46. Tenemos un problema
Cuando cerró la escotilla y se puso al mando del módulo que los llevaría de regreso a casa, Collins echó un vistazo celoso y afligido a la superficie de la Luna, que tan cerca tuvo y nunca más volvería a tener tan a mano. Sus compañeros se desprendían del traje espacial y rebajaban su euforia tras tan singular hazaña, pero él dispuso todo para que la maniobra de reentrada se realizara con el mayor rigor. El espacio, la atmósfera, el rescate en pleno océano… Su parte de mérito quedaría eclipsada por aquel breve paseo, dos frases ingeniosas, tres rocas y muchas fotos. Era como si el confeti cayera solamente sobre sus compañeros.
Su mujer trataba de disimular el enojo con caricias impostadas para que las cámaras no desvelaran tal frustración.
—Tu hijo necesita una figura heroica en quien reflejarse—daba a entender la mirada de su esposa.
Pero él no habría podido poner en peligro la misión por un capricho. Los héroes no son únicamente los que se arriesgan, sino, sobre todo, los que saben guardar la calma.
Juan Manuel, me ha encandilado este relato tuyo del deber-ser, un tanto racionalista e ilustrado, en apariencia tan alejado de la propuesta ‘lunática’ del mes. Pero ese segundo plano que ocupa tu personaje, y sobre todo el sentido que le confiere a un título idóneo, como el que le has encontrado, son dignos de ocupar el sitio que se merece este mes.
Enhorabuena y suerte.
Vaya, gracias, Eduardo. Y si no es así -que me encantaría, como pisar la Luna-, no bajaré los brazos.
Un saludo
JM
Un bonito homenaje a una persona a la que le correspondió un papel muy duro de aceptar, y un relato que nos recuerda que muchas veces el mayor héroe es el que cumple su deber, aceptando el segundo plano para mayor gloria de otros. Saludos y suerte.
En el fondo, las masas recuerdan a sus compañeros, pero él saborea en silencio su gesta discreta.
Un saludo
JM
Me ha gustado la figura que has escogido para el tema. Si se empatiza con el personaje la verdad es que da rabia. ¿No podían haberle dejado bajar aunque solo fuera un momentito?
Saludos
La cuestión es si Armstrong hubiera aceptado el papel de Collins… Por eso el segundo es el héroe y el segundo es la estrella.
Un saludo y gracias por pasar
JM
Y cuántos héroes cotidianos hay en la sombra. Me ha gustado el homenaje que les haces. Un abrazo, Juan Manuel.
«Esos son los imprescindibles…», como decía Brecht. Su ejemplo fue válido aunque borroso.
Un saludo
JM
Al contarnos la historia desde el punto de vista de Collins,lograste mostrarnos la cara oculta de la luna, JUAN MANUEL. MUY BUENO el relato ¡Me gustó muchísimo!!!
Nos leemos,
Mariángeles
Me abruma tu euforia, pero me encanta. La idea era esa misma, la de mostrar que las gestas no siempre son coloristas, aunque cueste trabajo reconocerlas.
Un saludo y muchas gracias por pasar. Nos leemos.
JM
Buen micro.
Ya me pasé en tu blog para comentar.
Suerte.
Ahí está la clave para conocer al personaje. El confeti es solo papel que cae sobre algunos, pero el triunfo es de todos.
Un saludo
JM
Cómo me alegro, Henry. Parece que el parón estival me ha dado el tiempo y la fuerza para volver a arrancar.
Un saludo
JM
Juan Manuel has escrito un micro que tiene mucho que pensar. Esto de los héroes pasa en todo. Hay algunos que se vean y otros que están en la sobra haciendo el trabajo duro. Por ejemplo en el futbol un mediocabista hace kilómetros y kilómetros en el partido, pero la gloria la llevan los delanteros que metan los goles. Muy buena la idea de tu relato de verdad te felicito, jamás lo he pensado hasta que leyera tu micro. Un fuerte abrazo, Sotirios
Me gustan los héroes en la sombra, Sotirios, porque son humanos y se nos parecen, en cambio los otros, los héroes intocables, sirven para anunciar calzoncillos.
Un saludo
JM
Me ha gustado tu relato, JM. Sencillo, sin pretensiones, reflexivo, con conclusiones. Y creo que llevas razón. Guardar la calma es la mejor respuesta ante situaciones que requieren nuestros cinco sentidos. Saludos.
No cabe duda, aunque tampoco habría pasado nada por un paseíto lunar, ¿no?
Gracias por pasar
Un saludo
JM
Me gusta mucho cómo lo has ido conduciendo y sobre todo la conclusión que le has dado. Creo que es un relato trabajado y que le has puesto mucha intención para sacar adelante y con éxito la idea que has querido transmitir. Mucha suerte 🙂
Aun así, no sé si la moraleja me atrae más que un paseo por la luna.
Gracias por pasarte
Un saludo
JM
Bendito problema. Como decía una profesora mía, aunque no te lo reconozcan, a nadie le pueden quitar el orgullo personal, la satisfacción del deber bien hecho. Un abrazo, crack.
La satisfacción moral por el trabajo bien hecho es algo que Collins tendrá toda su vida aunque no le hayan dado más que una palmadita en el hombro. Es una honra silenciosa, pero sus botas no tienen polvo lunar ni sus hombros confeti.
Un saludo, maestro.
JM
Me parece simplemente perfecto. Allá aquellos que no han sabido apreciar el auténtico gesto de un verdadero héroe.
Lo importante es que él esté orgulloso de su papel.
Desde luego, Isabel, no hay nada como saborear la victoria cuando uno se sabe ganador moral. El heroísmo y el exhibicionismo no son lo mismo.
Un saludo y gracias por comentar.
JM
juanmanuelsanchezmoreno.blogspot.com
Hay muchos héroes anónimos pero no por eso dejan de ser importantes, la prueba la tenemos en Collins que no consiguió pisar la luna pero su cometido era mas importante, regresar a la tierra, y para eso había sido instruido y seguro que muy bien, porque estar a un paso de la luna y no poder pisarla hay que ser muy valiente para vencer la tentación.
Un saludo
Y la tentación? Es que pisar la luna…
Un saludo.
JM
Muy bien dicho en esas palabras de cierre, existen muchos héroes anónimos de grandes y pequeñas hazañas. Digno de admiración tu personaje, aunque la esposa no queda muy bien parada en la historia. Juan M. un relato muy bueno, contado de una manera excelente. ¡Suerte amigo!
Saludos.
En esos años, las esposas de los héroes eran meros floreros, pero tenían las mismas aspiraciones de gloria ganancial que la mismísima Jackie Kennedy.
Un saludo
JM
Pues Juan Manuel, me ha encantado!! Yo he puesto a Neil y a Eugene, el primero y el último, en mi relato por cuestión de nombres, pero tienes razón al decir que nos olvidamos de los demás con demasiada facilidad!!
ENHORABUENA por el relato! 😉
Sobre todo por la muy visual y metafórica frase «Era como si el confeti cayera solamente sobre sus compañeros.»
Un saludo!
Gracias, Miguel Ángel. Tus palabras son como confeti…
Un saludo
JM
Sí que tenemos un problema, y es de memoria. Demasiado a menudo los laureles son para la figura más visible (aunque lo único que haga sea dar un pequeño paso). Hay que ser muy valiente para trabajar con el propósito de que sea otro el que se lleve los aplausos.
Un relato muy reflexivo, que en su estructura refleja ese viaje de vuelta (volver también es importante) y con imágenes muy visuales (lo del confeti es de antología).
Suerte y abrazos
A tus pies, Anna. Ahora estoy pisando la Luna, qué digo, Marte.
Un saludo
JM
Hermosísimo relato.
El párrafo final para enmarcar.
Un saludo.
Encantado de leer tal elogio. Ojalá pueda enmarcarlo si no consigo publicarlo.
Un saludo
JM
La verdad es que relato me iba gustando hasta que aparece la mala, no sé, si se mira por el lado irónico tal vez. La moralina final es discutible. Que no me convenza el mensaje no quiere decir que no sea ocurrente. Y como escritor sí que te has puesto casi en el lugar de la Luna. Un abrazo.
No es más que una mala de reparto, un aderezo más en la ensalada de incomprensión que tiene Collins a su alrededor. Y la moralina es una reflexión del héroe : yo habría pisado la Luna. Vaya que sí!
Un saludo, JX
JM