TRIÁNGULOS
(Esta es una receta clásica y muy socorrida que tarde o temprano aparece en cualquier menú, pero por ello mismo debe realizarse con originalidad y sobre todo procurando no pasarse con la cocción, para que deje un buen sabor de boca; sucede lo mismo con otros platos típicos, como Sirenas, Gemelos, Alzheimer, Monstruos bajo la cama, Malos tratos, La Muerte, Familias con niños raritos…; hay que dar con el punto de sal preciso si no queremos que resulte insípida, o lo que es peor, empalagosa o indigesta. Si bien es cierto que con lo que se ha venido en denominar «efecto Romeo y Julieta» para describir el secretismo de unas relaciones prohibidas, el éxito entre los comensales suele ser mayor, posiblemente por la naturaleza magnética que ejerce la infidelidad, como bien explica Alex Stone en Engañar a Houdini: «Quizá la naturaleza encubierta de una aventura extramatrimonial (la intriga y las maquinaciones) aumente el deseo artificialmente, prolongando un devaneo que a plena luz del día terminaría por marchitarse. Y el secretismo también tiene secuelas. Las personas muestran una tendencia mayor a recordar una antigua aventura si, en su momento, esta fue secreta».)
Hay muchas formas de elaborar este receta; en este caso me he basado en Confesiones pendientes, al estilo de Laura Garrido Barrera.
Ingredientes:
– Tres lados o vértices de un triángulo.
– Un ático.
– Escaleras.
– Un bar.
– Remordimientos, deseo, resignación, ruegos, firmeza, falta de determinación y una nueva derrota.
– Una baraja española.
– Una duda pendiente.
– Muchos puntos (de los utilizados al final de las frases).
Elaboración:
Sobre un folio en blanco (o la pantalla del ordenador) disponga los tres vértices del triángulo de manera que el más fuerte de ellos tenga nombre propio, para destacarlo bien, y si puede nómbrelo una, o mejor, dos veces. Utilice otro de los vértices para la sorpresa final (nos valdremos para ello de la baraja española); y al tercero, al más débil, el que sujeta la trama, el que va enlazar como una hipotenusa a los otros dos, le puede dejar el papel de narrador en primera persona y en presente; así conseguirá una identificación inmediata con el lector, al que logrará transmitir sus dudas y su indecisión.
Una de los sabores más apreciados de este plato se consigue con las relaciones espaciales entre los protagonistas. Para ello deberá colocar al protagonista más fuerte en un escenario superior, por ejemplo un ático, como si desde allí dominase al resto personajes con su determinación o con hilos invisibles. Es quien tiene claro lo que quiere, quien decide y mantiene firme su postura para lograrlo. En este momento mezcle bien la resignación y la firmeza a partes iguales.
Justo en el extremo contrario deberá colocar el lado del triángulo al que se quiera anular en la historia, es decir en la parte más baja, preferiblemente a ras de suelo, en la calle. La elección de un bar puede ayudar para las últimas implicaciones de la historia.
Al tercer personaje debe hacerlo fluctuar arriba y abajo, subiendo y bajando escaleras, entre los otros dos, como si no se atreviese a decidirse. Agregue aquí los pensamientos sobre el remordimiento que pueda tener la mujer (quizá como excusa), el deseo, los ruegos y remueva hasta que queden bien integrados en la cocción.
Y ya solo queda incorporar la baraja española; es lo que le va a dar a este plato un toque especial, porque le añade ese juego de palabras en el que mientras se dice una cosa se entiende perfectamente otra, con naturalidad, y convierte al personaje sin historia en el sorpresivo vencedor, aunque sea por la debilidad de su rival.
Por último, utilice muchos puntos. Conseguirá así un estilo directo. Rápido. Seco. Conciso. Sobrio. Sin oraciones subordinadas. Le va muy bien a este tipo de recetas, sobre todo si están narradas en primera persona.
Puede acompañar este plato con un vino de cuerpo fuerte, a ver si el protagonista consigue el valor necesario para hacer lo que tenga que hacer, sea lo que sea, confesarle al marido su relación o adoptar medidas más drásticas, a gusto del comensal. Lo que su conciencia permita soportar.
CONFESIONES PENDIENTES, de LAURA GARRIDO BARRERA
Su conciencia no podría soportarlo, me repito, no podría soportarlo. Subo las escaleras hasta llegar al ático derecha y llamo a la puerta. Eugenia me abre. La miro con el mismo deseo de todos los días que la veo. Me pregunta si ya lo he hecho. Niego con la cabeza. Ella asiente en silencio con resignación. Le pregunto si puedo pasar. Ahora niega ella. Por favor, le imploro. No, no hasta que yo sea capaz de hacerlo. Bajo al bar de nuevo. Observo la partida de mus. El marido de Eugenia ha vuelto a ganar la partida. Quizás mañana.
Concurso: Relatos en Cadena – Cadena Ser – Ganador semana 9 y mensual (diciembre) de 2013 (VII edición).
(máximo 100 palabras, sin contar con la frase predeterminada con la que debe empezar – periodicidad semanal)
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Me vuelvo a quitar el sombrero ante la maestría de Rafa y su buen hacer. Felicidades a Laura, que muy pronto ya se verá en esa final tan importante.
Abrazos.
Gracias de nuevo, Susana, por tus palabras. Laura y otros cuantos ya tienen que estar en capilla. Me pregunto qué se sentirá al estar en una situación como esta. Daría para escribir un microrrelato cargado de nervios y tensión. A ver si alguno se anima.
Un abrazo.
Tocayo, vas describiendo tan bien la receta, que me has hecho recordar, casi palabra por palabra, el excelente relato de Laura. Sin duda con serias opciones en la final.
Un abrazo.
Gracias, tocayo. Todavía no te he dicho nada de tu avatar. Te sienta como un guante, pero estás mucho mucho mejor al natural, dónde va a parar: a lo mejor era la brisilla marina del cantábrico.
Tú sí que has vivido esa final. A ver si consigues meterte también este año. Todavía hay opciones.
Un abrazo.
Creo que a Rafa le tendrían que contratar para prologar estudios del microrrelato. Si yo tuviera editorial, lo haría. Recuerdo perfectamente el micro de Laura porque cuando lo leí en REC me gustó mucho.
Hola, Paloma. Eso que pides me da miedo. Yo aquí me encuentro muy cómodo. Pero cuando tengas una editorial hablamos, ja ja.
Gracias por tu comentario y un abrazo.
Rafa, esta vez, te has salido con tu entrada sobre los triángulos amorosos. Has elaborado una teoría que me ha absorbido de tal manera que da lástima que acabe. Me has hecho ver detalles que no había percibido del micro, elevándolo a la categoría de sublime, comonpor ejemplo las idas y venidas, arriba y abajo, o la situación espacial de los protagonistas; y qué decir de los vértices. Espléndido.
Me alegra un montón, Lorenzo. A mí me encantan los comentarios a través de los cuáles descubro cosas que se me habían pasado o que me hacen verlos desde otro punto de vista. Siempre te enriquecen un poco más. Si he conseguido algo así, estupendo.
Un abrazo.
La pobre hipotenusa del triángulo está como un flan, y no es para menos. Yo también pienso que no tienes precio como «comentador» de micros, Rafa. A ver si se pasa por aquí algún editor, la lástima es que si te fichara una editorial no tendríamos aquí estas disecciones tan certeras. Laura, si ganas con este estupendo relato puedes leer la receta en la SER, por ejemplo.
Hola, Paz. Gracias por tu comentario. Eso que cuentas no va a pasar. Yo lo que quiero es seguir aquí. Estoy muy a gusto en esta página tan adictiva, con gente como vosotros, vuestros relatos y comentarios, pero se agradecen tus intenciones.
Un abrazo.
…yo quiero ganar algún concurso por ahí para tener la posibilidad de que me comentes un relato… lo malo es que no es tan fácil… tus comentarios son obras de coleccionar, y tenemos la suerte de poder leerlas todas aquí… no me canso de decir que eres un lujo, gracias Rafa…
Gracias, de verdad, JAMS. Qué presión. Espero que os sigan gustando los comentarios, y que no me equivoque mucho en mis apreciaciones, aunque sé que no siempre será posible; decídmelo también. Estoy abierto a cualquier sugerencia.
Y el lujo es haber encontrado una página como esta y poder compartirla con gente tan estupenda y en un clima de respeto. Y eso te lo debemos a ti. Así que gracias por lo que estás consiguiendo.
Abrazos.
Según iba leyendo tu receta iba recordando el micro de Laura. Cuando os leo, a veces pienso que no me vendría nada mal pararme a analizar de este modo lo que escribo,para corregir, para lograr otro efecto (o efectividad) pero no sería yo, no sería mi modo de deshacerme en frases, impetuoso y demasiado visceral a veces. Coincido en que es un lujo poder leer tus sensatas entradas, Rafa. Gracias por ello.
Hola, Eva. Gracias por pasarte por aquí y por tu comentario. Creo que deberías seguir escribiendo a tu manera, como más te guste, como mejor te encuentres. Muchas veces esas asociaciones nos llegan de manera inconsciente. Es una cosa que aprendí cuando estudiaba cine (historia y cosas así). No sé lo que dirían en los cursillos de escritura, pero pienso que la mejor forma de escribir es ser uno mismo, con tu propio estilo.
Un abrazo.
Impresionante y detallado análisis. Me ha encantado la forma en que lo has explicado, escogiendo la forma de una receta de cocina. Como dicen por arriba, debería incluirse como prólogo en alguna publicación sobre microrrelatos. Yo tampoco tengo editorial ni nada que se le parezca. Pero si tuviera, contratado sin pensarlo dos veces.
Y el micro escogido, muy bueno.
Saludos.
Muchas gracias por tu comentario, Esperenza. Tendré en cuenta tu propuesta si algún día te decides a fundar una editorial y me falla la de Paloma.
Un abrazo.
Gracias, Ana. El placer es mío al leer cómo desgranas la psicología de los personajes. Has realizado un tratado completo.
Abrazos.
joder, lo que me estoy perdiendo por no entrar en los blog, si es que no doy para más. Pero vamos, que he aprendido un montón y alucino con lo que eres capaz de desbrozar, Rafael. No obstante que todo lo que cuentas sale «de natural» en Laura, es decir, que no se planifica. Un placer disfrutar de tu análisis. Chapó. Contratado.
Ximens, me alegro de que lo hayas disfrutado. El placer es mío al contar con tu comentario.
Un abrazo.
El amigo Ximens, me ha avisado por la mañana de que aquí se cocía un plato marinado al estilo de Rafa Heredero. Y cuál es mi sorpresa que al llegar a casa ¡he descubierto los ingredientes y la cocción justa para algo que escribí sin receta! Me ha encantado, Rafa.
Jó, pues voy a tener que recompensar tu esfuerzo contando en microrrelato, o como sea, ¡qué se siente al llegar a una final anual del REC! (pensaba hacerlo, claro, pero de momento….llevo cuatro meses en una nubecilla de algodón que me impide verbalizar la sensación de la forma espontánea que a mí me gusta, porque he de confesar que cuando mejor escribo es cuando no pienso en ingredientes, ni en vértices, ni en nada por el estilo).
La propuesta de Paz, me gusta mucho, pero no sé si me darán opción a hacerlo. Bueno, ¡no preocuparse! que cosas más difíciles he hecho.
El análisis psicológico de los personajes que ha realizado Ana U. es fantástico. Gracias Amiga. A mí es lo que más me gusta: los personajes, lo que dicen, lo que no dicen, lo que hacen (por eso el hombre sube y baja como una cometa), lo que no hacen… sí, cuando escribo en formato más largo, hay personajes que me llegan a absorber y a veces, no sé si me mimetizo con ellos y dejo de ser yo. Puedo decir que eso, precisamente eso, es una de las sensaciones que más me gustan de la escritura.
Rafa, mi sueño es tener una librería…¡vete a saber si hasta una editorial!… y soy de esas que piensan que los sueños hay que creérselos antes de que sucedan para que tengan lugar en la vida. (¿Sabes la de veces que me vi en la final anual del REC?… Respuesta: todas las semanas durante dos años) Por eso te digo que ¡quedas contratado para las reseñas de los libros, relatos y micros que ponga en mi estantería! No, no te preocupes, ya hablaremos del dinero y todo eso. Tú: primero suéñalo y yo, ya me encargo del resto. 🙂
Gracias amigo y que me guardo esta entrada con todos sus comentarios para cuando…todo suceda….
Un besazo a todos los que habéis comentado y otro muy fuerte para ti.
Laura.
Hola, Laura. Gracias por pasarte por aquí y contarnos un poco tus experiencias y forma de escribir. Al hacer un comentario de un micro no sé si al autor le van a gustar mis apreciaciones o cómo yo lo «leo» o interpreto. Si te ha gustado el de «Confesiones pendientes», estupendo; y cuando lo tengas, leeremos ese micro prometido sobre la experiencia de ser finalista en ReC. ¡Vaya subidón!, y con lo que lo has buscado, además.
Y cuando tengas un librería, yo sería feliz si me contrataras solo para leer libros. No necesito nada mas. Que me pagasen por leer, vaya chollo. ¿Dónde hay que firmar? Ya lo voy soñando y eso, por si llega.
Un abrazo.