88. Tan profundo como el mar (Candela)
Nada es al azar. La vida te va arrastrando a donde tu subconsciente quiere. Uno no es dueño de su destino, sino al revés.
Esa era la reflexión que hacía Idoia cada noche antes de acostarse:»nada es al azar…»Intentaba buscarle un sentido a ese pensamiento que le aturdía cada anochecer,pero como si de un laberinto se tratara, se sentía atrapada.
Aquella noche, tras un largo y duro día, decidió adentrarse en sus sueños.Decidió dejarse llevar,decidió que atrás quedaba el miedo,decidió que ya era hora de enfrentarse a la verdad.
Tomó aire y cerró sus ojos,cerró su mente y cerro también su alma. Se sintió bien y llegó al sueño con una sonrisa en sus labios.Y perdió la conciencia…
Allí estaba ella, en su isla. Sentía como la brisa le acariciaba su frágil cuerpo,el olor a coco y mango la embriagó, le hizo volver a su infancia,a sus orígenes..y allí estaba ella, su abuela. Su rostro no había cambiado,desprendía la misma dulzura y la misma paz.De mirada profunda como las aguas de aquel mar.
Su corazón latía con fuerza, se agitó su respiración…sus lagrimas asomaron.
Lo había conseguido,había regresado,no había vuelta atrás…y se unieron en un cálido y eterno abrazo.
Intrigante, Candela. Parece que algo atormenta a tu protagonista, pero encuentra la paz al dejarse llevar por los recuerdos guardados en su cabeza y volver a su infancia.
Es muy bonito.
Ojalá el tránsito siempre fuera así.
Sencillo, sentido y tierno. Llega. Me ha gustado mucho.
Candela, tierno y, como el título, profundo. Abrazos y suerte.
Qué bonito. Coincido en que es un relato que llega. Muy hondo. Mucha suerte 🙂
Muy buena la idea, esa regresión, ese incluirse en sus sueños y viajar a los recuerdos. Felicidades.