21. SORPRESAS
Limpié el cuchillo. Me hice con su reloj y su cartera. Tirando de los pies lo arrastré hasta la zanja que había cavado. La pala descansaba sobre el montón de tierra. Me quedé atónito. El hoyo estaba ocupado por otro cuerpo. Pensé en sacarlo y poner mi muerto en su lugar. Pero no, no quería comerme un marrón que no me correspondía. Así que busqué la forma de amoldar los dos cadáveres en el hueco. Una mano, no sé de cuál de los dos, me cogió con fuerza la muñeca. Otra, un tobillo. Luego una tercera me agarró del cuello.
No sé si viviste para contarlo, o lo cuentas para vivirlo. Intrigante.
Un abrazo y suerte.
Qué miedo!!!!!
Suerte
Alberto, me gustó.
Suerte y saludos.
Solamente imaginar el final y ya da miedo, pero nos dejas a solas con la imaginación, que da más miedo.Un beso.
Inquietante final, muy aterrador. Gran trabajo y buen relato. Saludos
Minipelícula de terror de la que nos haces partícipes porque tenemos que rematar el final. Muy bueno.