97. Somos mentira
Esta noche, destilo libertad bajo una máscara escarlata. Quisiera saber si acudirás a nuestra cita. Te descubro, al fin, tras tu antifaz, buscándome en medio del bullicio y, cuando tu mirada me alcanza, sonríes. De nuevo juntos, tocándonos con sagrada devoción, como hace justo un año. Cede mi cuerpo a la firmeza de tus brazos mientras bailamos. En medio del gentío puedo escuchar tus palabras, aun siendo un susurro en mi oído. Tiemblo; hace tanto que nadie me hablaba así. Me pregunto dónde estuviste cuando las afiladas garras del tiempo arañaban mis días. Tú silencias mis pensamientos con un beso. Rendida al placer de tus caricias, sigo uno a uno el misterio de tus pasos, hasta llegar al refugio de nuestro último encuentro. Piel con piel, deshacemos en amor tan larga espera, para aguardar después, como ausentes, la despedida.
Al amanecer, descubro nuestras máscaras sobre la almohada. Silenciosa, salgo en tu busca y te encuentro, como siempre, sentado junto a la mesa de la cocina, leyendo el periódico. Saludo, y tú me respondes con desgana, apenas sin mirarme. No importa, me digo mientras me dispongo a prepararte el desayuno. Sólo queda un año para que regrese el Carnaval.
Uhmm. El hastío y la motonía viviendo en casa.Y que morbo tiene jugar a lo prohibido. Pues bien pueden disfrazarse más a menudo. Quizás el tema no sea original en exceso. pero está muy bien narrado. Mucha suerte. ¿Habías venido hasta aquí antes?
Abracísimos y besísimos en cantidad.
Ah, lo mejor el título. Excelente.
Saludísimos.
Suerte María, dura postal la que nos muestras, pero no por eso menos real en más casos de los que pensamos.
Seamos optimistas, algo hay aún no?
Abrazos
El tedio de la pareja que no sabe vencer la rutina. Menos mal que en tiempos modernos se celebra el Carnaval al menos una vez al año.
Una historia emotiva, María. Un halo de misterio, esperanza y pasión que se desgarra en el último párrafo. Excelentemente narrado, transmite emociones con facilidad. Cuántas serán las parejas que se muevan de esta forma; esta, al menos, tiene un momento al año. Genial el título, excelente el relato.
Suerte.
Qué título tan contundente. Lástima que no pueda salir de su triste historia más que en un breve momento, que casi parece un sueño.
Suerte.
La rutina lo mina todo. Es importante dejar que la ilusión, la novedad, la magia nos visiten sin necesidad de que sea Carnaval. Me ha gustado mucho, María. Un abrazo.