122. SOLIDARIOS
Fue en el amanecer cuando lo descubrieron:
El flautista luchando contra los molinos.
Alonso Quijano cuidando la frágil rosa del diminuto planeta.
Gepetto tallando el blanco lomo de Mobby Dick.
Y a los camellos que , ignorando la estrella cambiaron el rumbo para llevar a los magos hasta la larga fila de niños, que pisando barro y nieve, buscaban un refugio, siquiera humilde para guarecerse de la larga, eterna noche.
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Hola, Antonia.
Tienes que tener un corazón como un piano. Tú eres la del villancico.
Cuanto «buenismo» hay en tu texto, y me encanta el final feliz, en esa suerte de mundo al revés que nos pintas. Dicen que un micro tiene que tener una trama sorprendente, y que lo que más sorprende es el lado oscuro de la naturaleza humana. A mí, aunque voy a tratar de escribir en plan más canalla, lo que me sorprende es lo contrario, lo bueno porque me parece que es lo bello, y que estamos hasta el gorro de arteras «oscuridades». Qué guapos los camellos, sirviendo a los niños como Dios manda, a los más necesitados. Te recomiendo que escuches la canción «Albanta» de Luis Eduardo Aute. O que leas su letra. Tiene que gustarte, ya verás. Dibuja un mundo ideal, bello, blanco, puro, el que desea para su hijo Pablo, con el que dialoga. Ya me contarás. Un texto, el tuyo, bellísimo. Felicidad y un beso muy grande. No sé si te conocí en la fiesta. En caso contrario, ya habrá su tiempo. «Y el mar no es azul, sino vuelo de tu imaginación, en Albanta». Pondría una coma después de la estrella y después de humilde; cosas mías, seguramente o del maestro Azorín, el de las comas, bendito sea.
Gracias por tu amable comentario, Eduardo creo que es tu nombre,aunque pensaba que era Martin.
He leído la letra de Albanta, a ver si la oigo.
Esperemos un mundo mejor, siempre estará pendiente, pero no hay que desesperar.
Lo de las comas es una ererna pelea. Ls quito, las pongo, las cambio de lugar y siempre o me faltan o me sobran, pero tomo nota de los maestros y agradezco ayuda.
Te deseo un feliz año. Abrazo.