22. Sin título
Se mira las manos sin saber si son las de un asesino o las de un héroe. Sentado sobre una piedra, el indeterminado paisaje que lo rodea solo aviva su desconcierto. El cielo es confuso, las nubes no son blancas ni negras; ni siquiera distingue si la masa informe que parece entrever insinuada tras un velo extraño parecido a la niebla, es el mar o la tierra.
«El tiempo es un misterio que solo la poesía puede desentrañar», «acuchillo estrellas para que nada ilumine mis noches sin ti»; acuden a su boca frases deshilachadas, que pronuncia susurrando, ignorando de dónde nacen. Se siente valiente y cobarde al mismo tiempo. Capaz de matar, y con el ánimo de dirigir un ejército de piratas sedientos; a la vez que puede esconderse en un cajón y ser un pequeño insecto perseguido por una araña.
Si te concentras bien lo verás, aunque a veces juega contigo y se esconde, durante semanas. Vas a atraparlo y te hace una finta, escapando y quizás riendo. Y ya no lo percibes, hasta que inopinadamente aparece, nítido; dispuesto a protagonizar esta historia incipiente.
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Una historia que no tiene título, porque al igual que el relato mismo, su intención es la de resaltar que aún está en gestación, la espera por parte del escritor de esa musa o inspiración que le permita plasmar sus inquietudes. Mientras, habita en un espacio y tiempo en el que todo se difumina, donde en cualquier momento puede materializarse una historia.
Nada me sorprende en ti, pero no puedo dejar de decir que has compuesto una historia redonda, por lo que cuenta, desde luego, pero, sobre todo, por la forma en que lo haces, añadiendo hermosos retazos que conforman un collage lleno de belleza, que refleja la inquietud creativa en los momentos previos a darle forma, ese proceso misterioso que nadie acaba de explicarse nunca.
Muy buen relato, Miguel
Te mando, junto con el abrazo, mi humilde reconocimiento
Magnífico título para un magnífico relato.
No puede estar mejor contada esa sensación que siente el escritor en busca de historias. Y el desasosiego que entra cuando, por más que las buscas, no aparecen ordenadas las situaciones como deberían. Aquí podríamos decir que las buenas historias son las que te encuentran, y esta te ha encontrado.
Tienes una forma de narrar que hipnotiza; una poesía inmersa en tus escritos de una calidad sublime. Hay frases para enmarcar: «“El tiempo es un misterio que solo la poesía puede desentrañar”, “acuchillo estrellas para que nada ilumine mis noches sin ti”; acuden a su boca frases deshilachadas, que pronuncia susurrando, ignorando de dónde nacen».
Esta, entre otras muchas.
En definitiva, un relatazo al que auguro muy buen futuro. De momento, el mejor que he leído hasta ahora de esta propuesta, y eso que los hay muy buenos, pero, Miguel, este va más allá. ¡Qué bien escribes!
Enhorabuena y gracias por compartir esta obra de arte.
Un abrazo.
Pablo.
En este caso el título -aunque sea: «Sin título»- da vida a toda la historia, una vida que, aún estando por escribir, se ve venir a golpes de creatividad.
Buen texto, Miguel. Un saludo.
Miguel, creas una atmosfera fenomenal, reconocible para cualquiera que escribe y busca sensaciones que llevar al papel. Suerte y saludos
Dentro del singular mundo metaliterario al que de algún modo invita a tratar este tema, tú has elegido una especie de limbo, o de útero, donde el personaje (junto con la historia) se está gestando, haciéndonos sentir como él, por un lado, con ese desconcierto que parece albergar miedos, ilusiones y dudas, entre otras cosas, pero también como el propio escritor ante su obra incipiente, en la que aún tiene que separar la tierra del agua, la luz de las tinieblas, el bien del mal… e ir definiendo, dentro de esa masa aún amorfa que tiene en la cabeza, lo que finalmente va a contar. Todo ello además lo haces de un modo excepcional en el que no te limitas a encajar todo esto que digo, sino que lo dotas de un enorme sentido poético y de una gran belleza.
Una excelente e inspirada propuesta, Miguel. Enhorabuena y mucha suerte con ella.
Un abrazo.
Muy bien captado ese universo a punto de nacer que bulle en el autor. Muy bueno.
Un buen comienzo.