90. Tormenta de sombras (Patricia Collazo)
Para protegerme, abro el paraguas. Es un acto reflejo. Sé de sobra que si el paraguas sirviera para cobijarse del pasado, se llamaría parasombras, o algo así. Reconozco su inutilidad ante este tipo de tormentas, pero de todos modos lo abro, casi como rito supersticioso que nunca da resultado.
Los días en que las sombras inundan las calles de mi barrio, poco se puede hacer. Mirar hacia otro lado, podríais sugerirme. Inútil, os respondería. Están por donde mires.
Mi abuela sentada en su silla de paja al fresco de las noches de verano. El paso cansado del abuelo regresando de su partida. La ausencia de mi madre. Hay que ver cuánto duele una sombra ausente. La temida silueta del tío Jorge sacándose el cinturón de las presillas en un único y siniestro movimiento. Y la mía propia. Camina mirando siempre atrás. Temerosa. Cae de bruces por no ver donde pisa. Como yo, que me giro para decirle que la he perdonado. Que nada podía hacer para evitarlo. Pero nunca llego a tiempo. Antes, me desmorono. Y rompo otro paraguas. Quisiera ponerme en pie y salir corriendo. Pero el tío Jorge me alcanza. Y otra vez soy incapaz de oponer resistencia.
El pasado, cuando ha sido doloroso, es una herida sin cerrar que el presente arrastra. Intentar olvidar es inútil, los hechos punzantes regresan una y otra vez. El paraguas como resguardo de ese chaparrón triste y gris simboliza que la resistencia es ineficaz. Todo se trastoca cuando el maltrato sin sentido triunfa.
Un relato tan duro como bien contado, con secuencias retrospectivas y la impotencia como otro personaje mas.
un abrazo, Patricia. Suerte
¡Muchas gracias, Ángel! Un abrazo
La culpabilidad de la víctima, sin duda una de las sombras más oscuras que nos acechan.
Me ha encantado tu relato, Patricia. Es preciso y perfecto. Enhorabuena.
¡Muchas gracias, Alicia! Por la visita y por tu generoso comentario. Un saludo
Patricia, impactantes imagenes a la vez que duras las que utilizas en tu relato. Suerte y saludos
¡Gracias, Calamanda! Un gusto recibir tu visita. Saludos
Magistral relato, Patricia. Desde el título, que ya te introduce en una visión muy original e impactante de la foto, hasta el recuerdo de ese momento de parálisis revivida, pasando por la nítida imagen de las sombras que describes, esa «ausencia de mi madre», que lo marca todo, que deja desprotegido al protagonista a su suerte, a aferrarse al trato de su tío, sea cual sea. Y ese parasombras… puffff, si se vendieran en los chinos, jeje. Increible. Enhorabuena!
¡Muchas gracias, Alberto! Has hecho una lectura muy precisa de mi relato. Y no descartes lo de los chinos, ya sabes que ahí se consigue de todo… Un saludo
Hola Patricia, se me encoge el alma con esta historia. Muy bien narrada, con imágenes que se ven como en una película..Muy bien logrado el sentimiento de la niña, la angustia que le genera la tremenda situación a la que se ve expuesta. Te felicito.
Muchísimas gracias, Mirta. Me encanta recibir tu visita. Un abrazo.
Cómo bien dices es inútil intentar protegerse del pasado y menos con un paraguas. Tu protagonista intenta sobreponerse a una tormenta difícil de soportar, normalmente, cualquier tormenta cae sobre uno sin remisión, pero de la que tú hablas, Patricia, es mucho más complicada, en ella no cabe la protección, no hay manera de resguardarse de ese miedo incrustado en nuestra sombra. Transmites muchísimo en pocas palabras. Genial relato.
Mucha suerte y un abrazo.
Es cierto, Yashira. No hay paraguas para resguardarse del dolor y del miedo. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.
¡Gracias, Juan! ¡A tus pies, yo! Que siempre tienes estos comentarios tan generosos para mis relatos- Un abrazo
Maravilloso relato. Como siempre me dejas con la boca abierta y rendida de admiración. Enhorabuena, compi y mucha suerte.
¡Muchas gracias, compañera! Un beso enorme
Como siempre la «Maestra» dándonos su clase magistral en relato sin desperdicio que ahonda en los sentimientos.
Excelente!
Un abrazo y suerte.
¡Muchas gracias,Luis! Lo de Maestra es exagerado, pero te lo agradezco. Un abrazo.
Patricia, excelente relato lleno de imágenes que atraviesan las entrañas, con sentimientos encontrados de rabia y de dolor. Muy bien contado.
Enhorabuena y mucha suerte.
Besos apretados.
¡Muchísimas gracias, Pilar! Un abrazo grande
Qué terrible Historia, pero que bien contada Patricia. Suerte.
Besicos muchos.
¡Gracias, Nani! Besos para ti
Esas sombras del pasado siguen amenazando y no hay paraguas, ni defensa posible. El dolor sigue ahí, solo podemos aprender a vivir con él. Tu forma de contarlo: el simbolismo del paraguas, la imagen del cinturón saliendo de las presillas en un solo gesto, ese intento de perdón hacia sí mismo… Son detalles que nos trasmiten la angustia y el sufrimiento de un modo muy gráfico. Maravilloso y terrible a un tiempo.
Suerte y saludos,
Es cierto que si de algo no se puede escapar, es del pasado. ¡Muchísimas gracias por tu comentario, Anna!Un abrazo