70. Tirar del hilo
Cada vez que alguien roba un metro de cable para vender el cobre al peso, desaparece un funambulista diminuto. Así de crudo, estimado público. Por cada metro de cable hay de media un funambulista diminuto haciendo equilibrio sobre el alambre. Y no olvidemos que los funambulistas diminutos son el alimento principal de los trapecistas a escala, quienes cada día encuentran mayores dificultades para alimentarse dentro de su ecosistema: el hilo. Este hecho, está diezmando preocupantemente su población. Y peor aún: la progresiva desaparición de trapecistas a escala dentro de los hilos de cobre está dejando sin sustento a los lanzadores de puñales microscópicos, que se alimentan básicamente de trapecistas diminutos. También es cierto que siempre que encendemos el interruptor de la luz fallecen electrocutados un centenar de nanopayasos, que viven adheridos al plástico de los cables ¿Te imaginas? Dan ganas de vivir a oscuras. El caso es que si los ladrones de cobre fueran conscientes de que están alterando irremediablemente el equilibrio piramidal de ese micromundo, quizá se lo pensarían dos veces. Pero claro, no podemos pedirles que además de robar cable sean solidarios con el mundo circense. Ni evitar que cada segundo haya miles de inconscientes encendiendo una luz.
Madre mía: este texto es una maravilla. ¡Una pequeña maravilla!
Felicidades, maestro.
Muchas gracia por tu comentario ¡¡¡Microabrazo!!!
Un mundo mágico, a escala de un circo real, solo que a pequeña escala. Un relato que habla de las consecuencias de todos los actos, hasta los más nimios, de los que a menudo ni siquiera somos conscientes. No es igual actuar de una forma que de otra, o quedarse parado. Para darse cuenta de ello habría que tener la perspectiva necesaria, como la que tú tienes para crear mundos singulares.
Un relato grande, compuesto de piezas pequeñas.
Un abrazo y suerte, José Manuel
¡¡Siempre me quitas las palabras!! (Y se agradece…) Salud¡¡¡
Acabo de apagar la luz, por si las moscas. 🙂
Pero cuidado con las velas: dentro de la cera hay ejércitos enteros de domadoras de leones, jé. Abrazo¡¡
Muy bueno, loco e imaginativo. Todo un tratado científico que resulta de lo más creíble y convincente. Por favor, ladrones de cables de cobre, tened piedad.
Bueno, es autowikypedicocientífico, cada uno tira de lo que tiene más a mano. Abrazo, Patricia¡¡
Un microrrelato extraordinario. Enhorabuena.
Me alegro de que te gustara, Luís ¡¡Abrazo!!
Requetebueno, José Manuel, esto sí que es hilar fino! Abrazo y mucha suerte!!
Siguiendo el típico hilo conductor, a ver qué sale… Besarkada¡¡¡
Hola, José Manuel.
Pues me temo que vas a marcarte un bis en el recopilatorio. ¿Menudo jefe de pista que está hecho! El del REC, el de los trenes. Qué fenomenalmente tiras del hilo causal en diminutivo, o en diminuto terror del absurdo. Que la vida es un circo ya lo sabíamos, pero tú nos lo explicas mejor, muy bien. Y te creemos. El final es mucho. Esos «inconscientes encendiendo la luz» es magia literaria de primer orden.
Un abrazote.
Mil gracias por tus palabras, Martín. Que la vida es circo es verdad que es obvio (Y que casi todos hacemos de payasos, también) Lo de encender la luz la luz, pura mecánica de supervivencia… Abrazo¡¡
¡Qué bueno y original!
Felicitaciones.
Me alegro de que te guste, María ¡¡Un abrazo!!
Imaginación al poder!!!
Me han hecho sonreir y reir los nanopayasos, sí, dan ganas de vivir a oscuras.
Has valorado leer el cuento en un colegio para alentar al consumo responsable??? eh? eh??
nanopayasos, qué bueno
Gracias mil, Luisa. Si es por leer para el consumo responsable, en colegios, cárceles y hasta en el senado ¡¡Valga la redundancia, ké¿¿ Saludos¡¡
Fantástico relato,lleno de humor e imaginación. Enhorabuena, José Manuel.
Muchas gracias, JM. Saludos¡¡¡¡
Con la fobia que les tengo a los payasos voy a encender y apagar la luz muy conscientemente José Manuel jajaja.., pero tu relato me encanta!
Suerte 😉
Pobrecitos ¡¡Payasocidio!!!! Muchas gracias por tu comentari Pulgacroft¡¡ (Siempre me encantó ese nombre…)
Orgullosa de mi primo, ya me gustaría a mí que se me pegara algo y escribir así. Un abrazo rendido de admiración.
La admiración ya sabes que es mía hacia mi prima ¡¡Las damas no se rinden ni abrazando!!!
Deberían estudiarte en las escuelas!!!!
¡¡Quita, quita!! que en las escuelas lo primero que hacen es diseccionarte y luego ya te van estudiando… (Yo solo pido que me subvencionen un cursillo de Belga para charlar con Puigdemont!! (Ese tipo sí que da para un millón de micros!!) Abrazo, meiga¡¡
José Manuel que bien hilado has dejado este micro. Es una maravilla de ingenio y de imaginación. Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Plas! Plas! Plas!
Sencillamente genial!!
Abrzssss!!!
Me he divertido mucho imaginándome ese pequeño mundo de artistas del hilo.
Y me ha encantado la naturalidad con que lo describes e inculcas la responsabilidad.
¡FELIZ AÑO 2018!
Gracias y felicísimo año, Isabel¡¡¡