36. Simulacros de entelequia
Se percibió ajena, como si no debiera estar allí, pero no tenía tiempo para pensar. Saltó de la litera al escrutar por el ojo de buey que estaba sumergida a bordo de un barco. Al contactar los pies en el suelo, el agua helada la mordió dejándola sin respiración. Abrió la puerta y salió al corredor. Con gran histeria y elegancia los viajeros corrían hacia la cubierta principal. Se dejó arrastrar escaleras arriba a trompicones. La mayoría del pasaje se apiñaba hacia estribor. La tripulación repartía chalecos salvavidas. Podía oír una música de fondo emanada de un violín. Un muchacho le gritó: ¡Vayamos hacia la proa del barco, allí estaremos más seguros! Completamente aturdida y falta de conocimiento alguno sobre naútica, se dejó llevar del brazo hacia la parte más alta del transatlántico. Sin mediar palabra, permanecieron abrazados mientras el miedo respirado se congelaba en la oscuridad. Cerró los ojos apretándolos con fuerza y a continuación un estallido de aplausos la despertó.
De frente, sus ojos podían contemplar varias filas de espectadores. Y un hombre a su lado le preguntó:
-¿Dónde ha estado usted?
Ella contestó con la ropa aún mojada:
-En el camarote 115 del Titanic
Eso no es interpretar, sino meterse en el papel. Precioso relato.
La historia me hace pensar en un hipnotizador que consigue trasladar a la chica mentalmente al momento de la tragedia. Si es así, me gusta mucho el toque final de la ropa mojada, ese sembrar la duda de si algo que no ha sido puede dejar huellas físicas. El título no me termina de encajar, pero es algo personal, claro. Besos y suerte.
Esta bonito. Aunque no tengo tan claro que haya sido una actuacion hipervivida. Me queda la duda….
Podría ser una actriz muy metida en su papel. Pero después de leerla otra vez creo que es una chica a la que han hipnotizado, haciéndola creer que viaja en el barco. El hipnotizador ha logrado crear una situación de ensueño que parece casi real.
No sé con cuál de las dos opciones quedarme, pero me ha gustado la historia.
Suerte.
Saludos.
Ne encanta, nos metes en el barco, igual que la protagonista. Yo he notado hasta el agua helada en los pies. Y el final es buenísimo también.
Hay ciertas frases que me han gustado muchísimo, respirar el miedo congelado, o lo de huir con gran histeria y elegancia. Creo que son para enmarcar.
Un beso
El poder de la hipnosis… Hipnótico también tu relato. Me ha gustado mucho. Un abrazo, Estibaliz
Desde el título todo el relato es apasionante. Parece que se mete tanto en su papel que evoluciona a lo que simula, es decir se convierte en lo que representa. Ahí está la entelequia. Menos mal que con los aplausos nuevamente puede volver a ser actriz. Ese camarote tiene magia.
Yo te aplaudo a ti.
Parece que está siendo sometida a un experimento por el título. Un relato con final abierto en todo caso. De los que te llaman la atención.
Buen relato, ese final mojado me gusta.
Felicidades.