39. Súmate a la fiesta
Las máscaras que elaboraba eran tan reales que podían pasar por espejos. Hasta él mismo se asombraba de la perfección de sus trabajos. Poseía la virtud de imitar toda faz que se le presentase. Para ello, usaba una materia prima etérea e inagotable que le permitía emular la piel de todos ellos y reflejar con todo detalle las más variopintas facciones y dispares peculiaridades. Ojos verdes, azules, marrones, achinados, saltones…; narices respingonas, aguileñas, puntiagudas, celestiales…; caras ovaladas, alargadas, con mandíbula cuadrada…; labios carnosos, caídos, pintados…; lunares, verrugas, cicatrices, arrugas, bigotes… No había nada que se le resistiese para crear rostros de ficción. Por mucho tiempo que los dioses o las musas hubiesen dedicado a elaborar el rasgo de sus modelos altruistas, siempre igualaba su belleza.
Le entusiasmaba contemplar y admirar tanta diversidad alrededor suyo. Conseguía sacar lo mejor de todos ellos: la inocencia, el lado infantil que llevamos dentro y, lo más bonito, les estimulaba su imaginación y fantasía.
Y así seguían sumándose cada vez más máscaras para disfrutar de esta fiesta interminable a la que os había convocado.
Un gran artesano este creador de máscaras perfectas, Suerte.
Saludos.
Hola Beto, como ustedes mismos. Gracias por pasarte por la fiesta y disfruta. Te invito a que bailes con todos.
No sé qué tiene este artesano que me asusta… Un relato con un misterio que aún no ha estallado.
Un saludo
JM
Hola Ana, gran interpretación. No olvides beber un poco de sangría que nos ha salido exquisita. Ah y bonita máscara la que traes a la fiesta. Nunca te había imaginado así.
Hola Juan M, en esta fiesta hay un self service… Puedes servirte una copa de misterio, de miedo, de fantasía, de alquimia tal vez… Y no te preocupes por la hora, disfruta con los invitados… A no ser que tu carroza se convierta en calabaza a las doce.
Aunque al parecer es solo un buen artesano de máscaras, a mi me ha dado un poquito de yuyu, me recordó a esas pelis de coleccionistas psicópatas. Será que estoy solita en casa.
Abrazos.
Me encanta que te haya evocado esa sensación el relato (aunque siento el yuyu en un día de soledad en casa [risa histriónica]). Le has dado una vuelta al relato que me ha llegado con ese coleccionista de rostros. Gracias por tu visita y por tu comentario, Asun.
Yo vengo a tomarme una copa a esta fiesta a la que nos has invitado…pero te advierto que no quiero una máscara de mi rostro, ese artesano me da también miedito ¿no estará contratado en el museo de cera? Un saludo.
Jaja bienvenida Eva a la fiesta, pero cuidado, no sea que el ponche esté manipulado… buena idea le diré cuando lo vea por la fiesta que nos haga unas figuras de cera… Vaya si en esta fiesta todos llevan máscara a saber quién es ahora… Un abrazo Eva y gracias por tu visita y comentario.
Hola Juan, me encanta leerte ya sea en micro o en comentarios, siempre aprendo algo.
Una vez dicho eso, lo primero bienvenido a la fiesta, veo que llevas un sombrero muy bonito y una máscara similar a la pintura blanca. He tenido que hacer algunos ‘malabarismos’ para conseguir absenta, pero ya tienes ahí tu botellita para que no te falte de nada. No te olvides el pase VIP, te lo he puesto bajo la alfombra que hay en la entrada. Con él tienes permiso para todo. Pásalo bien.
Ah y se me olvidaba respecto a lo del Golem te dejo una cita de Borges: «el golem es al rabino que lo creó, lo que el hombre es a Dios; y es también, lo que el poema es al poeta».
Hola Lorenzo, yo creo que hay algo misterioso en tu relato. Yo iría a la fiesta, pero solo si me aseguras que no correré ningún peligro.
Me ha gustado mucho.
Un saludo y suerte.
Hola bienvenida María Elena ya has venido sin saberlo y no te preocupes no te podrá pasar nada que no puedas imaginar. Si quieres un poco de absenta Juan está ahí bebiendo y pasándolo pipa y aquellos de allí con máscara tienen que ser Beto, Ana, Juan M, Asun y Eva. Yo también ando por aquí y unos cuantos también que han entrado con un antifaz puesto. Disfruta de la fiesta María Elena!!!
Lorenzo, con tu permiso he releído varias veces tu relato y de cada lectura saco una interpretación. Desde que la materia etérea es ADN y es un científico que clona, hasta que es un psicópata que colecciona rostros. Lo que tengo claro es que en la franquicia «Misión imposible» tendría trabajo con Tom Cruise, jajaja. Me ha gustado mucho. Abrazos.
Hola Salvador, como en muchas ocasiones he leído en varios comentarios de otros relatos, me asombra las múltiples interpretaciones que se pueden extraer de tan pocas líneas. La tuya de la clonación es magnífica, digna de comentario del mes jaja. Por cierto, que sepas que te acaba de clonar por aquí. Tu huella se ha quedado grabada para siempre en la fiesta. Venga, anímate y márcate un baile.
Yo me sumo a esta fiesta también. Aunque para clocar es mejor clocar lo autentico, sin mascaras.
Bienvenida a la fiesta, Andrea. En realidad se clona lo auténtico vuestro verdadero rostro cada vez que miráis a este espejo de letras camuflado como una gran fiesta de la literatura. Me gustan las galas con las que nos alegras la vista.
Como la vida misma. Este artesano podía muy bien ser, elq ue quita arrugas a las divas y divos, arragla naricitas y cobra pasta hasta jartarse.
Dejando la broma Lorenzo, me ha gustado mucho.
Suerte.
Besicos muchos.
Hola Nani, sí empezó de becario contratado por Marujita Díaz. Pero ahora se atreve con todos. Le está quedando una muy chula para ti, a ver si te lo encuentras en la fiesta y te la da jeje. Un abrazo, Nani y gracias por tu visita.
Ay, es de estos relatos que no entiendo. No se si es Dios o el diablo… tiene su toque misterioso, pero no lo capto. Y el título ya con el Bienvenidos como que da pánico. Creo que no iré a esta fiesta -por si las moscas- ay ay qué miedo eso de tener una máscara tan igualita no, si la cosa es disfrazarse de otra cosa.
Es cierto que me ha salido muy hermético el relato, pero también ha sido un tanto buscado. Quería que se convirtiera en una especie de juego metaliterario que entretuviese al lector y le hiciera releer y usar el magín. Hacer del micro un espejo; considerar a cada lector un invitado más a la fiesta de la literatura, de ahí la perfección de sus imitaciones porque son reales, existís, aunque os pongo máscaras porque el artesano, esto es, yo, el escritor, no sé cómo son las caras reales de los lectores, pero de cada uno siempre tenemos una idea de ficción, hasta cuando la conocemos, no sabemos en ese momento, si va maquillada, dormida, peinada…de ahí que su materia fuera intangible, la imaginación o la fantasía… Y también la fantasía del lector que busca una respuesta en su mente y crea un mundo en su mente; la mayoría se ha ido por el miedo o el desconcierto, menos Ana que se ha acercado más a la idea original. Y a la fiesta de leer estáis invitados todos y, lo siento, Mel te ha pasado como a otros lectores has venido a la fiesta sin darte cuenta jeje y yo encantado de haberte visto por aquí con ese sombrero tan chulo!!!
Ahhhhh, ahora ya sí me queda claro.Entonces me apuntaré a la fiesta. Lo del sombrerito es porque me hice un avatar vestida de exploradora -por eso de la acampada que llevo a medias con Paloma- y me vestí así para ambientarme, je je.
Abrazos
A mí me recuerda un poco la película «Los crímenes del Museo de Cera». Aunque no se dice, pues queda abierto y eso es un acierto, da la impresión de que hay algo de escalofriante y malévolo en ese artesano que fabrica máscaras tan parecidas a las personas. Esa es mi pequeña visión personal, pero como bien dices, Lorenzo, tu relato es una fantasía en la que nos vemos todos reflejados de alguna forma. Una buena lectura que incita a la relectura. Un saludo.
No me acordaba de esa película, pues sí es cierto que puede que haya algo en común, pero esa peli era muy bestia jaja sobre todo por la presencia de Paris Hilton como actriz. Gracias por sumarte a la fiesta; me gusta esa máscara blanca inexpresiva que traes. Original, por cierto tómate algo y disfruta.