30. TENDALES
Los días soleados las cuerdas de mis vecinos se llenan. Del tendal de Paqui, la peluquera del primero, cuelgan un tío cachas y otro trajeado con pinta de comercial, de esos que llevan el maletín lleno de tintes y mentiras, así, zarandeados por el viento, sujetos con pinzas fosforito, parecen dos peleles.
Las cuerdas de doña Angustias, la viuda del segundo, con sus vestidos hambrientos de colores, semejan un ramaje lleno de cuervos.
En el tercer piso, el que ocupa el joven estudiante de solfeo, una partitura, posible pasto involuntario de la lavadora, reparte acordes que al capricho del viento se cuelan por las ventanas abiertas y suben hasta la azotea.
Pero el tendal que más llama mi atención es el que tengo debajo. Está lleno de bodys, pijamas diminutos y patucos con olor a vida. No puedo evitar sentir envidia mientras lleno el mío de estériles grises y rutina.
Le comento a Miguel lo afortunada que es esa chica pese a estar sin pareja, él asiente y agita el periódico que finge leer pegándolo aún más a su cara.
En la ropa colgada se ve la intimidad de cada casa. Habla por sí sola.
Me ha encantado.Un abrazo.
Al igual que una casa dice mucho de sus moradores, la ropa tendida es una prolongación de nosotros mismos, una verdadera segunda piel, con sus características, virtudes y carencias. El gris al que alude el último personaje femenino, que adopta también un papel de aguda observación, al tiempo que hace las veces de narradora, es muy revelador de sus deseos frustrados; cuando algo es cosa de dos y uno no quiere los colores se desdibujan y las ilusiones se apagan.
Un tratado de psicología y humanidad muy bien llevado.
Un abrazo, Yolanda. Suerte y feliz verano
Un relato encantador.
Un saludo,
Elena
Me ha encantado ese análisis de los moradores del edificio a través del tendal. Sentido del humor y emoción contenida. Todo un acierto.
Saludos
Dolores
Unos tendales que retratan los perfiles sicológicos de sus usuarios. Y la reacción a un comentario que delata alguna desleal relación.
Muy bueno, Yolanda.
Suerte y abrazos.
Muchas gracias Virtudes, Ángel, Elena, Dolores y Rafa por emplear un poco de vuestro tiempo en leerme y dejar vuestra opinión. Un abrazo fresquito.
Una descripción perfecta de personajes a través de lo que cuelgan en sus tendales. Me ha encantado, sobre todo esos «vestidos hambrientos de color». Estupendo. Un beso y mucha suerte.
Hola, Yolanda.
Me gusta mucho el describir con el vestir.
Veo algo escondido, deslealtad casi seguro, en el señor que lee afanoso el periódico. Dicen que la interesada es siempre la última en enterarse y puede que sea cierto en tu protagonista.
Suerte y disfruta de este verano tan chulo.
Besos.
Has dado en el clavo en tu comentario final, Towi, gracias por tu tiempo, también a ti Mª José.
Besos dobles.
Yolanda, es muy bonito tu relato y como el de la chica de los body, está lleno de vida. Muchas felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias, Nani.
Un abrazo.
Merecida mención. ¡Felicidades! Algo se veía venir.
Muchas gracias M. José!