Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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102. SOLOS EN LA OSCURIDAD (Antonia)

A veces la sorprendo con un hilo de llanto sobre la butaca y aguardo silencioso hasta que se serena.

Otras, parpadea con una luminosa carcajada  intermitente  y sonrío ante su felicidad.

En los dramas la noto apagada y su oscuridad me despista, hasta que mi mano la percibe sobre el ajado terciopelo rojo.

Hemos compartido músicas, palabras, imágenes y hemos sido cómplices de todas las emociones.

Son antiguas y constantes nuestras citas y sin embargo sigo necesitando de su presencia.

Mis dedos juguetean a ratos con su piel que aunque rígida  y metálica es siempre cálida y   tranquilizadora para mí.

Yo cuido de  su existencia y a cambio ella responde a mis deseos.

Cuando nos separamos y la deposito en  la taquilla sé que mi linterna espera, cómo yo, la  próxima sesión  para reencontrarnos en la suave penumbra del cine.

15 Responses

  1. Jo… qué bonita la relación, qué bien explicada y cómo te has quedado conmigo. Original el relato y el único (creo recordar) que ha transportado las historias de amor del celuloide a esta «extraña pareja». Un abrazo y suerte 🙂

  2. Mª Belén Mateos

    Has sabido trasmitir esa relación de dependencia entre tu protagonista y ese objeto con el que comparte todas las sesiones de cine. Me gusta la idea, es diferente, original y me ha encantado como lo narras.
    un beso y suerte Antonia.

  3. Gloria Arcos Lado

    Preciosa relación entre el acomodador y su compañera inseparable, la linterna. Tejes una relación de sentimientos con un ser inanimado. Muy original tu propuesta. Un abrazo. Gloria

  4. Calamanda Nevado

    Antonia, muy real tu relato. Conoci un acomodador que en su casa no encendia las luces, y usaba su linterna para moverse por ella. Suerte y saludos

    1. Antonia

      Ole, Calamanda. Que bonita historia, me la cuentas antes y la plagio. No olvidaré esa imagen, es de amor a la profesión. Abrazo y gracias.

  5. Hay que ver, que para eso era, me has sorprendido, estaba yo buscando por donde ibas a salir y resulta que lo que tenía la linterna era un acomodador de mascota. Si es que el amor no tiene edad. Un relato mu majo y con mucho encanto, y con un punto de vista diferente. Gran trabajo.

    (No te has pasao a verme)

    Besísimos.

  6. Mucho sentimiento has vertido en esta historia, admirable la exposición. Quizás tan delicada atención entre ellos ilumine más que los cines, también su vida.

    Saludos
    Rosa
    Suerte!

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