SEP96. A.B.S., de María Sergia Martín (Towanda)
A.B.S. comenzó su carrera siendo apenas un barbilampiño chaval.
Tantas horas vivió en la calle que sabía reconocer, aún con los ojos cerrados, en qué esquina, plaza o calle se encontraba.
Supermercados, farmacias, bares, joyerías, coches… Cualquier lugar era bueno.
Fue sumando penas hasta convertirse en el preso con más condenas de su galería.
Y así, consumiendo vida, logró saldar su cuenta.
Cuando escuchó el cierre de la verja a sus espaldas se imbuyó del fresco aroma de la libertad. Pero ahora la ciudad era otra. Marchó despacio observándolo todo… Hombres y mujeres caminando, mecánicamente, por fríos carriles imaginarios en uno y otro sentido, deprisa, sin mirarse apenas las caras.
Por primera vez, en mucho tiempo, se sintió perdido…
Semanas después, un hombre que respondía a las siglas A.B.S., fue detenido cuando se disponía a atracar una Caja Rural. Un policía de paisano se percató del incidente y redujo al anciano, que no opuso resistencia.
Con sus antecedentes fue devuelto de inmediato a su celda.
Regresó feliz mientras, esposado, recorría los trillados corredores girando el cuello y reclamando las miradas cómplices de sus amigos, su gran familia, a los que saludaba elevando sus cejas en un gesto de arraigado cariño.
Hace muchos días que esperaba tu relato, y por fin lo veo aparecer.
Me ha gustado mucho y observo que cada vez cuidas más el lenguaje, porque la elección de los temas y su tratamiento ya lo traes de serie.
Un beso grande, y mañana te digo mas.
Hola, Asun.
El cuentecillo ha sido una poda de uno mayor; en fin, que no estoy muy satisfecha, pero lo importante es seguir participando.
Besotes.
Si, me lo parecía. A ver si mañana tenemos tiempo.
Besitos.
Hola, Asun.
Al final, no hemos tenido ni tiempo con la pesada esa de Movistar…
Un besote.
Me gusta, Towanda, ese volver. Me pregunto si escondes algo tras las siglas ABS, la verdad es que estaba esperando algo sobre un frenazo o que fuera el inventor del sistema, ja,ja, pero es que yo soy asi de loca. Volvió, como dices, a su hogar, el que realmente conocía ya. Un beso y suerte
Hola, Eva GM.
Te presento en exclusiva a Antonio Bueno Soria, varón de 61 años… Efectivamente las elegí como acrónimo del sistema antibloqueo de frenado, muy observadora, y para jugar un poco con el personaje y su «no parar» de delinquir.
Quizá, como le decía a Asun, este micro es una poda de otro algo más desarrollado.
Un beso muy grande y gracias.
Towanda, aunque sepamos que esta realidad no deja de ocurrir; siempre nos sorprende la elección de volver a la carcel. Fluido y con buenas descripciones. Suerte y saludos.
Hola, Calamanda.
Es una vuelta al único mundo que conoce, donde no se pierde.
Un beso y muchas gracias.
Tu personaje no conoce más vida que el presidio, de ahí que vuelva con alivio. Esa es su condena. Muy bueno.
Juan M
juanmanuelsanchezmoreno.blogspot.com
Hola, Juan Manuel S.
Efectivamente, así es. A nosotros nos puede parece una locura, pero para ABS, que no conoce otra cosa, es su casa.
Gracias!!!
Un abrazo.
Me ha gustado el tema que has elegido y el modo en que lo has desarrollado.
Suerte.
Hola, Yolanda.
Muy agradecida, guapa.
Un placer recibir comentarios positivos cuando una no está demasiado convencida.
Besotes.
Hay vidas desde la juventud que se pierden entre barrotes. Su casa. Muy bien relatado.
Suerte y recibe mi saludo
Hola, Anna Jorba.
Además que sí. Hay personas que entran y se pierden para siempre.
Gracias, bonita.
Un beso muy grande.
Towanda, brillante texto con mucha profundidad y escrito con mucho esmero. Todos nos acostumbramos de lo que tenemos. Para no ir muy lejos estaba mirando un reportaje de unos nómadas que han vivido toda la vida en un desierto y para ellos era lo más bello. Enhorabuena, me estás demostrando que eres una excelente escritora. Un fuerte abrazo a mi queridísima amiga, Sotirios. (Ay Towanda, me muero de curiosidad la chica de tu fotografía de qué película es.)
Hola, Soti.
¡¡No exageres!!
Yo prefiero las playas de Mykonos al desierto, ¿qué quieres que te diga?, aunque «para gustos hicieron los colores».
La chica de mi fotografía es el personaje más valiente, bueno, sincero, amoroso y buena amiga que conozco. Es Idgie (Mary Stuart Masterson), una de las protagonistas de «Tomates verdes fritos»… Mi película favorita y una de las mejores de la historia del cine; te la recomiendo.
Un beso, bonito.
Ahhh también es mi peli favorita, no he podido evitar volver a decirlo
Hola, Mel.
Somos del club de los tomates verdes fritos, y eso une mucho.
Besotes.
Hola Towanda, buen micro, me gustan los micros de personajes destructivos, casi sin esperanza, que no se engañan y aquí esto fluye, todos somos un poco A.B.S.
Suerte
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Hola, Montesinadas.
Me gusta tu comentario, porque -en parte- es como dices.
Gracias, por tus palabras.
Un abrazo muy grande.
Cuando pasas mucho tiempo en un lugar, por extraño que éste sea, acaba siendo tu sitio, y salir te desubica. Me gustó, es un relato siempático.
Hola, Miguelángel.
Cuando pasas mucho tiempo en un lugar se convierte en tu casa, ya lo creo.
Muchas gracias.
Un abrazo.
Towanda el relato parece más una crónica social,estas cosas pasan.Le pusiste calor.
UN abrazo
Hola, Bluess.
Pasan más de lo que pensamos, seguro.
Un abrazo y muchas gracias.
Hola towanda, en tu relato no hay un solo»volver». Por un lado esta el volver a reencontrarse con un lugar al que ya no pertenece y por otro el regreso (volver) al sitio de donde ya no puede escapar, que diferente los dos.
El ser humano sus contradicciones y sus complejidades.
Un beso.
Hola, Esther.
Ahora que lo dices es cierto… ¡Chica observadora!
Volver a una ciudad que no conoces es «no volver». Creo que ABS tomó el único camino de vuelta posible.
Gracias, rebonita.
Un beso muy grande.
Tow, comentar a las once de la mañana del sábado que pensarías algo para este mes y verlo aquí colgado el domingo es un de los aspectos que me deslumbran, ¡qué creatividad!, y mira que también cogí un paquete de arroz SOS para la paella. En fin, que envidia me das. La historia que nos cuentas es muy real, les está ocurriendo a los ancianos del barrio a medida que van perdiendo a los vecinos, los amigos. Viven rodeados de personas que se han ubicado en el mejor barrio de Madrid, que han venido a buscarse la vida. Estos ancianos están cada vez más tristes pues ya no hay gente que tome el fresco en la calle, no se visten de chulapos, tienen otras costumbres. Estos ancianos están cada vez más lejos de su propio barrio y no tienen donde volver. Como el protagonista de tu historia, que quiere volver a su zona de confort. En fin, que el relato me ha hecho pensar en las segundas historias que encierra. Nos vemos el sábado en la compra.
Hola, Ximens.
Jajajaja, pero tiene su truco no te creas. A las once, cuando volví a casa con mi paquete de arroz para la paella, me planteé (en esos 20 minutos que debe hervir el arroz) que debía de tener algo escrito ya sobre este tema. Busqué entre las cosas viejas y me encontré a A.B.S., que aún estaba entre rejas. Le retoqué un poco, le ajusté las palabras, le añadí algún pequeño detalle et voilà…
No ha sido un trabajo creativo, no te vayas a pensar, ha sido como te digo.
Me da mucha pena, como dices en tu comentario, lo que les ocurre a tantos y tantos ancianos y las tristezas que emanan sus caras.
Lo que también comparto es lo de vivir en el mejor barrio de Madrid, como tú, y ser de los más guapos de la zona centro.
Un beso muy grande y hasta el sábado.
Estimada Towanda.
Cada mes espero su cuento con mucho agrado porque sé que me sorprenderá.
Nuevamente el personaje de este relato me ha hecho un guiño y me ha ganado al igual que su forma de contarlo.
Me estoy acostumbrando a este lugar tan lleno de buenos autores.
Mucha suerte, porque algún mes tendrá que ser el mes en que se haga con el trofeo y este último cuento tiene garra y encanto.
Saludos.
Hismael.
Hola, Ismael.
Acostúmbrate que en este lugar hay muchos grandes cuenteros, y no lo digo por mí que soy una humilde aficionada, lo digo por todos los demás.
A ver cuando te animas tú y nos cuentas alguna historia. Me encantaría ver tu pluma… Ejem, ya me entiendes, en el buen sentido.
Besotes.
Me ha gustado mucho ese volver, hace bueno el dicho de «más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer». También el recurso de referirse al preso con siglas, como en la prensa, y máxime ABS, aunque aqui el pobre no se frena…
Una sugerencia, ¿cómo verías ordenar esta frase «Supermercados, farmacias, bares, joyerías, coches» por : coches, bares, farmacias, supermercados y joyerías??? de menos a más???
Besos Towanda-Idgie-María
Hola, Mel.
El orden que propones me parece estupendo, no caí en ese detalle. Muchas gracias por comentarlo, así en otras ocasiones tendré más cuidado de estas cosas.
Gracias, crack.
Un beso muy grande.
Absolutamente «costumbrista», ¡cuantos serán los que están dentro por no querer o poder, estar fuera!.
Suerte preciosa (como diría nuestro querido Ximens) en el reparto de premios.
Un besote y gracias de nuevo por tu «precioso comentario».
Hola, Rosy.
Seguramente no sea una historia irreal y pueden haber muchas personas que se encuentren en situaciones parecidas. Espero no comprobarlo nunca porque si hay algo que me produce terror es estar encerrada.
Un besotazo muy grande para ti y gracias.
Me quedo con la narrativa y la presentación del micro, Towanda, está muy bien escrito. Lo único puntualizar que, hoy por hoy, con 61 no eres todavía un anciano. Bien llevados, estás en lo mejor de la vida, dicen.
Un abrazo.
Hola, Susana.
Cierto, cierto, cierto… Nadie con 61 años es un anciano, ¿en qué estaría pensando? Tienes razón, menos mal que no incluí ese dato en el texto.
Gracias, bonita.
Un beso.
Un buen relato de la vida y los regresos de A.B.S. Al que también saludamos con un guiño querido.
Hola, María Rojas.
Gracias, le diré a A.B.S. que te ha resultado un tipo entrañable.
Un beso.