64. SOÑADOR
No sé por qué, pero aquella noche soñé con Juana de Arco, que descendía embalada el Tourmalet. Al día siguiente se repitió el mismo sueño, pero esta vez se subía por la cara más dura y era don Quijote quien había saltado del pelotón. El tercer día no fui a andar en bici, como acostumbro, y me puse una vieja peli, Ladrón de bicicletas. Ya saben, la primera bici es como el primer amor, nunca se olvida. Subí al desván mientras pensaba en el sueño que me esperaba. Tal vez vengas tú y hagamos juntos esa contrarreloj por equipos me dije, pensando en Laurita, una niña odiosa de primaria. Pero esa noche soñé que estaba frente a un pelotón de fusilamiento y que la vieja bicicleta del desván yacía a mi lado, como un animal muerto. Tal vez monte en bici porque me gusta soñar casi tanto como leer. Ya ven, hoy el deseo se ha cumplido: después de un sueño de escapada, me he encontrado en mi cama convertido en una máquina último módelo con el mejor simano que puedan imaginar.
Fantástico relato, en el más amplio sentido de la palabra.
Buen trabajo, Miguel
Suerte y saludos
Miguel, buena historia fenomenalmente contada. suerte y saludos
Es buenísimo.
¡Enhorabuena!
Me gustó mucho, desde principio a fin. Con ese remate impensable.
¡Caray con el relatito!
Mucha suerte,
Ton.
Gracias, María Jesús. Fantasía e intertextualidad, que se dice.
Un saludo.
Muchas gracias, Calamanda. Bueno, se cuenta lo que se puede, ya sabes.
Un saludo.
Gracias, Urtiaga. Vamos, que me voy para el Tourmalet.
Un saludo.
Gracias, Ton. La verdad es que no me gustaba mucho el final sorpresivo, pero quién cuenta el cuento, ¿el corredor o la bicicleta?
Un saludo.
Con un final impactante nos dejas con ganas de seguir avistando sueños ciclistas.
Buen micro, Miguel. Que haya suerte.
Gracias, Raquel,prometo estar en la Vuelta ciclista al mundo, aunque menudo pajarón.
Un saludo.
Gracias, Ana, bueno, dicen que la ambigüedad es uno de los elementos del microrrelato. Que cada cual elija.
Un saludo.
Bueno, la verdad es que no me importa quien sueña (unas veces el soñador o tras la bicicleta) pero me quedo con la potente imagen del fusilamiento y la bicicleta comparada con un animal muerto. Un abrazo.
Gracias, Mar, viniendo de ti es un elogio. Leí tu libro Precipios habitados y me encantó.
Un abrazo.
Los sueños de un protagonista creativo y fantasioso, que dan vueltas infinitas como las ruedas de una bicicleta, con la que se tanto se identifica que no queda claro cuando empieza el uno y termina la otra. Me quedo con la frase: «Tal vez monto en bici porque me gusta soñar tanto como leer».
Un saludo y suerte
La verdad es que por imagenes no queda la cosa, las hay muy interesantes y visuales. Todo a ritmo trepidante.
Enhorabuena y abrazos
Gracias, Ángel. En realidad, el que lee y el que sueña son el mismo.
Un abrazo.
Me alegro que te guste, Javier. Sueños trepidantes que agotarían hasta a Indurain.
Un saludo.