88 – «Solo tú me ves»
No hace falta que te gires. Sabes que mi sombra te acompaña: duermas o estés despierto, corras o andes, comas con remordimientos o te desinfles en un ayuno permanente. No me importa. Ya nada importa. Solo tú me ves al doblar la esquina, al mullir la almohada o al cruzar un arco.
Una piruleta de fresa ¿o fue una galleta? ¿qué importa? solo tú lo sabes. «Te acompaño a casa, no es seguro que una niña ande sola a estas horas de la noche». Pero no estaba sola, nos acompañaba la cámara; aunque tú no la viste como ahora me ves a mi, porque solo veías mi inocente confianza.
No temas, ahora seré yo la que no te deje solo. Te acompañaré a cruzar el arco, a mullir la almohada y a doblar la esquina. No hace falta que te gires.
Macarena, qué planteamiento y giro tan bueno da el relato. Suerte y saludos
Gracias por tu comentario, Calamanda. Un abrazo.
Escalofriante relato. Lo más simple, los detalles más nimios son los que producen mayores sensaciones. Mucha suerte.
Gracias por tu comentario, Mónica. Un saludo.
Los fantasmas que a veces solo están para los que los presienten, no? Suerte.
Besicos muchos.
O para aquellos cuya mala conciencia les invade…
besicos para ti también.
Jo Macarena ¡Qué relato! Me ha encantado como vas mostrando lo sucedido a través de los recuerdos de esa niña engañada que siempre le acompañará, como su conciencia. Para mí lo has bordado.
Deseo que tengas mucha suerte con él. Un saludo.
Muchas gracias por tu comentario, Maribel, muy acertada tu interpretación. Un saludo.
Aquí por fin la inocencia aprende a defenderse. Impactante micro. Enhorabuena, Macarena
Ojalá se hubiera defendido antes, pobrecilla…
Gracias por tu comentario, Gloria, un saludo.
Es lo primero que leo al volver y me impactó, tremendo relato.
Un abrazo.
Gracias, Luis. Impactada yo también con tu comentario (para bien). Un abrazo.