89. SIN NOMBRE (Blanca Oteiza)
Acrofobia, astrafobia, coulrofobia incluso nomofobia. Por más páginas que lea o consulte en internet, no hallo el nombre a mi miedo. He leído denominaciones complejas en extensos libros, conocido fobias que ni imaginaba pudieran existir, incluso se me eriza el vello con alguna de ellas. Cada día me obsesiono más. No encuentro consuelo ni en bibliotecas ni en terapias. Llegué a encerrarme varios días hasta caer exhausto, rozando la locura. Deambulo como un superviviente apartado del mundo que me rodea. Comienzo a pensar que la deliriofobia me persigue y cada vez me preocupa más la atazagorafobia. He dejado de quedar con familiares y amigos, de celebrar cumpleaños o alegrarme de los éxitos del equipo de fútbol de la ciudad. Podría decir que he dejado de vivir atormentado por miedo a que se me atragante la fagofobia.
Derrotado me dejo caer en una esquina esperando conocer la verdad.