49. Taxidermia
Federico era taxidermista. Y un soñador. Fabricaba con su arte lo que la naturaleza nunca consiguió darle a su imaginación desenfrenada. Cuando cumplía con sus acostumbrados encargos de disecar zorros con palomas en la boca o cabezas de ciervo, se refugiaba en su trastienda y daba rienda suelta a su creatividad. Entonces, tapizaba con suaves plumas cuerpecillos de lagarto, unía alas de águila a troncos de sedosas liebres, adornaba con colas de pez la cabeza de osos hormigueros o empedraba la piel de faisanes desplumados con ojos de rana. Consiguió reunir un museo privado de monstruos veraces y creíbles que hubieran engañado a cualquiera. Un día, revisando sus trampas en el bosque, observó dentro de una de las jaulas a una extraña criatura moribunda. Era una ninfa acuática de extremidades palmeadas. Decepcionado por tan fea combinación estética, carente de gracia y armonía, la remató con su bastón y la tiró al río. Luego bajó silbando la colina mientras pensaba ensimismado en lo mucho que le gustaban las manos de su prima Rosa y el agraciado rostro de su vecina Esther.
Hola compañeros. Es un placer volver hoy a ENTC. Un abrazo para todos.
El placer es nuestro Mar.
El micro redondo me quedo con ese cierre magistral.
Beso admirado.
Hola, Mar. ¡Menuda coincidencia! Menos mal que están subidos prácticamente a la vez.
Me encanta el tuyo.
Suerte
Brutal, en todos los sentidos.
Suerte
Un relato con mucha fuerza y con descripciones ágiles, un protagonista enamorado de su obra, con un concepto de la belleza muy personal. Por esas “manos de su prima…” y “el agraciado rostro de su vecina…” o quizá por su obsesión, esta historia me ha recordado a “El perfume” de Patrick Süskind. Buena historia.
Saludos.
El sábado en Jaén y hoy aquí, de nuevo, coincidimos. Original esa colección de monstruos de diseño que nos regalas. Suerte, Mar.
Menuda bestia ese tal Federico el taxidermista. Otro más a incluir en la interminable lista de monstruos producto de nuestra extraña sociedad.
Suerte con tu propuesta.
Temblando me he quedado, monstruo pero monstruo
Muy buen regreso Mar.
Un texto redondo.
Felicidades.
Original y tremendo relato el tuyo, con un final que deja abierta la imaginación de cada uno en esas manos y ese rostro.
Bienvenida Mar, un beso.
Que gusto volver a verte por aquí y leerte. Maravilloso y sobrecogedor, ese final. A mí también me ha recordade al perfume de Suskind.
Besos
Qué bien que le viene el título a esta historia intrincada con todo un muestrario de criaturas inquietantes, encabezadas, como no, por el mismo protagonista. Mucha suerte. Un placer leerte 🙂
Lo que más me llama la atención es que el protagonista, que se dedica a crear esos seres híbridos porque la naturaleza no se los proporciona, destruye al único genuino que encuentra. Y la frase final, redonda. Besos y suerte, Mar.
Felicidades, Mar, ya estás en Santander. Es un relato muy tuyo y por lo tanto ganador.
Qué peligro, Federico.