65. SUEÑOS DE ESCRITOR
En sus años como docente, plasmaba blanco sobre negro sus explicaciones para transferir conocimientos a sus alumnos. Ahora, ha decidido, conmutar el orden de los colores: pretende poner negro sobre blanco sus ideas para transmitir emociones. Se sienta con la intención de comenzar una novela, enfrentándose al papel en blanco —la cuartilla y él—. Su espíritu anhela crear otra «Ana Karenina» o superar «Crimen y castigo». No puede negar que tiene ambiciones literarias, pero en su mente no encuentra la manera de empezar.
Mientras muerde el bolígrafo, reflexiona sobre cómo obtenían ideas esos genios de la literatura a quienes tanto admira. ¿Sería necesario llevar una vida desgraciada o depravada para abordar temas profundos? ¿O sería más conveniente tener una vida acomodada que le permitiera a uno observar sin tener que preocuparse por resolver los problemas cotidianos? Solo le llegan, como mariposas efímeras, ideas que otros ya han tenido. ¿Y si las enmascarara, maquillándolas y las presenta como propias? Se da cuenta de la irracionalidad de tal pensamiento: necesita una idea original o tendrá que dedicarse a otra cosa. Ante la demora en la creación de su novela, decide, mientras tanto, presentar sus miedos a un certamen de microrrelatos.

