126. Tronará seguro
Un cuchillo BlueSteel de forma escalonada asemejando un rayo y con acreditada capacidad de penetración en los tejidos ha destrozado los órganos superiores y más imprescindibles de Alina, que está, como siempre, tumbada en el suelo de la cocina.
Poco antes, nos habíamos cruzado con ella en la escalera cuando iba a entrar en su casa. Justo cuando el relámpago. Apenas un segundo pero suficiente. Tenía que habernos bastado para distinguir las cosas que en la penumbra parecen iguales. Las cuencas de los ojos.
Teníamos que haber intuido cómo el miedo a la tempestad hacía temblar cada porción del alzado de Alina, las suelas, las tibias, la pelvis, el diafragma, las veinticuatro costillas restantes, la tráquea y los parietales.
Teníamos que haber sabido desde niños que la descarga tardaría equis unidades de cualquier magnitud de tiempo. Teníamos que haber concluido que no estaba nada lejos. O al menos haber presentido que no es la luz que nos la iluminó en el descansillo la que habría de partir a Alina en dos, sino el trueno que inexorablemente vendría después, el que preludia la lluvia que suele reducir a las mujeres pusilánimes a charcos ocultos bajo las camas las noches de tempestad.
Me parece que las palabras en este relato tienen dobles sentidos. A juzgar por su final, tan extraño.
Saludos
Entiendo un historia de malos tratos. Ya nos sacaras de dudas (si quieres/puedes). Respecto a cómo lo has explicado me ha gustado mucho todo ese juego de palabras y metáforas. Mucha suerte.
Relato muy complejo. Veo que juegas con significados ocultos. Acaso el rayo y el trueno son el reflejo de esos malos tratos que la dejan reducida a una mujer aterrorizada y sin voluntad para luchar.
El relato me gustaba hasta casi el final.
Pero no me gusta que se tache de pusilánimes a las mujeres maltratadas. Lo veo harto injusto y desconsiderado.
Espero que no sea una opinión del autor.
Abrazo.
Bien Ignacio, apuesta por la insinuación de lo que ocurre o está a punto de suceder y pones peso específico en los objetos asesinos que estallan la tormenta de órganos. Lo siento por ella. Lúgubre escenario que recuerda a los asesinatos de mujeres de las Inglaterra de primeros de siglo o al menos para mí.
Abrazos y suerte