71. Último deseo
El sargento me ofrece un cigarro mientras el pelotón de fusilamiento espera. Cierro los ojos y regreso a mi infancia, a mi pueblo, alejado de esta maldita guerra. Recuerdo las flores del prado, las vacas, mis amigos, con quienes juego en el río. Mamá me llama y corro a darle un beso. Papá se acerca. Tras abrazarnos, grita que me dé prisa y me cambie, que hoy son las fiestas de la patrona. Están a punto de empezar los fuegos artificiales.