TERCERA RONDA. ENCUENTRO 233
BEGOÑA HEREDIA / VICENTE F. HURTADO
Los participantes aquí señalados tendrán que publicar en el espacio reservado a los comentarios de esta entrada del blog, un relato INÉDITO de un máximo de 100 palabras antes de las 14 horas (hora peninsular española) del JUEVES 4 de mayo.
En esta ocasión la inspiración del relato será LA IMAGEN que se publica con esta entrada del blog. Esta foto tomada por Eva García debe serviros como punto de arranque del relato, dejando plena libertad para que los objetos o la escena aparezcan en el relato o que tan solo desarrolléis la historia que imaginéis que puede simbolizar o esconderse detrás; lo podéis usar con su sentido directo o desarrollarlo metafóricamente. Pero, en cualquier caso, debe resultar fácil identificar el relato y la fotografía.
Una vez publicado no habrá posibilidad de corregir ni reeditar.
Tras la publicación de los dos relatos publicaremos al final de esta misma entrada un enlace a un formulario para la Votación Popular que permanecerá abierta a todos los participantes de ENTC hasta el viernes 5 de mayo a las 14 horas.
El resultado de este encuentro se hará público en una entrada general de la sección EnoTiCias.
Podéis votar en ESTE ENLACE
REPROCHES
Fui un monigote feliz en tus manos que intentó cubrir de cariño la melancolía que te carcomía. Guardo ese recuerdo en el congelador, donde puedo verlo flotar en la cubitera. Me sonríe, y eso hace que me hunda un poco más en el lodo de esta vida de mierda en la que ya no habrá copas de vino compartidas ni abrazos en el sofá. Ahora paso los días en la cama, o poniendo hielo al güisqui del que tanto odiabas su sabor.
No hizo falta nota.
Que bebieses media botella de JB para tragar los somníferos lo dijo todo.
Ya voy compañero.
Mucha suerte y un gran abrazo.
Igualmente 😉
CUESTIÓN DE VALOR
Francisca nunca aprendió las horas. Y extrañamente, solía calcular el tiempo según lo que tardaran los hielos en descongelarse. Una tarde, su marido —saliendo de la cocina— dijo que debía volver al trabajo por dos horas. Francisca sacó una de las raras y preciadas cubiteras de plata que proporcionaban hielos octogonales. Cuando los cubitos se hicieron agua, buscó la otra cubitera en el congelador sin encontrarla. «Quizá Jenny tenga hielos«, pensó.
Llamó a la puerta y la joven vecina apareció sujetando un vaso de güisqui.
Francisca, fríamente, solo dijo:
—Quédate con mi marido, pero la cubitera me la devuelves.
Madre mía. Vaya par de relatos que habéis creado.
Sorprendentes, muy creativos, y eso que no era nada fácil la imagen que os ha tocado.
Un abrazo a los dos!!!
Difícil votar.
Los cubitos de hielo se van a derretir mientras leo y vuelvo a leer e intento decidirme por uno de estos dos muy buenos relatos…