72. Taj Mahal (Blanca Oteiza)
Nos conocimos en un mercadillo de pueblo hace ya bastantes veranos. Deambulaba disfrutando de los aromas de la fruta madura y el colorido de las artesanías locales. Entre la muchedumbre observé tu rostro admirando unos collares realizados con piezas marinas. Me acerqué hacia el puesto donde estabas con la mejor de mis sonrisas y entablamos conversación. Todavía recuerdo aquel atardecer, nos sorprendió hablando del futuro sobre la arena con tu cuello engalanado.
El destino no quiso obsequiarnos con niños, pero construimos un amor maravilloso y un jardín estupendo donde contábamos las estrellas en las noches sin nubes. Nunca llegamos a viajar a la India, y mira que lo planeamos, pero los años fueron marchitando nuestros cuerpos sin haber disfrutado del atardecer más romántico que soñamos tantas veces.
Tras la lucha contra la tormenta que carcomió tu piel no quiero abrazar penas que nublen mis días. He decidido secar mis lágrimas y erigir un pequeño palacete junto a la fuente que tanto nos gusta rodeada de rosas. Depositaré así tus cenizas en el más bello lugar de donde poder seguir mirando al cielo, mientras aguardas mi llegada de nuevo a tu lado.
Amor en estado puro. Cuánta poesía en estas letras.
Un abrazo muy fuerte. Cuídate.
Muchas gracias Virtudes.
Un beso grande.
Todo tiene detrás una historia. La del Taj Mahal, entre leyenda y verdad, representa el amor de un príncipe hacia su amor perdido, como le sucede a tu protagonista. Dicen que la vida sigue y así debe ser. Pero hay sentimientos y vivencias que no se pueden suplir con nada ni con nadie.
Hay muchas formas de pasión, la que tú has plasmado es triste y hermosa.
Un abrazo y suerte, Blanca
Muchas gracias Ángel por tu comentario. Como bien dices, la historia que encierra la construcción del Taj Mahal está llena de amor y pasión, de ahí la inspiración para mi relato.
Un fuerte abrazo
Bello y triste relato por esa pérdida que nada podrá acallar, quizás tan solo ese hermoso palacete podrá recordarla.
Un abrazo y mucha suerte, Blanca.
Muchas gracias Gloria por tu lectura y palabras.
Un abrazo fuerte.
Hola, Blanca.
Edificar un palacio de ensueño para guardar el recuerdo de un amor apasionado, pocas cosas serán más románticas.
Mucha suerte.
Muchas gracias Barceló. Realmente es una historia muy romántica, aunque triste también.
Un abrazo
Un templo de amor para el amor que tuvo y que sabe que lo espera, y no cabe duda de que así, con amor, lo recibirá…
Una historia agridulce, pero no por eso menos romántica o bella.
Felicidades, Blanca.
Cariños,
Mariángeles
Muchas gracias Mariángeles por comentar.
El amor lo envuelve todo, tanto en la vida como en la muerte.
Un beso