23. Sombras
La primera vez que me abandonó me sentí como Peter Pan. Tenía que recuperarla costara lo que costara. Ella siempre había estado ahí, fiel y sumisa. Si yo volvía la mirada, ella también. Si reía, ella lo hacía a carcajadas. Si lloraba… Su cara se convertía en un mar de lágrimas.
Por qué me dejaste, le reproché. No me gustaba ser tu sombra, me contestó. Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, le recordé. Eres un trasnochado, me replicó. La abofeteé. Tuvo miedo y volvió conmigo.
Ha vuelto a escapar. Está lloviendo, me ha obligado a salir en su busca y la rabia me corroe. Me ha parecido verla doblar la esquina, pero no está. Esta vez, en cuanto la encuentre, la mato.
Algunos no quieren que les quieran, solo buscan algo distinto que se llama sumisión. Esa sombra revelada ha iniciado el primer paso para escapar de su peor pesadilla. Esperemos que tenga suerte y no llegue a encontrarla nunca tras esa esquina; también que ella, desengañada del todo, no vuelva. Muy bien traída la referencia a Peter Pan.
Un abrazo grande, Fernando. Suerte
Amigo Ángel, muchas gracias por pasar por aquí. Sé que estás liadísimo de trabajo, por lo que tiene especial mérito. Yo ya no paso a comentar nada de nadie, soy un descastado hace muuuuucho tiempo… Espero que los amigos sepan comprenderlo, y los que no lo son… No me esperan. Por eso, te reitero las gracias, SuperÁngel.
Por otra parte, y como siempre, acertadísima opinión sobre el relato. La comparto.
Un abrazo.
Certera manera de tocar un tema candente. Se masca la violencia. Suerte.
Muchas gracias, Toribios. Esperemos que no la encuentre, y que -por una vez- la violencia pase de largo.
Un abrazo.
Buena metáfora de una sombra que oscurece nuestra sociedad. Un abrazo.
Gracias, maestra.
Otro abrazo de vuelta.
Cuánto arrebato en ese hombre… Buen micro, Fernando, espero que ella no vuelva nunca. Un hombre así, o cambia o entre rejas.
Me ha gustado, y mucho.
Un abrazo y ¡suerte!
Creo que no va a volver, Rosy. Lo tiene muy claro.
Muchas gracias por pasar por aquí y comentar.
Un abrazo.
Pues mira Fernando, que huya, que la entiendo. Y si la veo descuida que no diré nada, que de menudo tipo se ha librado.
Un abrazo.
Jajaja, muchas gracias Maribel. Si la veo le diré que se esconda en tu casa, que es bien recibida.
Un besazo.
Como la vida misma Fernando.
Besicos muchos.
Por desgracias, así es.
Muchos besos para ti, nani.
Qué mal cuerpo me ha dejado tu relato, Fernando. No es habitual narrar este tipo de conductas desde el punto de vista del agresor, porque no despierta empatía en el lector. Tu apuesta es arriesgada, pero muy bien construida.
Suerte y un abrazo,
Me gusta arriesgar… Y ponerme en la piel del malo, intentar comprender qué pasa por la cabeza de alguien diferente a ti. Si te he generado mal cuerpo, es que he logrado mi objetivo.
Muchas gracias por tus palabras, Anna. Un abrazo.