95. Sympathy for the Devil (Mónica Rei)
Ángel llevaba horas en la sala de interrogatorios y por más que intentaba convencerlos de que no sabía nada, de que él no era más que un pobre camarero, el detective insistía una y otra vez en que era del todo imposible que no hubiera visto algo.
El policía, resoplando, mostró de nuevo la imagen que aquel fotógrafo había tomado apenas una hora antes de la tragedia:
—A ver, ¿qué ves en esta foto?
—La cafetería, llena de gente.
—¿Qué más?
—Toda esa pobre gente sentada en los taburetes.
—Bien. ¿Y?
—Y el fondo de la barra, y los grifos y…¿el cartel?
—¿Me estás tomando el pelo?, ¿¡es que no lo estás viendo, con el traje de rombos!?
Ángel sonrió bobamente y se colocó la bola roja en la nariz:
—¡Shhhhhhh!
¿Payaso, camarero o diablo? A saber…
Mónica, qué bueno y abierto ese4 final. Suerte y saludos