62. Últimas voluntades (fuera de concurso)
No, no lances mis cenizas al mar, déjalas mejor en cualquier cuneta de cualquier camino. Luego entierra el impermeable azul, el lazo y el collar de luces —a juego todo— que tanto te gustaba ponerme, para que en la muerte por lo menos pueda vivir como un perro.
Me encanta tu homenaje a los perros. Lo has descrito con sencillez y mucha sensibilidad.
Suerte en el concurso y un besito virtual, Vernay.
Un micro conmovedor, como sólo puede serlo la última voluntad de un animal, de este perro que vivió humanizado hasta su muerte.
Te felicito, Vernay.
Cariños,
Mariángeles