68. Todos extraterrestres
—No sé qué problemas ves, Jenny, será una fiesta de Navidad como ha habido otras y nada más.
—¿Cómo puedes estar tan seguro? Esto no tiene nada qué ver con la que organizaron los Sakura el año pasado, o la de los Abdel ya hace dos; tampoco con la de los hindús del cuarto derecha, ¿te acuerdas?
—Los Mishka, los del cuarto derecha son los Mishka; y fue una celebración fantástica. Tú misma lo dijiste.
—Que sí, que lo fue. Pero ahora es diferente. Lo he comentado con algunos vecinos y no soy la única que piensa de este modo.
—Entonces, ¿qué propones?, ¿que nos quedemos en casa, solos, viendo la tele? Yo no podría, Jenny, de verdad que no podría. Nuestra familia aquí, en este país que no es el nuestro, somos toda esa gente, los Sakura, los Salom, los Juárez y los que vengan.
—Pero… este año ha de prepararla el del primero interior y…
—¿No es educado? ¿Ha ocasionado algún problema?
—No, no es eso, pero es que…
—¿Qué miedo tienes, mi amor? ¿Acaso temes acabar volando en bicicleta sobre el parque?
Hola, Luisa.
El título de tu excelentísimo relato sintetiza lo que debe conseguir al fin la buena emigración: una convivencia fantástica. Como lo es la manera en que cuentas sin contar, en que aludes a alguien en boca de Jenny sin descifrarlo. Lo que entendemos con el título y el final puestos en relación. El final nos conduce al título para interpretar todo el relato y nos invita a releerlo para degustarlo más lentamente. Mantienes muy bien la tensión narrativa, consiguiendo que el lector no se desenganche entre las posturas antagónicas de madre e hija. Un relato original y más que logrado. Te felicito. Un beso.
Una comunidad de vecinos totalmente multicultural, donde el aburrimiento debe de ser imposible y el enriquecimiento cultural mutuo algo seguro. Quienes proceden lugares diferentes pueden parecernos extraterrestres a veces, pero no hay que olvidar nosotros también a ellos. Seguro que es fácil encontrar un terreno común en el que convivir, aunque pueda ser comprensible ese resquemor inicial de Jenny. En aras de una concordia universal, con tu permiso, voy a avisar de esa fiesta al alienígena que aparece en mi relato, seguro que no tiene ningún problema en acercarse un ratito con su familia.
Un abrazo, Luisa
Parece que en esa maravillosa comunidad de vecinos admiten a gente de toda procedencia. Muy simpático tu relato, Luisa. Es como si vieramos una escena de alguna comedia de situación, pero de las buenas y perfectamente estructurada. Suerte y saludos.
Todos extraterrestre, todos de otra tierra. Has conseguido engancharme y que repita la lectura. ¡Bien!
Hola a todos. Qué comentarios más amables.
Confieso que… el tema me generaba siempre textos tristes, historias terribles o micros que otros ya habían escrito mucho mejores de los que yo escribiría; pero tuve suerte, se me ocurrió la idea y «lo ví». Efectivamente: la multiculturalidad puede ser enriquecedora y divertida, aunque algunos se empeñen en mantenerla lejos de sus vidas.
Con que os haya mínimimante divertido, me quedo más que contenta.
Gracias y un beso, Luisa
Luisa, fenomenal final para tu impecable historia. Suerte y saludos
Un vecindario muy original el de este relato. Divertido y original.
Suerte y abrazos.