31. SEQUÍA
Mi abuela fabricaba instrumentos para interpretar el gorjeo de los ruiseñores y cajas de música para atraer a las nubes. En su testamento me dejó unas fabulosas semillas para plantar pianos en el jardín, aunque hace tanto, tanto, que no llueve, que apenas alcanzan el tamaño de un xilófono.
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Antes de maltratar el planeta del que nos creemos dueños, eran posibles cosas que hoy solo podemos imaginar. Cuando los tiempos van a peor solo queda rememorar los momentos gozosos, aunque no vengan exentos de alguna punzada por la degradación.
Breve y diferente, con toque surrealista.
Un abrazo y suerte, Ignacio
Ignacio, me resulta muy poética la imagen de la música para atraer las nubes. Y me gusta mucho el toque ecologista y un tanto pesimista al final.
Un abrazo y suerte.
Qué precioso legado el de la abuela, aunque por ahora no fructifique como merece debido a la escasa lluvia, pero tan sabias son las semillas que siempre esperarán tiempos mejores…
Un micro surrealista y hermoso, Ignacio, me encantó…
Besos patagónicos😘😘😇😇
Breve, nostálgico y lleno de música, que se agradece.
Suerte
Precioso relato, Nacho. Muchas abuelas así nos hacen falta, esas cajas de música cada vez resultan más necesarias. Un abrazo y suerte.