17. The Invisible Man
Esta noche te cuento, respondí por teléfono al Dr. Kemp cuando, preocupado, preguntó por mi repentina ausencia.
—Maldita sea la hora en la que decidí cambiar el índice refractivo de mi cuerpo para hacerlo coincidir exactamente con el del aire, consiguiendo así que dejara de absorber o reflejar la luz. Estoy aquí de incógnito. Permanezco con la cara cubierta por vendas y grandes gafas, vistiendo un grueso abrigo largo, guantes y un sombrero de ala ancha. Soy la comidilla del pueblo. Los pongo nerviosos. Solo me atrevo a salir de noche y permanezco encerrado en mi habitación durante las horas de luz. He desistido de realizar más experimentos con aparatos de laboratorio y sustancias químicas intentando recuperar mi visibilidad. Ahora aprovecho el día para escribir, a ver si así lo consigo. Parece ser que no se me da mal. He ganado varios concursos literarios en poco tiempo, pero nada. Aquí sigo resultando invisible.
Hola José Luis. Has jugado muy bien con el doble sentido en este texto y, la verdad, la mayoría de los que escribimos nos sentimos un poco invisibles, aunque aquí, sin ir mas lejos, tenemos un medio buenísimo de hacernos ver, de que otros nos conozcan y nos lean y viceversa. Dile a tu hombre invisible que aquí lo acogeremos bien. Muy buen relato, buena suerte.
Gracias Barceló. Bienvenido a mi mundo transparente Un saludo y también te deseo mucha suerte.
Qué bueno José Luis! Como luce el sol en este momento te imagino ante el ordenador tecleando como un loco «invisible». Para mí no lo eres, sé de tus múltiples éxitos, incluso en alguna ocasión he comentado en el espacio donde ponen los «premiados» que echaba de menos tu nombre en esas menciones. Podías hacernos un resumen, porque todos nos llenarían la página :)) Lo dicho: Un placer leerte!
Hola Ángeles. Tú, como siempre, tan generosa… Estuve en Madrid hace poco. Madres de Fuencarral-Cadena de Favores. Por un momento mi cuerpo se hizo visible y salí en las fotos. Luego Todo volvió a la normalidad. Ya sabes.
Pues para ser invisible, tienes un aspecto más que estupendo con ese sombrero de ala ancha y todo lo demás 😉
Un saludo, José Luis
Graciss Margarita. Viniendo de ti lo considero todo un elogio. Un saludo y buena suerte.
je,je. Qué cuento tan socarrón y divertido. Seguro que no resultarás invisible por más tiempo.
Hola Paloma. A veces merece la pena, no creas. Un saludo y buena suerte.
Que se quede tranquilo tu superhéroe, JOSÉ LUIS, que si es por ser visible, lo es en donde cuenta. Y que no se preocupe por su condición de Hombre Invisible, que sé de una Liga Extraordinaria donde lo van a recibir más que bien… 😉
Muy buen micro; me gustó.
Un beso,
Mariángeles
Gracias Mariángeles. Gracias por tus buenos deseos. Correspondo a tu beso y también deseo que la diosa Fortuna te acompañe siempre.
No creo que Invisible Man sea tan poco visible. Tú nos has hecho verlo y ahora no vamos a quitarle un ojo de encima.
Abrazos, José Luis
Tampoco hay que pasarse… Inés. Aunque no puedas verme, te estoy devolviendo el abrazo en este momento. Suerte.