87. Última hora
Abro los ojos inquieto, pienso que se me ha hecho tarde, pero no, el reloj marca las cuatro y diez de la madrugada. Me vuelvo a dormir un rato más. Despierto otra vez, miro el despertador y sigue siendo esa misma hora. Reviso el móvil y lo confirma. Desconcertado, voy al aseo a darme una ducha caliente para quitarme el mal rollo. Tras esto, regreso a mi habitación y veo mi cuerpo boca abajo en la cama.
El final ha de ser, forzosamente, un reloj parado. Puede que también, y ahí reside la esperanza, un abandono del cuerpo por el alma, para continuar en otra parte, como bien has descrito.
Un saludo y suerte, Edgar
Muchas gracias por tu acertado comentario Ángel.
Saludos!