60. Su primera vez
Hago balance de su primer año de vida y no puedo evitar que se me escape una lágrima. Recuerdo su primer llanto, justo al nacer; me la dieron envuelta en una manta y mi beso en su frente la calmó. Su primer ruidito de satisfacción tras dormir una noche entera. Su primera risa. Me acuerdo la primera vez que se dio cuenta de que tenía un papá y una mamá; nos miraba con una sonrisa de oreja a oreja, hasta que volvió a engancharse a tu pecho. Cuando dijo su primera palabra. Recuerdo también la primera vez que observó el cielo y vio pasar una nube blanca, redonda; la vi reflejada en sus ojos cristalinos. Han sido tantas cosas su primera vez… Aunque de lo más orgulloso que estoy es de su primera vez que miró a la luna llena; de su primer aullido.
Nos engañaste, Henry. Parecía una confesión autobiográfica y de repente… Buena pirueta.
Un saludo
JM
El 99% lo es. 😛
Un saludo
O como un relato de hombres lobo puede transformarse, por la magia de las palabras bien hilvanadas, en pura poesía.
Muy bueno.
Saludos y enhorabuena.
Gracias Marcos, es lo que tiene la luna llena… que nos encanta a todos.
Un saludo
Muy bueno, solo una palabra cambia todo el relato. he de reconocer que hasta que llega esa palabra me estaba pareciendo una ñoñez.
Un abrazo
Tienes toda la razón Javier, a veces, las últimas palabras lo cambian todo.
Un saludo
Genial !!! Amor paterno al grado máximo y al final ZAS… Un aullido que lo cambia todo.
Un abrazo Enrique.
Gracias Mª Belén.
Los hombres lobos también tenemos, tienen, su corazoncito.
Un saludo
Yo te he imaginado emocionado recordando las primeras veces de tu bebé y me ha llegado. El aullido seguro que ha sido de satisfacción de la niña.
¿No es la interpretación correcta?
Bueno vale aceptamos el relato como de hombres lobos o futuras lobas.
Mucha suerte, Enrique.
He de confesar que el aullido está fuera de orden cronológico de la realidad. A mi niña, con 3 4 meses, le dio por aullar. 😀
Gracias Lorenzo
Siendo un relato de recuerdos de un padre es perfecto, pero con el aullido final es pluscuamperfecto.
Gracias Isabel.
Me ido por sitios que no eran y al final he sucumbido a tu engaño. Brillante manera de descolocar al lector para dejarle tan buen sabor de boca. Relato para releer, sin duda. Mucha suerte 🙂
Es una triquiñuela de los microrrelatos, descolocar al lector al final 😀
Gracias Juan Antonio