46. Terapia de grupo (Alvaro Abad)
– Y ahora repartíos estas fotografías. Coged una y pasad las demás al compañero de la derecha. Es la misma foto para todos, una instantánea en blanco y negro de 1963. ¿Qué veis en ella? Tomaos vuestro tiempo.
Pasados un par de minutos comenzaron las respuestas.
– ¿La perversión del capitalismo?
– ¿El egoísmo de una sociedad falta de comunicación entre sus miembros?
– Yo creo ver la evolución cuasi intangible del hastío irracional
– ¿La trascendencia atemporal del alma?
– Para mí, la foto expresa claramente la fuerte contraposición del grupo frente al individuo.
– ¿Puede representar la inmadurez provocada por una sobreprotección en la infancia?
Intentando a duras penas aguantar la risa, el psicoanalista respondió:
– ¡Cabrones! Es sólo un actor maquillado de payaso triste en un descanso de su función teatral. No le pasa nada, está disfrazado para su trabajo. No hay nada más en la foto. Ya os vale, ¡no os relajáis ni en el bar!
Así, entre risas y cañas, el gabinete de psicología intenta mantener la cordura tras cada insufrible jornada en el hospital psiquiátrico.
Jaja, me ha gustado mucho esa vuelta de tuerca. Muy original. Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Gracias y mucha suerte a tí también Nani.
Genial escena, Álvaro, una prueba con trampa para conseguir no terminar mimétizados con su entorno.
Enhorabuena y suerte.
Gracias Rafa por tus amables palabras. ¡Mucha suerte!
Uys después de leer tu micro me pregunto. ¿En manos de quién estaremos? Luego me relajo y me río yo también.
Me han gustado mucho esas frases tan filosóficas aportadas por los profesionales. Que Dios nos coja confesaos…
Felicidad y suerte en este nuevo año.
Gracias por tu lectura y comentarios, Mercedes. Mucha suerte a tí también.
Nada es lo que parece. O sí…
Hola, Álvaro. me ha gustado tu relato. Me parece fresco y original. Aquello de que llevamos la profesión por dentro y no podemos dejar de ejercerla en cualquier momento y lugar. Jaja. me parece un buen título, un comienzo sugerente, un buen desarrollo acorde con el gabinete, y un final revelador. Ciao.
Alvaro, buen relato y fenomenal lenguaje y situacion. Suerte y saludos