11. SOMBRA DESVAÍDA (Purificación Rodríguez)
Han pasado años, pero todavía recuerdo aquella bronca, mamá. Atardecía, y tú estabas tan enfadada conmigo por mi última travesura que no reparaste en que yo, como me ocurría últimamente, estaba ya muy lejos, viviendo la escena como un espectador aburrido de asistir, una y otra vez, a la misma función.
Y yo no reparé en que esa regañina iba a ser la última y que ya no vería más tu dedo amenazador, ese que, al final, nunca me dejaba sin mi postre favorito.
Te llevó por delante un coche inoportuno cuando cruzabas la carretera con tu habitual prisa distraída.
Y hoy, te echo tanto de menos que, en mi memoria, yo soy la sombra desvaída que deberías ya ser tú.
Hola Purificación. A veces sienta muy bien mantener en la memoria alguna de las regañinas que nos echó la persona que más nos quería, y que ya no está junto a nosotros.
Un abrazo y mucha suerte.
Es verdad, Ton. Lástima que apreciemos las cosas tan a destiempo, y tantas veces. Un abrazo, amigo.
Triste relato, pero muy visual.
Besicos muchos.
Muchas gracias, Nani. Un abrazo.