13. TRAS EL VIENTO, LA TEMPESTAD (Ángel Saiz Mora)
La cabeza le pesa igual que un obús de gran calibre. El hígado lucha desde hace horas para metabolizar el alcohol. Empiezan a sobrevenirle ráfagas de lucidez.
Le localizaron gracias a las redes sociales. La cena con los compañeros de colegio resultó sumamente grata. El viaje atrás y la evocación ilusionada de anécdotas se abrieron paso entre calvicies, vientres excesivos y caderas abultadas por la maternidad.
La melodía del móvil y el timbre del fijo no han dejado de atronar, estridentes cañones aunados para martillearle las sienes. A ello se unen los alaridos de su mujer, auténtica metralla como respuesta a las voces femeninas que preguntan por él.
En el local con aires de otra época sonaba Waterloo de Abba. Entre copa y copa se inició una batalla de besos desinhibidos. Una antigua novia y otras que pudieron serlo anotaron sus números. A partir de ahí todo fueron lagunas, alguien debió llevarle a casa, parecía venido del frente, con el rostro cuajado de sangre de carmín.
Escucha chasquidos de maletas que se cierran con violencia, seguidos del estampido de un portazo. Todavía no piensa con claridad, pero intuye que ha comenzado una guerra.
JJAJAJAJA … Joder, GENIAL!!! Me encantan todas las referencias, los símiles, el sentido del humor del relato a pesar del drama que se avecina.
Ángel, tienes mis bendiciones por tan gran relato, mientra suena Waterloo de Abba!!!
Un saludo! 😉
Donde se ve el hombre por su mala cabeza, rebosante, además, de resaca. Por lo menos, que no le falte Abba.
Muchísimas gracias, campeón
Tomaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!! Es genial!!! Me ha encantado, es superdivertido y real como la vida misma!!!!!
Este año tengo la celebración de los 25 años fin de COU!!!
Me lo quedo dedicauuuu!!!
Beso.
Seguro, Aurora, que tú serás mucho más sensata que el protagonista de este relato; como seguro es, también, que apenas has cambiado en estos 25 años.
Me alegro de que te haya gustado y claro que te lo dedico.
Un abrazo
A este soldado Ryan no hay quien le salve. Lo has bordado Ángel. Enhorabuena.
Está claro que de ésta no podrá salir bien. No sé si será consuelo, pero parece que no le faltará apoyo femenino externo mientras transcurra el proceso de su previsible separación.
Gracias, maestro
Un abrazo
Has liado una buena batalla, Ángel. De las que se prometen cruentas. Bromas aparte, te felicito por el relato y por las referencias tan bien trabajadas (genial la de Waterloo, pero también el obús, las ráfagas, la metralla…). Aunque el tono puede parecer ligero y leemos con una sonrisita divertida las «aventuras» del protagonista, el final es un golpe en el estómago y nos ofreces otro tema más profundo: cómo el error de una noche de juerga puede hacer peligrar un matrimonio y una familia. Una muy buena propuesta, enhorabuena.
A mí lo que me parece bueno es tu comentario. Un desliz, cana al aire o como se le quiera llamar, apenas unas horas equivocadas, puede dar al traste con muchas cosas.
Muchas gracias, Belén. Un abrazo
Hay cosas que es mejor dejarlas como están, en esa parte de nuestra memoria en la que se idealizan los recuerdos y hasta las hombreras y el pelo cardado molan.
Muy divertido, Ángel. Muy bien traídas todas las referencias, y esa ambientación decadente con música de ABBA.
Te deseo suerte.
Un abrazo.
Un vistazo al pasado es positivo siempre que sirva para ponernos en perspectiva, pero otra cosa muy distinta es recrearse en una nostalgia mal entendida, que haga olvidar el presente.
Un abrazo, Lola
Ángel, magnifico relato. Menuda batalla que ha librado tu protagonista sin saber que la guerra no ha hecho más que comenzar!
Suerte y abrazos
Una escaramuza que le ha metido de lleno en la más cruenta de las contiendas.
Muchas gracias, Blanca. Abrazos
Me ha encantado, es estupendo. Enhorabuena!
Me satisfacen mucho tus palabras, que te agradezco.
Un saludo
Hola Ángel,
De nuevo por aquí para llevar tu simpático relato a la sección Melotemía. Espero que te guste.
Un abrazo, compi.
Y yo feliz y más allá de que lo hayas hecho. No sé si lo merezco, lo que si sé es que estoy encantado por el detalle.
Un abrazo, Ginette
Muy bueno Ángel, intuyo una guerra y peligrosa de las que no dan tregua.
Mucha suerte!!(Me gusta toda la descripción que haces de esos encuentros de los que personalmente suelo huir…jeje)
Un beso,
Sandra.
Se intuye una guerra encarnizada donde las haya, con todos los puentes de entendimiento rotos. Quizá no haya peor campo de batalla que aquel en el que el amor se tornó odio.
Lo de huir de esos encuentros es una opción respetable, y posiblemente una actitud prudente. Al fin y al cabo, lo pasado, pasado.
Muchas gracias y otro beso para ti, Sandra.
Además de los aciertos que ya te han mencionado, yo quiero resaltar algo: la estructura. Me gusta como has alternado en párrafos diferentes presente y pasado. Nada es de casualidad, cada detalle del relato está medido y meditado.
Buena observación, Edita. Salvando la enorme distancia y como les sucede a muchos, soy admirador de «Ciudadano Kane» y su estructura en flash-back. Por otro lado, algo debe de haber cierto cuando dicen que las causalidades no existen.
Muy agradecido por tu amable comentario y un abrazo
Muy bien llevada esa guerra ¿incruenta? doméstica. Mezclar el Waterloo de Abba, todo un acierto.
Una guerra incruenta, sin duda, precisamente por ser doméstica. No debe haber peor campo de batalla que ese lugar que has considerado tu hogar. Por otro lado, quizá porque voy sumando años y musicalmente soy un poco nostálgico, todos los homenajes a Abba me parecen pocos.
Muchas gracias, Paloma. Un abrazo
Ay que ver que débiles son algunos pobres angelitos, en cuento toman una copa demás pierden la cabeza, ja, ja. Para mí, este es el mejor de todos los relatos que te he leído. Realmente genial. A ver si se me pega algo….Un saludo.
Si a este personaje le ha sucedido algo así es porque no tenía los pilares bien asentados, sólo necesitaban un empujoncito, que se dieran las circunstancias para que se derrumbasen de forma estrepitosa.
Seguro que hay relatos mejores y los que nos quedan por leer, entre ellos el tuyo.
Un saludo y muchas gracias
Ángel, tu personaje tiene un encanto especial que se lo digan a esas excompis que se mueren por sus ‘balas’. Es un relato el tuyo de los que no se escriben en diez minutos y eso se agaradece. Se nota que está muy trabajado y es muy gracioso con ese final en el que creo que el que va a salir perdiendo es él. Muy bien, Ángel, siempre escribiendo con clase.
Posiblemente, tras años de apacible vida en pareja, había olvidado que aún podía conservar algún encanto, el que se lo recordasen le hizo entrar en un frenesí donde obvió su verdadera realidad, algo que, inevitablemente, tendrá consecuencias. Gracias, Lorenzo, pero déjame decirte que tú si que eres un ejemplo de clase y buen hacer.
Un abrazo
Guauuuu…. pedazo de relato Ángel, me ha encantado como has mezclado las dos escenas, el día de resaca y los recuerdos de la fiesta de la noche anterior… Entiendo a esa pobre mujer, la pobre quedaría hasta las narices de tantas llamadas… Solo me queda decirte, Felicidades…
Un abrazo…
Como humanos e imperfectos que somos quizá podamos identificarnos, al menos en parte, con el protagonista, pero seguro que mucho más con su pareja, dolida en extremo y maltratada sin merecerlo.
Muchas gracias por tu amable comentario y otro abrazo para ti.
Genial! Esos brochazos poéticos me encantaron.
Mil gracias, Verónica. Para buena poesía la que destilan tus letras, que para mí son un referente.
Un abrazo
Si la pareja del protagonista ya tenía la costumbre de despertarlo con alaridos, a lo mejor su escaramuza nocturna había sido más premeditada de lo que parecería a primera vista.
Por lo demás, tenemos una buena historia salpicada con múltiples referencias bélicas; y como apuntaban más arriba, todo un acierto intercalar presente y pasado en la trama.
Saludos cordiales, Ángel.
Como bien dices, Carles, cabe dentro de lo posible que esa noche de «batalla» no haya sido una casualidad o un accidente pasajero, sino que sucedió porque algo en su relación personal ya flojeaba previamente de alguna forma.
Muchas gracias y saludos
Ángel, me encantó tu relato.
Las palabras que parecen más apropiadas para una guerra que para una juerga de antiguos alumnos, son muy acertadas y parecen que quieren augurar, el final que le espera, que es el principio de una guerra.
Me cuidaré mucho de perder la cabeza en la próxima reunión de antiguos alumnos, aunque se escuche Waterloo de Abba.
Saludos admirados.
Estas reuniones pueden tener cierto peligro, tratar de recrear el pasado en el presente quizá no sea muy aconsejable a veces, porque las circunstancias, a la fuerza, son distintas, y las consecuencias, probablemente, nada buenas. No obstante si, como apuntas, se tiene cuidado de no perder la cabeza, seguro que es posible conjurar esos riesgos.
Agradezco mucho que te hayas pasado por aquí para comentar, eres un fenómeno.
Un abrazo grande, Pablo
Leyendo tu relato se nos quitan las ganas de ir a una cena de antiguos alumnos.
Muy bien contado, Ángel.
Un abrazo.
No dejes de ir a ese tipo de reuniones, Inés, si se te presenta la ocasión. Eso si, es mejor tener presente las sabias palabras de Pablo Núñez en el comentario anterior, en el sentido de «cuidarse mucho de no perder la cabeza».
Gracias Inés, un abrazo
Hola, Ángel.
Guau, cómo se lo montó el protagonista para liarla parda.
A mí me parece un relato buenísimo y divertido, aunque ese portazo no traiga nada bueno.
En fin, felicidades y mucha suerte.
Un besabrazo gigantomórfico.
Posiblemente ni el protagonista pueda llega a distinguir si la iniciativa fue suya o se dejó arrastrar por las circunstancias, el caso es que parece que habrá un antes y un después tras ese portazo.
Cómo me gusta ese «besabrazo gigantomórfico». Como no se me ocurre nada mejor, con tu permiso, también te mando otro.
Ángel, con este relato, una vez más, haces gala de tu buena es-critura. Es un micro al que no le falta ni le sobra nada, te has es-merado en los detalles, esa simple reunión de excompañeros la has convertido en una historia muy original. ¿Tengo que decir que me ha gustado?
Saludos.
La imaginación puede volar muy lejos, pero a menudo la existencia cotidiana ofrece suficiente materia prima para recrear todo tipo de historias.
Me alegro mucho de que te haya gustado, Beto. Saludos
Me ha gustado mucho, Ángel. No voy a entrar en más detalles. Poco a poco has ido conquistándome con tus historias y ahora deseo que llegue pronto la siguiente.
Un saludo.
Gracias por pasarte por aquí y por tus palabras, Margarita. Hace tiempo que tus letras me conquistaron a mí de forma pacífica, sin necesidad de disparar una bala.
Un abrazo y gracias otra vez
Ángel Saiz, como en las otras guerras parece que la negociacion se va a hacer inprescindible, ese final ya pone sobre aviso. Original y bien contada esta historia llena de situacion y humor. Suerte y saludos
Estoy de acuerdo contigo. Esperemos que no se cierren las puertas al diálogo, que al final es lo único que puede detener un conflicto. Agradezco tu comentario y aprovecho para felicitarte otra vez por tus éxitos continuados, tantos y tan brillantes que haces que parezca fácil triunfar.
Un abrazo
Bueíisimo el paralelismo que haces entre la guerra y una situación muy actual. El relato está lleno de imagenes reconocibles y cotidianas.
Felicidades.
Quién no sufre escaramuzas, realiza contraataques o inicia ofensivas en su día a día, No hace falta que haya sangre y explosiones para darse cuenta de que la vida es lucha.
Gracias, María Jesús, me alegro de que te guste.
Un abrazo
Los días de gloria pasados junto con el aroma etílico han inhibido cuerpo y mente. Mucho me temo que la guerra ya la ha perdido. Ángel, grande también en los textos cómicos (léase «La leyenda de El Brus»), aunque esta vez con daños colaterales: para la próxima reunión de compañeros de estudios mi mujer dice que viene conmigo, jajaja. Abrazos y mucha suerte.
Estoy contigo, Salvador, el protagonista parece tener la guerra perdida nada más iniciarse. Me satisface mucho que te acuerdes de aquel texto jocoso en torno a las artes marciales. Por otro lado y ahora que lo dices, podrían acusarme de fomentar la desconfianza conyugal con este relato, al final, el del daño colateral va a ser el propio autor cuando vengan a pedirle cuentas.
Muchas gracias por tu amable comentario y un abrazo
Eso de llegar a casa con el rostro cuajado de sangre de carmín, es de juzgado de guardia.
¿de qué se hicieron los cubatas? jaja.
Bueno, que tu soldado se ha quedado sin refugio.Por lo menos esta noche duerme al raso. Así espabila. Me encantó, un abrazo.
Un soldado que probablemente sea expulsado del Ejercito y tenga que buscarse otro cuartel en el que pernoctar, o igual se lo han dejado para él solo, con lo que se le quedará tristemente grande. A saber también lo que bebió este guerrero maduro, para que luego digan de la juventud.
Muchas gracias, Virtudes, otro abrazo para ti
Ja,ja,.ja, Ángel, ¡¡Genial!! Me ha encantado el relato y como está escrito, fluido, de los que entran como un buen vino…Un beso y suerte, que la mereces.
Si te ha gustado a ti, que de escribir sabes un rato y más, ya es una suerte de las grandes.
Un abrazo, Eva. Gracias
Jajajaja…tu prota la ha liado parda…jajaja; que se prepare para la guerra.
Divertidísimo, gracias por el rato.
Gracias, Reve. No sabemos si se arrepentirá o no de su noche loca, pero sí que le va a tocar cargar con las consecuencias.
Un saludo
Menuda guerra le espera al pobre!
Felicidades por tu relato Angel.
Esta muy bien desarrollado y estoy seguro de que se acerca mucho a la realidad.
Ay esas cenas..
Saludos y suerte
Puede que haya llevado las cosas a un extremo, pero es cierto que esas cenas tienen su peligro.
Gracias por tu comentario y un saludo
Genial y divertido. Cuentas de una manera excepcional cada escena. Alternado el pasado de una noche loca con su presente más real. Esas copas de más, el carmín, la resaca que borra los momentos divertidos y atrevidos de esa desbarrada juerga.¡Vaya fiestón!¡vaya relatón! Un portazo de que deja un final del que nos gustaría saber
como sigue y como reacciona después de tomarse un ibuprofeno.
Mucho me temo que el ibruprofeno le pondría aún más en la realidad, que no es otra que asumir las consecuencias de una noche loca, que pueden ser definitivas para el resto de su vida. Unas horas de inconsciencia y todo cambia para siempre, así puede ocurrir.
Muchas gracias, María Belén, me alegro mucho de que te haya gustado.
Un abrazo
Ángel. Me parece un relato genial, divertido y lleno de intención. Gracias dobles por escribirlo y compartirlo. Tienes una calidad indiscutible y se te disfruta mucho cuando se te lee. Enhorabuena 🙂
Mil gracias, Juan Antonio. Como ya sabrás, en esta ocasión estoy de jurado (por primera vez), así que este relato debe quedar fuera de concurso, pero qué más premio puedo desear que el de recibir comentarios como el tuyo. Por el mismo motivo, estoy reprimiendo las ganas de comentar como suele ser habitual en mí. Sí que aprovecho para reiterarte mi admiración por tu capacidad, constancia y merecidos éxitos.
Un abazo
Hola Ana. Dicen que todo el mundo merece una segunda oportunidad. Por lo tanto, si ha sido la primera vez, puede considerarse un accidente y un desliz susceptible de ser perdonado, pero cada persona es un mundo y nadie sabe cómo va a reaccionar hasta que no se ve en la situación.
Agradezco mucho tu comentario.
Un abrazo
Ángel, nos traes un relato que se inicia como escopetazos, esas frase cortas como estampidos de cañón. Buena utilización del ambiente y vocabulario de batalla que nos lleva a esas fiestas de añosos que quieren superar frustraciones pasadas. Me ha gustado ese «cuajado de sangre de carmín». Un final clásico de estampida en vez de festejos al vencedor. Un abrazo.
A nada que nos fijemos la vida entera es lucha, así que no es muy difícil adaptar el lenguaje puramente bélico a cualquier tipo de situaciones. Como en una guerra, no siempre queda claro si hay un vencedor. También en los comentarios se nota la calidad de un autor. El tuyo me dan ganas de enmarcarlo.
Este mes, como sabrás, estoy de jurado, así que el relato ha de quedar fuera de concurso, pero me alegro en todo caso de haberlo compartido.
Gracias por ty visita, lectura y palabras.
Un abrazo
Muy divertida tu batalla, bien planeada y los cañonazos demoledores.
Felicidades.
Muchas gracias, María, agradezco mucho tu comentario.
Un abrazo
Muy bueno, Ángel. Muy bien llevado. Muy bien modelado en la temática exigida, pero con ese arte que solo manos expertas pueden llevar por derroteros novedosos, desviandos de la generalidad de las guerras comunes… de las malditas guerras.
Un abrazo grande.
¡Hola Amparo!
Muchas gracias por tu comentario. Te lo agradezco mucho. Malditas guerras, seas cuales fueren, tú lo has dicho. Por cierto, estoy leyendo el libro de Begoña Heredia, ilustrado por una artista muy competente.
Un abrazo