153. SIMBIOSIS
Bony era cojo Un accidente cuando cachorro le anuló sus patas.
Botines, dulce mastín lo llevó sobre su lomo desde entonces.
Un triste día Bony se durmió para siempre.
Botines no llegó a sufrir su ausencia. El peluche de mi hija cabalgó sobre él hasta que otro día triste Botines cerró sus ojos.
Reposan bajo el cerezo del jardín: El gato cojo, el peluche viejo y el perro ciego.
Hola, Antonia.
Una buena terna, tríptico, trinca. La vida y la muerte los unió. Buen texto. Besos.
Gracia por tus tres T y tu comentario, Eduardo.
Un beso.
Dos perros que se ayudan y se complementan, un peluche que no por inanimado deja de crear emociones y, finalmente, el eterno reposo bajo el cerezo y el vínculo de la amistad. Original y tierno relato, Antonia. Abrazos y suerte.
Gracias, Salvador.
Gato y perro eran, pero en cualquier caso, amigos y compañeros.Un abrazo y suerte para ti.
Los relatos del último día se me pasaron sin comentar. Te lo dejo ahora.
Descansan bajo el cerezo del jardín y, también, en el recuerdo de los que tuvieron la suerte de compartir su vida con ellos. Hermoso e instructivo relato sobre la fraternidad entre los, para algunos, desiguales. Enhorabuena, Antonia. Un saludo y suerte.
Gracias por tu visita , Jesús y por tu comentario.Suerte para ti también y abrazo.