76. Sesión continua (Reve Llyn)
Acurrucada en aquel espacio oscuro y húmedo — la moqueta mohosa, los cortinajes y la tapicería de terciopelo gruesos— vi pasar proyectadas en la pantalla todas aquellas vidas que parecían más ciertas que la mía propia. Recorrí Manhattan, baile un tango en París, morí en Venecia y asesiné en Cuenca. Allí permanecía tardes enteras, como encerrada en el interior de uno de esos órganos vitales —corazón, cerebro— donde el dolor no alcanza.
Después, el repiqueteo final de la cinta al terminarse, la luz —excesiva siempre— y el silencio en la calle.
A veces entro en un cine con cierta nostalgia. Ahora huele a palomitas, a ambientador tóxico y a plástico, el sonido Dolby me hace vibrar —literalmente— en las cómodas butacas, y en ninguno hacen pases continuos, apenas terminada la película te arrojan cuanto antes a ese sinsentido sin títulos de crédito ni banda sonora que es la vida.
Muy bien expresada la nostalgia.
Gracias M Carmen, eso intentaba.
«…Ese sinsentido sin títulos de crédito ni banda sonora que es la vida». Solo por leer esa iluminada frase merece la pena tu relato. Enhorabuena.
¡¿Solo por eso?! jajajaja…gracias.
El último párrafo es real como la vida misma, a veces parece que van a sacar la escoba para echarte lo antes posible. Sí, los de antes tenían un halo de magia y romanticismo que esta era de infografía y 3D ha devorado sin piedad. Por suerte, nos queda el recuerdo. Y tu relato. Besos y suerte.
Y tanto Ana, me da una rabia, sobre todo esos en los que te sacan por un pasillo tubular a una calle lateral que ni reconoces. Un beso de vuelta y gracias.
Qué bueno lo del pasillo tubular y la calle lateral, se ve que es común a todas las multisalas, porque me he visto saliendo de las que voy normalmente, tal cual, igualito, tanto que a veces te preguntas si no te has metido en un agujero de gusano y has acabado en Pernambuco año 1968, por ejemplo.
Evelyn, si,bien expresada la idea. El cine es un verdadero refugio de todo lo queda detras de su puerta de entrada.
El cine es fantasía, y hace falta una buena dosis de vez en cuando.
No viví la época de la sesión contínua, pero me has hecho recordar los cines a los que iba en mi infancia/adolescencia y que ya no existen. Esas cortinas rojas que se abrían para mostrar la pantalla, los asientos mullidos y hundidos de color rojo y la zona del bar, con la barra acolchada… Y afuera, junto al cartel de la peli, algunos fotogramas de lo que nos esperaba dentro. Y al salir de ver la peli te parabas a verlos de nuevo, recordando el momento en el que habían aparecido.
Nostálgica total.
Mucha suerte.
¡¡Yo si!! (que mayor me veo) y recuerdo también todo eso que dices, entonces ir a un estreno, o al cine solamente, era todo un acontecimiento. Se vivía a otro ritmo.
Gracias.
Si. Parece que de aquellos recuerdos vienen estos lodos (nostalgias) (jaja). Yo, para que engañarte, me «espatarro» en una butaca con unas palomitas y una cola y me lo paso de lujo. Jurado. Y Reve, la vida: ¿es así? Pues como decía Mafalda (¿era de los 80, no?) que paren el mundo, que me bajo. Jaja. Me ha gustado el relato. Tiene buenos ladrillos (ahora estoy oyendo mucho eso). Un abrazo.
Bien por ti disfrutón, de eso se trata.
Naaaaa, la vida no es así, es una aventura maravillosa, pero si no lo dramatizo en un texto ¿dónde? jajaja
Gracias.
Ufff! Menos mal…
He disfrutado muchas cosas con tu relato.
Buena narración
Me alegra mucho, María Jesús.
Gracias.
Me ha encantado el relato. Me trae muchos recuerdos a la memoria. Saludos y suerte.
¡¡Buenooooo!! Me encanta ese encantado. ¿Si? Espero que buenos. Gracias.
Cuanta razón llevas, antes ir al cine era todo un acontecimiento, no en vano echaban dos pelis y prácticamente pasabas la tarde. Además las salas eran espectaculares. Y no sigo que se va a notar lo mayor que soy.
Un abrazo.
Jajajaja…eso se nos nota nada más abrir la boca (o teclear algo).
Es cierto, antes ver una película era «el acontecimiento». Ahora…es otra cosa…jajaja (no sigo que se nos nota).
Gracias.
Cierto, como seas de los que te quedas a leer los créditos ya está el revisor mirándote mal… parece que tienen prisa para que lleguen los siguientes.
Muy bueno el relato.
Saludos
Algunos cines directamente los cortan, pero igual tienes razón y cortando títulos de crédito y echando a la gente logran meter otra sesión más.
Muchas gracias Blanca.
Evocador y nostálgico tu relato, Evelyn. Un abrazo
Muchas gracias Concha.
Triste, pero muy bonito, Reve. El cine como refugio, preciosa metáfora la que has creado.
¡Besos!
¿Triste? no era mi intención. Solo algo nostálgico, y si lo que dices, expresar el refugio que a veces es.
¡Gracias!
Me ha gustado el enfoque que has dado al tema del mes.
Esos cines de cortinas pesadas y sesion continua. Ibas alli y te dejabas llevar por la historia de la pantalla sin más distracciones.
Muy bien narrado. suerte
Un beso Reve
Esos cortinones: ¿quién no los recuerda? (bueno, que tenga unos años).
Es cierto que antes nos metíamos más en las películas, debe ser que teníamos menos estímulos esperándonos fuera.
Muchas gracias Mª Belén.
Qué fácil es meterse dentro de la piel de los protagonistas de las películas que tanto nos gustan. Sales del cine y por unos instantes aún perdura esa sensación contagiosa. Luego, depende el momento, llega ese silencio de la calle. Esa vuelta a la normalidad.
Pero qué tendrá el cine, Reve?
Dicen que magia, y yo lo creo; como los libros, como la música, como…ya sabes, todo lo mágico.
Un relato que nos enfrenta a la diaria, aburrida y cruda realidad. Un relato de ilusiones, ensoñaciones, fantasía que contrastan con el gris y anodino discurrir diario… Un relato que enfrenta o compara el mundo del celuloide con la vida nos toca vivir, resultando esta la gran perdedora… Un relato que nos llena de tristeza, de nostalgia, de desilusión por el paso de otros tiempos…
Un abrazo
¡¡jajaja, que no mujer!! que la vida por si misma está bien, lo que pasa que mejora mucho cuando le sumas la ilusión de la fantasía.
Gracias Petra
Hola, guapa.
Anda que no he disfrutado con tu relato haciéndome volver la vista atrás, tantos años… ¡Jolínes, qué homenaje al cine en tan pocas palabras!
Un abrazo gigante.
Gracias Towanda, me alegra que lo hayas disfrutado.
Evelyn, el cine ha cambiado, es como leer un libro en formato papel o en ebook. Qué interesante tu reflexión, vivimos mil vidas, mil historias, mil amores y aventuras, y después, al cerrarse el telón, nos toca lidiar con nuestras vidas, con esa incertidumbre que te da la realidad. Me ha gustado mucho. Abrazos.
Se ve que yo soy nostálgica de enfermedad, todavía me resisto al ebook y de hecho voy más al cine cuando proyectan en viejos teatros que en las multisalas. Los libros y el cine atrapan por eso, porque son otras vidas a las que se nos permite asomarnos sin secretos.
Gracias Salvador.
Sabroso cóctel de nostalgia y vida, cuyo último sorbo deja un gustillo especial que hace relamerlo varias veces.
Edita que comentario tan licuante, jajaja, gracias.
Un relato reflexivo que nos presenta lo que había y lo que hay, y nos señala el abismo entre los dos. Has conseguido que el texto vaya cayendo suave en el imaginario del lector, pero que al tocar suelo produzca un estruendo que te hace pensar. Me ha gustado el enfoque y el trasfondo. La forma de explicarlo otro acierto. Suerte y un abrazo 🙂
Muchas gracias Juan Antonio, no se si hay para tanto en el texto, pero he de reconocer que este mes he disfrutado mucho escribiéndolo.
Fenomenal el aroma nostálgico que transmite tu micro. Yo no conocí la sesión contínua, pero sí aquellos tiempos en los que ir al cine era toda una aventura. Algo especial para disfrutar con la cuadrilla o, tentando a la suerte en la sesión nocturna, con la que soñabas fuera tu pareja…Qué recuerdos, Evelyn. Gracias y mucha suerte.
De nada Izaskun, me alegra que te haya traído buenos recuerdos.
Qué bien narrado, hasta el punto que me he visto sentado en aquellos antiguos cines de sesión continua, donde la pantalla, el sonido o las butacas eran más antiguos, sí, pero el cine era autentico.
¡Mucha suerte con el concurso!
Abrazos.
Gracias compañero, me alegra que te hayas visto. No puedo decir lo mismo…¡no querría verme en el tuyo!
Lo mismo digo: abrazos y suerte.
Cierto lo que cuentas. Además, como en aquella época (la mía) la vida era gris y monótona, entrar en los cines era abrir un balcón al mundo. Lo actual es cierto, sobre todo eso que dice de no poner los créditos. Suerte.
La vida no era tan gris, es que se conocía menos mundo, vivíamos más encerrados, y el cine, entre otras cosas, ayudaba a ver más allá, a conocer lugares, a saber de otras formas de vivir.
Gracias por el comentario Javier.
Esa época que nos narras no va a volver. Quizá dentro de unos años haya quien tenga nostalgia de los cines de ahora, tal como va el asunto del cine en nuestros días. Pero esa sensación que tan bien nos cuentas, del cine enfrentado a la vida, quizá no pase nunca. Lo has reflejado muy bien al final del micro.
Suerte y saludos.
Pase lo que pase la humanidad encontrará formar de soñar, es tan necesario como como el aire.
Puede que la vida de entonces no fuera tan de colores como hoy día, pero, Evelyn, el cine era pasión, no palomitas, el roce era pulsión, no estrechez. Soy mayor, pero reivindico el paseo por la sierra con el tubo de leche condensada, el tren de montañeros. Qué fuerte, soy nostalgia pura. «A la sierra niña, no no, no, no, no quiero ir……
Un beso
El cine es un libro que se ve, una ventana a la que asomarse, mirar, buscar…Me gusta especialmente el segundo párrafo. A ver si hay suertecilla.
Besísimos.
Un relato nostálgico, tierno, de los que nos hacen volver la vista atrás. Muy bien construido, con imágenes de varias películas míticas. La última frase te ha quedado de antología.
Suerte y abrazos