la fuerza perdida con los años.
Toda mi vida escuchando sus rumores.
Toda la vida sintiendo su oleaje.
Y por cariño me alejan del mar.
Quiero a mis hijos y ellos me quieren, pero el mar parece estar conmigo, ser conmigo, y ahora no lo tendré.
Yo mismo los animé a que buscaran su vida en la ciudad, lejos del mar, quizá ese feo consejo sea la causa de este castigo.
Ahora sí que siento ser viejo, estar solo, no poder andar.
Ellos me cuidarán con cariñosa justicia, pero echaré de menos la injusticia del mar, aunque me hundiera en él como una vieja barca.
Intentaré no hundirme a partir de ahora recordándote, mar.
(Mensaje encontrado en una botella en el Atlántico por el pesquero Garoña).
Muy triste separación de tu querido mar o la mar en es S.O.S de la botella.
Suerte y saludos
Sí, Anna, una tristeza que es lejanía del mar y cercanía de la muerte. Le queda al protagonista el consuelo de que el mar ha sido su mensajero.
Gracias y saludos.
Hola,profundo amor hacia el mar,marinero en fierra cuesta ovidR tantos años de navegación.Se aprende a vivir con ese vaivén..pkr eso cuesta el paróm en tirra firme.
Me gusta ese mensaje, la persona que lo escribió tiene mucho que decir so re el mar.
Suerte
Rosa.
Muchas gracias, Rosa. El protagonista tendrá que vivir con el recuerdo, solo con el recuerdo, de su amor por el mar.
Alfonso.
«Ellos me cuidarán con cariñosa justicia, pero echaré de menos la injusticia del mar, aunque me hundiera en él como una vieja barca.»…
lo mismo diría el campesino lejos de las olas de las colinas… lo mismo el leñador lejos del velamen de los arboles…
sea adonde sea, cuando te pondrán en una residencia adonde te cuidaran con «cariñosa justicia» sentirás el mismo desasosiego…
cierto que este hombre tiene la suerte por lo menos de estar aceptado en casa de sus hijos… cierto pero… pero a pesar de ello…
Sí, Christine, estar lejos de los orígenes es estar lejos de uno mismo. Lo terrible es que se puede echar de menos el orígen, pero a uno mismo se le lleva siempre consigo.
Gracias y saludos.
Alfonso.
¡que verdad apuntas aquí «elefante blanco»!… nuestra memoria «de elefante» nadie nos la quitara…
pero a veces «duele» estar lejos de sus raíces… y mucho mas todavía «duele» no poder compartir con nadie nuestro azoro… botella al mar… poemas echados al viento o sobre los foros de internet…
Bueno, Christine, al menos aquí, en este mar virtual, compartimos nuestra memoria y nuestros deseos.
Gracias y saludos.
Alfonso.